viernes, 30 de enero de 2009

GENETICA CONDUCTUAL

GENÉTICA CONDUCTUAL

Charles Darwin fue de los primeros en reconocer el impacto de la herencia sobre características psicológicas como la inteligencia, la personalidad y la enfermedad mental. Por ejemplo, en un estudio sobre los gestos describió el siguiente caso:

La esposa de un caballero de posición acomodada descubrió que su esposo tenía una curiosa costumbre: cuando se acostaba de espaldas en la cama, levantaba lentamente su brazo derecho frente a su cara, lo alzaba hasta su frente y lo dejaba caer de modo que su muñeca caía de manera pesada sobre el puente de la nariz. Esto no ocurría todas las noches, sino ocasionalmente. (Darwin, 1872, p.34)

Para proteger la nariz del caballero fue necesario quitarle los botones de la manga a su pijama. Años después de la muerte del hombre, su hijo se casó con una mujer que observó exactamente la misma conducta en él. Y su hija también mostró el mismo comportamiento.
Darwin escuchó esto de boca de su primo, Francis Galton, que fue la primera persona en tratar de demostrar, de manera sistemática, cómo se pueden transmitir genéticamente las características conductuales. Galton se interesó, principalmente, en la transmisión de las cualidades mentales. En un esfuerzo por demostrar que la capacidad mental elevada se hereda, identificó a cerca de 1000 hombres eminentes de la Gran Bretaña (jueces, líderes políticos, intelectuales, científicos, artistas, etc.) y descubrió que pertenecían sólo a 300 familias. Dado que solamente 1 en 4000 personas de la población británica fue “eminente”, Galton concluyó que la eminencia debe ser una cualidad heredada.
Los hallazgos de Galton fueron cuestionados por otros que afirmaron que factores ambientales, como las facilidades educativas y sociales, podrían dar cuenta de la concentración de la eminencia en sólo unos cientos de familias. A principios del siglo XX, las hipótesis de Galton sobre la naturaleza heredada de las características conductuales fueron atacadas más esencialmente por los conductistas. El fundador del conductismo, John Watson, sostenía que:

No tenemos evidencia real de la herencia de los rasgos. Estoy totalmente convencido del resultado final favorable de la crianza cuidadosa de un bebé saludable y bien constituido, descendiente de rufianes, asesinos, ladrones y prostitutas. ¿Quién tiene alguna evidencia de lo contrario? (Watson, 1930, p. 103).

La pregunta acerca de cuánta influencia tiene la herencia sobre las diferentes conductas es el centro de la genética conductual moderna y, como veremos, los psicólogos continúan en desacuerdo sobre la respuesta, aunque investigación reciente indica que el ambiente es al menos tan importante como la herencia al producir las diferencias conductuales visibles entre las personas (Plomin, 1989, 1990; Plomin y Rende, 1991). Para empezar a valorar la “controversia entre herencia y ambiente” necesitamos estar más familiarizados con algunos de los mecanismos básicos de la herencia.

Genética
La genética es el estudio de cómo las plantas, los animales y las personas transmiten sus rasgos de una generación a la siguiente. Un rasgo es una característica que difiere de un organismo a otro: el pelo rizado, la agresividad, los ojos castaños, la inteligencia, la esquizofrenia o incluso una alergia a la hiedra venenosa. La transmisión de los rasgos de una generación a la siguiente se conoce como herencia.
Gregor Mendel, un monje austriaco, dio origen a la genética moderna en 1876, cuando reportó los resultados de su investigación de muchos años sobre el cultivo sistemático de chícharos. Mendel creía que cada rasgo estaba controlado por elementos que se transmitían de una generación a la siguiente. Estos elementos se conocen como genes.
Hoy en día, se sabe mucho más acerca de los genes y cómo trabajan. Sabemos, por ejemplo, que dentro del núcleo de la célula los genes están alineados en minúsculos cuerpos filiformes, llamados cromosomas, visibles bajo el microscopio. Los cromosomas están ordenados por pares y cada especie tiene un número constante de pares. El ratón tiene 20 pares, los simios 27, los chícharos 7. Los seres humanos poseen 23 pares de cromosomas en cada célula normal.
El principal ingrediente de cromosomas y genes es el ácido desoxirribonucleico (ADN), una molécula compleja que se ve como dos cadenas entrelazadas una con otra. El ordenamiento de este ADN entrelazado forma un código que contiene toda nuestra información genética. Los genes individuales, que son las unidades mensajeras del ADN más pequeñas, transportan instrucciones para un proceso o rasgo particular. Ahora comprendemos que el núcleo de cada célula contiene ADN con suficiente código genético como para dirigir el desarrollo de esa única célula hasta convertirse en un adulto totalmente desarrollado, ¡con miles de millones de células!
Como dijimos, los cromosomas están ordenados en pares y cada par contiene un conjunto completo de genes. Puesto que cada par proporciona el código para la misma clase de rasgos, entonces un gen para un rasgo dado puede existir en dos formas alternativas. Por ejemplo, podemos pensar en un gen para el color de los ojos con una forma B que dará como resultado ojos de color castaño, y con otra forma b que dará ojos de color azul. Si una niña recibe genes b de ambos padres, sus ojos serán azules. Pero si hereda un gen b de un padre y un gen B del otro, sus ojos serán castaños.
Por lo tanto, se dice que la forma B es un gen dominante, mientras que la forma b es uno recesivo. Aunque la niña con un gen B y otro b tiene los ojos castaños, el gen b recesivo aún está presente en ella y puede transmitirse a su descendencia, lo que daría por origen un niño de ojos azules si se parea con un gen recesivo b del otro padre.
Hemos estado hablando de características como el color de ojos que son controladas por genes únicos. Sin embargo, muchos de nuestros rasgos importantes, como la inteligencia, la estatura y el peso, no pueden remitirse a un solo gen. Más bien, cierta cantidad de genes hacen una contribución pequeña o moderada al rasgo en cuestión, en un proceso conocido como herencia poligenética. Así como cada uno de los instrumentos de una orquesta sinfónica contribuye con notas separadas al sonido que llega a la audiencia, cada uno de los genes en un sistema poligénico contribuye de manera separada al efecto total.
Es importante hacer notar que los efectos de la herencia no necesariamente son inmediata o plenamente evidentes. En algunos casos, la expresión de un rasgo es postergada hasta una etapa posterior de la vida. Por ejemplo, muchos hombres heredan “el patrón masculino de calvicie”, que no aparece sino hasta la mediana edad. Frecuentemente, los genes predisponen a una persona a desarrollar un rasgo particular, pero los factores ambientales desempeñan un papel más importante al alterar o eliminar la expresión del rasgo. Poseer los genes apropiados dota a la persona con el potencial para exhibir un rasgo, pero éste no aparecerá a menos que el ambiente coopere. Una persona con una tendencia heredada a ganar peso puede ser obesa o no, dependiendo de la dieta, el programa de ejercicio y su estado de salud en general. Con esos principios generales en mente, revisemos la manera en que los psicólogos estudian la relación entre la genética y la conducta, y veamos que han aprendido hasta ahora.

Genética y conducta
Hasta este momento hemos examinado el papel de la genética en la determinación de las diferencias entre las personas, respecto a varias características físicas, como el color de los ojos, la estatura y el peso. Pero cada vez existe más evidencia de que la genética también participa de las diferencias entre las personas por lo que toca a una amplia variedad de conductas, incluyendo la hipertensión, la epilepsia.





Genética del comportamiento humano.

El control genético del comportamiento humano ha demostrado ser más difícil de caracterizar que el de otros organismos. No sólo los individuos no son sujetos disponibles para investigaciones genéticas, sino que los tipos de respuesta que se consideran las formas de comportamiento más interesantes, como la inteligencia, el lenguaje, la personalidad o las emociones, son difíciles de estudiar. Al estudiar tales comportamientos surgen dos problemas. Primero, todos son difíciles de definir de manera objetiva y de medir cuantitativamente. Segundo, están afectados por factores ambientales. En cada caso, el ambiente es extremadamente importante en modelar, limitar o facilitar el fenotipo final de cada carácter.
Históricamente, el estudio de la genética del comportamiento humano se ha visto entorpedido por otros factores. Muchos estudios del comportamiento humano fueron realizados por psicólogos, sin la adecuada colaboración de genéticos. Segundo, los caracteres en relación con la inteligencia, la personalidad y las emociones tienen el mayor significado social y político. Como tales, es muy probable que dichos caracteres sean objeto de sensacionalismo si se comunican al público profano. Debido a que el estudio de dichos caracteres está próximo a la violación de las libertades individuales, como el derecho a la privacidad, es la base de las investigaciones más controvertidas.
Lamentándose del abismo entre la psicología y la genética para explicar la genética del comportamiento humano, C.C. Darlington escribió en 1963:”El comportamiento humano se ha convertido por ello en un feliz campo de caza para los escritores aficionados. Y la razón es que la psicología y la genética, cuyo trabajo es explicar el comportamiento, han fracasado en enfrentar la tarea juntas”. Desde 1963 se ha realizado algún progreso en llenar ese hueco, pero la genética del comportamiento humano es aún un área controvertida.

Genes aislados.

Muchas anomalías genéticas de la especie humana dan lugar a anormalidades en el comportamiento. Uno de los ejemplos más claros es el de la enfermedad de Huntington (HD). La HD, que se hereda como una enfermedad autosómica dominante, afecta al sistema nervioso, incluido el cerebro. Los síntomas normalmente aparecen hacia los 50 años de edad, con una pérdida gradual de funciones motoras y de coordinación. La degeneración estructural del sistema nervioso es progresiva y hay cambios en la personalidad. Muchas víctimas mueren al cabo de los 10 o 15 años de aparición de la enfermedad. Debido a que la HD aparece normalmente una vez se ha iniciado la familia, todos los hijos de una persona afectada deben vivir sabiendo que se enfrenta, con un 50 por ciento de probabilidad de desarrollar la enfermedad (los individuos afectados normalmente son heterozigotos). La HD está asociada con unos niveles elevados de ácido quinolínico en el cerebro, una neurotoxina que se produce de manera natural. El gen HD se ha identificado y clonado. Codifica para una proteína grande (348 kd) que no está relacionada con ningún otro producto génico conocido. La forma mutante del gen está asociada con la presencia de trinucleótidos CAG repetidos, cerca del extremo 5’. Los individuos normales tienen entre 11 y 24 repeticiones, pero los afectados por la HD llevan de 42 a 86 repeticiones CAG. El número de repeticiones CAG en la HD está inversamente relacionado con la edad de aparición en un gran número de individuos, pero parece que no hay correlación entre el número de repeticiones y la gravedad de los síntomas psiquiátricos y de comportamiento. La expansión de las repeticiones de trinucleótidos en la HD es similar a las expansiones de otras repeticiones en diversas anomalías que afectan al cerebro y sistema nervioso, indicando que tales mutaciones “tartamudas” pueden ser una forma corriente de mutación en caracteres de neurocomportamiento.
Las monoaminas oxidasas son enzimas que degradan señales químicas (llamados neurotransmisores) del sistema nervioso.
Estudios recientes han establecido una relación entre la mutación en la monoamino oxidasa A (MAOA), un gen ligado al X, y un síndrome que da lugar a un ligero retraso mental y al control del comportamiento agresivo. En la figura 23.17 se muestra la genealogía de una familia afectada. Seis varones estaban afectados y todos ellos mostraban un patrón característico de comportamiento agresivo, careciendo del control del impulso. Utilizando una serie de marcadores RFLP se ha cartografiado el locus de este comportamiento en el brazo corto del cromosoma X, cerca del locus MAOA. El análisis del gen estructural de la MAOA en cinco de los seis varones afectados demuestra que llevan una única sustitución nucleotídica que introduce un codón de parada, dando lugar a la terminación prematura de la traducción, que resulta en una falta de actividad de la MAOA. Esta mutación la llevan mujeres en heterozigosis, pero no los varones normales. Otros estudios demuestran que las mutaciones y los polimorfismos en el gen MAOA no son frecuentes, reforzando la relación entre una mutación de este gen y una forma anormal de comportamiento.
También se conocen otros errores metabólicos que afectan a la función mental, como el síndrome de Lesch-Nyhan, una enfermedad recesiva ligada al X. La aparición de la enfermedad ocurre hacia los 5 años de edad y la enfermedad es frecuentemente mortal tempranamente en la niñez. La enfermedad implica un defecto en la biosíntesis de las purinas. Los individuos afectados carecen de la enzima hipoxantin-guanina fosforibosiltransferasa (HGPRT) y acumulan altos niveles de ácido úrico. Hay retraso mental y físico y estos individuos manifiestan una incontrolable automutilación. La enfermedad de Tay-Sachs, una anomalía recesiva autosómica, que se sitúa en el cromosoma 15, produce grave retraso mental. La enfermedad se manifiesta pronto en el recién nacido y es mortal. La enfermedad fenilcetonuria, autosómica recesiva, a menos que se detecte y se trate tempranamente, da lugar a retraso mental. Todas estas enfermedades alteran la bioquímica normal de los individuos afectados y se heredan de modo mendeliano.
Las anormalidades cromosómicas también producen síndromes con componentes de comportamiento.
El síndrome de Down (trisomía del 21) da lugar a varios grados de retraso mental. Aunque hay un amplio rango de variabilidad, la media del CI de los individuos afectados se estima entre 25 y 50. el inicio del habla y del andar se retrasa a menudo hasta los 4 o 5 años de edad.

Caracteres multifactoriales.

Otros aspectos del comportamiento humano, especialmente la esquizofrenia y las enfermedades maníaco-depresivas, ha sido también el objeto de amplias investigaciones. Los estudios de gemelos y de grupos de hermanos naturales o adoptados han apoyado la idea de que la depresión maníaca tiene un componente genético. Los primeros estudios sobre localización de la depresión maníaca identificaron loci en los cromosomas X y 11, pero estos estudios fueron posteriormente invalidados. Varios laboratorios han utilizado marcadores de RFLP para analizar grandes genealogías, en donde segrega la depresión maníaca, en un intento para encontrar los loci de estas enfermedades, que afecta a cerca del 1 por ciento de la población de los EE.UU.
La esquizofrenia es una enfermedad mental que se caracteriza por un comportamiento esquivo, extravagante y a veces ilusorio. Aquellos afectados por la enfermedad son incapaces de llevar vidas organizadas y periódicamente quedan incapacitados por la enfermedad. Es claramente una enfermedad familiar, habiendo una mayor incidencia en parientes con esquizofrenia que en la población general. Además, cuanto más cercano sea el parentesco con el caso índice o probando, mayor es la probabilidad de que se presente la enfermedad.
La concordancia de la esquizofrenia en hermanos gemelos monozigóticos ha sido objeto de muchos estudios. En casi cada investigación, la concordancia ha sido en gemelos monozigóticos que en dizigóticos criados juntos. Aunque estos resultados sugieren que hay un componente genético, no revelan la base genética precisa de la esquizofrenia. Para la esquizofrenia se ha propuesto un modo de herencia monohíbrida, dihíbrida y también poligénica. Parece improbable que estén implicados sólo uno o dos loci, ni es probable que el control sea estrictamente cuantitativo, como el de la herencia poligénica. Como con muchas enfermedades maníaco depresivas, se están realizando grandes esfuerzos utilizando marcadores de DNA para identificar regiones genómicas que puedan tener loci que controlen esta enfermedad del comportamiento. Una vez identificadas, estas regiones se estudiarán en detalle para identificar, aislar y clonar los genes de la esquizofrenia.

RESUMEN DEL CAPÍTULO.
1. La genética del comportamiento ha surgido como una especialidad importante dentro de la genética debido a que se ha encontrado que tanto el genotipo como el ambiente tienen influencia en determinar las respuestas de comportamiento de los organismos.
2. Históricamente, para el estudio de la genética del comportamiento se han utilizado tres enfoques: la utilización de organismos íntimamente relacionados con ambientes similares cuya supervivencia parece que tiene que ser idéntica; la transferencia de caracteres de comportamiento de una cepa a otra y la identificación y aislamiento de genes que tienen efecto sobre los patrones de comportamiento.
3. Los estudios realizados en la preferencia por el alcohol y el comportamiento en campo abierto en ratones ilustran comportamientos fuertemente influenciados por el genotipo.
4. El estudio en laberintos para el aprendizaje en ratas y para la geotaxia en Drosophila ha establecido con éxito tanto líneas de ratas listas y torpes como líneas geotácticas positivas y negativas en Drosophila. Estos resultados han permitido a los investigadores adscribir la contribución relativa de genes a estos comportamientos en cromosomas específicos.
5. Aislando mutaciones que causan desviaciones respecto del comportamiento normal, se establece el papel del correspondiente alelo de tipo silvestre en la respuesta respectiva. Se han examinado numerosos ejemplos, como el comportamiento higiénico en las abejas, la quimiotaxia, la termotaxia y el desplazamiento en los nemátodos, las mutaciones neurológicas en los ratones y una serie de comportamientos en Drosophila.
6. Cualquier aspecto del comportamiento humano es difícil de estudiar debido a que el ambiente individual representa una contribución importante en el desarrollo del carácter. En la especie humana, el estudio utilizando gemelos ha demostrado que, aunque en una familia puede haber predisposición para la esquizofrenia, la expresión de esta enfermedad puede estar modificada por el ambiente.

IDEAS Y SOLUCIONES.
1. La depresión maníaca es un desorden afectivo asociado con cambios de humor recurrentes. Se estima que uno de cada cuatro individuos sufrirán alguna forma de anomalía afectiva al menos una vez en su vida. Los estudios genéticos indican que la depresión maníaca es familiar y que genes individuales pueden jugar un papel importante en controlar esta anomalía del comportamiento. En 1987, dos estudios distintos, utilizando el análisis de RFLP y otros marcadores genéticos, indicaron ligamiento entre la depresión maníaca y marcadores en el cromosoma X y en el brazo corto del cromosoma 11. En aquel momento, estos trabajos se aclamaron como hitos en la investigación, abriendo el camino para el aislamiento y caracterización de genes que controlan formas específicas de comportamiento y para el desarrollo de estrategias terapéuticas basadas en el conocimiento de la naturaleza de los productos génicos y de su acción. Sin embargo, los trabajos posteriores en las mismas poblaciones (publicados en 1989 y 1990) demostraron que los resultados originales no eran válidos y se concluyó que no se podía establecer que hubiera ligamiento con marcadores en el cromosoma X o en el cromosoma 11. Estos descubrimientos no excluyen el papel de genes mayores en el cromosoma X y en los autosomas en el caso de la depresión maníaca, pero excluyen el ligamiento con los marcadores utilizados en el primer trabajo.
Esta contrariedad no sólo dio lugar a desconcierto y confusión, sino que también forzó a volver a examinar la validez de los métodos utilizados para cartografiar genes humanos y los análisis de los datos de estudios de ligamiento en relación con caracteres de comportamiento complejos. Se han propuesto varios factores para explicar las falsas conclusiones publicadas en los estudios originales. ¿Cuáles supone que puedan ser estos factores?
Solución: Aunque algunas de las críticas se dirigían a la elección de los marcadores, muchos de los factores que se dieron en esta situación parece que están relacionados con el fenotipo de la depresión maníaca. Se han identificado al menos tres elementos de confusión. Uno es la edad de inicio. Hay una correlación positiva entre la edad y la aparición de la enfermedad maníaco-depresiva. Por consiguiente, en el momento del estudio de la genealogía, los individuos más jóvenes, que se verán afectados más tarde, pueden no mostrar ningún síntoma de depresión maníaca. Otro factor confuso es que en las poblaciones estudiadas, puede haber de hecho más de un gen mayor ligado al X y a los autosomas que pongan en marcha la depresión maníaca. Un tercer factor está relacionado con el diagnóstico mismo de la depresión maníaca. El fenotipo es complejo y no tan fácil de cuantificar como la altura o el peso. Además, los cambios de humor son parte normal de la vida diaria y no siempre es fácil distinguir las alteraciones transitorias de humor y el papel de los factores ambientales en las anomalías afectivas que tienen una base biológica y/o genética.
Estos factores destacan la dificultad de la investigación de las bases genéticas de caracteres de comportamiento complejos. Individualmente o en combinación, los factores descritos más arriba podrían sesgar lo suficiente los resultados como para que las líneas maestras experimentales, que son adecuadas para otros caracteres, no sean lo bastante rigurosas para caracteres de comportamiento con fenotipos y causas subyacentes complejas.


Aceptando condiciones con la heredabilidad del CI (Coeficiente de Inteligencia).
De las muchas áreas en donde la genética interactúa con la sociedad, pocas han sido tan polémicas como la genética de la inteligencia. Es tan cierto hoy como lo fue durante la época gloriosa del movimiento eugenésico, cuando eliminar a los “débiles mentales” era uno de los asuntos a revisar. Mas recientemente, el grado en el que la capacidad intelectual se hereda se ha considerado como uno de los numerosos factores a tener en cuenta en la formulación de una política educativa. ¿Qué nos puede decir el análisis genético acerca de las bases hereditarias de la inteligencia?
Para responder a esta pregunta, el primer desafío es definir y estimar la inteligencia. ¿Tiene entidad única, y si la tiene, se puede medir? Obviamente la inteligencia no es una característica física como la altura o el peso, que son fáciles de ver y de medir. Sin embargo, la realización de un test Ci se ha considerado como una medida de la inteligencia desde que el test original de Alfred Binet se adaptó y se introdujo en los EE.UU. en 1916. A pesar de numerosas objeciones, es improbable que esta práctica cambie. El debate sobre la naturaleza de la inteligencia, si es o no un proceso mental innato que se puede estimar de manera fidedigna, ciertamente continuará durante algún tiempo.
¿Qué decir de las bases genéticas de los valores del CI? Para un carácter humano complejo, como la inteligencia, no hay una relación fácilmente discernible de causa y efecto que lleve del gen al fenotipo, como la hay, por ejemplo, en el albinismo o la hemofilia. Por consiguiente, el análisis genético de la inteligencia requiere asumir que es un carácter cuantitativo, en donde el fenotipo final está influenciado por las contribuciones aditivas de muchos genes, así como por una serie de factores ambientales. Luego se pueden emplear las técnicas estadísticas que se desarrollaron para el análisis de caracteres cuantitativos de vegetales y animales. El estadístico utilizado más frecuentemente es la heredabilidad.
La heredabilidad de un carácter es la fracción de la varianza fenotípica total que se debe a factores genéticos y no a situaciones ambientales variables. La heredabilidad de la puntuación del CI parecería así una indicación del grado de la base genética de la inteligencia. Pero la cosa no es tan simple, y necesitamos entender por qué.
Ya que las técnicas de mejora utilizadas para estimar la heredabilidad de los caracteres de vegetales y animales no se pueden adaptar obviamente a los humanos, se han ideado métodos alternativos. Estos implican la comparación de individuos íntimamente emparentados entre sí, y más lejanamente emparentados entre sí. Si las personas más íntimamente emparentadas, que tienen una elevada proporción de genes en común, son más parecidos entre sí que las personas más lejanamente emparentadas, que tienen menor proporción de genes en común, sugiere que los genes juegan un papel significativo en definir al fenotipo en cuestión. De estas comparaciones se puede estimar la heredabilidad del carácter.
Un método consiste en examinar grupos de gemelos idénticos y de gemelos fraternos del mismo sexo. Los gemelos idénticos, o monozigóticos, se desarrollan a partir de un solo zigoto y por ello son genéticamente idénticos, mientras que los gemelos fraternos, o dizigóticos, no son más parecidos genéticamente que cualquier pareja de hermanos que comparten, como promedio, el 50% de sus genes. Si el carácter en cuestión tiene una base genética, dados ambientes comunes, los gemelos idénticos se parecerán más entre sí que los gemelos fraternos. Una manera todavía mejor es estudiar gemelos idénticos que han sido separados muy tempranamente y se han criado separados (método que sugirió Francis Galton por primera vez). En teoría esto permite distinguir los efectos de una herencia genética común de los efectos de ambientes distintos.
Reflejando las impresiones inherentes a tales métodos, este y métodos similares han dado lugar a un rango de valores de heredabilidad de la puntuación del CI durante años, desde alrededor de 0,3 hasta alrededor de 0,75. Un valor de la heredabilidad para la puntuación del CI que se acepta en general es 0,6. Consideremos qué significa realmente una heredabilidad de 0,6 para la puntuación del CI, o quizá mejor, que es lo que no significa.
Hablando estrictamente, una heredabilidad de 0,6 para la puntuación del CI significa que en la población en estudio, el 60% de la varianza de las puntuaciones del CI se pueden atribuir a genotipos diferentes de la población.
Primero de todo, debe entenderse que la heredabilidad es un dato estadístico perteneciente a la variación de la población y no tiene significado cuando se aplica a un individuo. Por consiguiente, no es correcto decir que el 60% del CI de una persona está determinado por genes y el 40% por el ambiente.
Segundo, las estimas de heredabilidad se refieren a la variación dentro de una población específica y no a la variación entre poblaciones. Un valor de heredabilidad de 0,6 para la puntuación del CI no significa que el 60% de las diferencias en las puntuaciones del CI entre dos poblaciones se deban a genes diferentes. Las estimas de la heredabilidad no dicen nada acerca de las razones de las diferencias observadas en la puntuación del CI en poblaciones diferentes.
Tercero, la heredabilidad de un carácter no es una característica fija de una población. De hecho, un valor de heredabilidad, de la puntuación del CI o de cualquier otro, pertenece a dicha población concreta en un momento dado, en las condiciones que entonces prevalecen. Los valores de la heredabilidad pueden cambiar cuando cambian los factores ambientales, y por ello pueden variar de un año a otro. “Heredable”, por consiguiente, no es igual a “inevitable”. Un valor de heredabilidad alto no significa que el carácter no pueda ser modificado sustancialmente por factores ambientales. El genotipo puede determinar el rango de fenotipos posibles, pero exactamente qué fenotipos se dan depende de las interacciones con el ambiente.
Los intentos para aclarar las bases genéticas de la inteligencia humana son controvertidos por buenas razones. Los resultados de tales estudios, especialmente cuando se interpretan mal, se pueden tomar como una justificación biológica de políticas sociales discriminatorias. Algunas personas prefieren creer que los problemas de los desaventajados de nuestra sociedad no son el resultado de fuerzas sociales más allá de su control, sino de sus genes. Recientemente, las estimas de heredabilidad de las puntuaciones del CI se han utilizado para apoyar la pretensión de que la inteligencia es en gran parte genética y no está significativamente influenciada por el ambiente que encuentran los niños. De acuerdo con este falso razonamiento, se ha concluido que los esfuerzos para elevar el CI mediante una mejor educación e intervenciones sociales están condenadas al fracaso.
Debería estar claro, a la luz de las impresiones acerca de la naturaleza real de la inteligencia, del escepticismo respecto del test del CI como su medida, y de la dificultad en determinar las bases genéticas de caracteres humanos complejos que, como el de la heredabilidad de la inteligencia, incluso con una estima tan alta como del 0,6, es un fundamento inadecuado sobre el que basar tales pretensiones y sobre la que construir políticas sociales. Esto no quiere decir que la inteligencia, aunque pueda definirse y medirse, no esté influenciada en un grado sustancial por los genes que cada uno de nosotros ha heredado, o que las diferencia en la puntuación del CI no se encuentre en las poblaciones que son estudiadas. Sin embargo, no podemos permitir que el uso de la heredabilidad de las puntuaciones del CI sirva de justificación para diseñar políticas que discriminen a cualquier individuo de nuestra sociedad.

CONDUCTAS AGRESIVAS EN LA INFANCIA

Conductas agresivas en la infancia
por
Dr. Eduardo Hernández

Pediatra y Psicoterapeuta Conductual Infantil
La familia constituye el lugar por excelencia en donde los niños aprenden a comportarse consigo mismos y con los demás, es decir es un agente de socialización infantil. Es la agresividad, una de las formas de conducta que se aprenden en el hogar, y en donde las relaciones intrafamiliares ejercen una influencia en su generación y mantenimiento. Cuando los niños exhiben conductas agresivas en su infancia y crecen con ellas formando parte de su repertorio conductual, se convierten en adolescentes y adultos con serios problemas de interrelación personal, que pueden generar conductas antisociales, alcoholismo, dificultades en la adaptación al trabajo y a la familia, y en el peor de los casos llegan a exhibir una conducta criminal y a sufrir afectación psiquiátrica grave.
¿Qué entendemos por Conducta?. Podemos definirla como: modo de actuar de un individuo, observable, medible y modificable.
Por Conducta Agresiva entendemos, un modo de actuar de los niños caracterizada por:
1. Accesos de cólera.
2. Actos de desobediencia ante la autoridad y las normas del hogar.
3. Amenazas verbales.
4. Daños a cosas materiales.
5. Deterioros en la actividad social y académica por episodios de rabias.
6. Discusiones con los hermanos, con los padres y otros integrantes de la familia.
7. Gritos.
8. Molestar a otros integrantes de la familia.
9. Mostrarse iracundo o resentido.
10. Pleitos.
Todas estas características deben presentarse en una frecuencia, intensidad y duración adecuados para pensar se trate de un patrón conductual.
Algunas características casi universales del comportamiento agresivo son:
Altamente impulsivos.
Relativamente refractarios a los efectos de la experiencia para modificar su conducta problema.
Carencia de habilidad para demorar la gratificación.
Baja tolerancia a las frustraciones.
Etiología de la conducta agresiva:
Las teorías sobre las causas de la agresión son múltiples, van desde:
1. Considerar la presencia de factores biológicos en el origen de estas conductas. Se apoyan en tres investigaciones: a) una disfunción de los mecanismos inhibitorios del sistema nervioso central; b) el surgimiento de una emocionalidad diferente; y c) efectos de los andrógenos sobre la conducta de los humanos.
2. Las teorías psicodinámicas, que consideran que existen factores innatos en el individuo que lo llevan a presentar una conducta agresiva. Es una búsqueda de placer, es un instinto primario (destrucción o muerte).
3. Las teorías del aprendizaje, que son las que abordaremos en este tema.
Numerosas teorías psicológicas plantean que la agresión, es un patrón de respuestas adquiridas en función de determinados estímulos ambientales (familiares) según una variedad de procedimientos; algunos de ellos son:
La agresión adquirida por condicionamiento clásico por el uso de los premios y castigos como moldeadores de la conducta. Ellis (1986).
La agresión adquirida por aprendizaje social a través de la observación. Bandura (1986)
La teoría de Aprendizaje de Skiner (1952), que evidencia que la agresión es adquirida por condicionamiento operante.
Maslow (1964) da a la agresión un origen cultural y dice que surge como "una reacción ante la frustración de las necesidades biológicas o ante la incapacidad de satisfacerlas".
Mussen y otros (1990), sostienen que la agresión es el resultado de prácticas de socialización en el seno familiar y que los niños que emiten conductas agresivas, provienen de hogares donde la agresión es exhibida libremente, existe una disciplina inconsistente o un uso errático del castigo.
La mayoría de los padres han aprendido a desempeñar su rol a través de la observación de su propia crianza, es por ello una generalidad que se repitan los mismos patrones de crianzas que sus padres usaron con ellos, y que en el sistema cultural venezolano se ha basado en el sexismo, el machismo y el autoritarismo. Términos éstos que generan una gran cantidad de errores de concepto y que la misma evolución social venezolana se ha encargado de modificar en el tiempo, pero que sin embargo siguen causando estragos en la propia estructura social venezolana.
Como parte del proceso de socialización, los padres necesitan estar conscientes de la influencia que ellos ejercen sobre sus hijos a través de su ejemplo, lo cual según el aprendizaje social nos dice que los niños aprenden formas de comportarse en base al comportamiento de sus padres.
Partiendo de la premisa que las conductas agresivas tienen su origen y mantenimiento en el seno familiar, el Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela, de corriente cognitivo conductual, ha elaborado una serie de recomendaciones para obtener un buen estilo de crianza y educación de los hijos, estas son:
1 - La comunicación frecuente y satisfactoria entre padres e hijos.
2 - Incentivar la colaboración mutua entre todos los integrantes del hogar.
3 - Demostraciones efectivas de afecto.
4 - La reunión familiar para establecer las normas, dar y recibir afecto y compartir.
5 - Estimular la confianza.
6 - Propiciar la asertividad.
7-Tomar en cuenta la recreación como parte de la vida.
8 - Establecer en el hogar de forma clara y precisa, los deberes y derechos de cada uno de los integrantes de la familia y exponer la responsabilidad de asumir las consecuencias de los actos cometidos.
9 - Aplicar de forma adecuada el binomio afecto-autoridad.
Si pese a lo antes descrito, el niño (en especial el preescolar), emite conductas agresivas, las siguientes indicaciones ofrecen sugerencias para manejar estas conductas:
Un niño debe aprender que una conducta agresiva de cualquier tipo es inaceptable.
Es un error responder con agresión a la conducta agresiva de un niño.
En el momento que su niño emita una conducta agresiva, llévelo a un rincón de la habitación y explíquele simple y firmemente que no le está permitido golpear, morder, patear, etc.
Evite utilizar expresiones en contra del niño, tales como "eres malo, malvado, insoportable", etc.
Refuerce positivamente cuando se comporte en forma correcta y amable con los demás.
Preste especial atención a su conducta en situaciones grupales, y esté listo para intervenir en caso necesario.
Si estas conductas aumentan en frecuencia y se mantienen en el tiempo, alterando en buen funcionamiento del pequeño y su familia, entonces es hora de acudir a una ayuda especializada.
Apoyándonos en diferentes autores como Bianco (1991), Coleman (1996), Kasdin (1989), Moles (1991), Satir (1991), se propone el siguiente plan de tratamiento de las conductas agresivas en niños:
1 - Diagnóstico preciso y evaluación eficiente de la conducta agresiva.
A través de una buena historia clínica, es importante realizar una etiología conductual de la conducta agresiva, y una definición operativa de la misma. Con el diagnóstico preciso se planifica el tratamiento a seguir.
2 - Terapia de la Conducta Infantil.
Orientada específicamente hacia la conducta problema y su tratamiento, aplicando técnicas de modificación conductual.
3 - Terapia Familiar.
Durante este proceso, el terapeuta evaluará a la familia en relación a: la comunicación, las relaciones familiares, las estructuras de poder, el binomio autoridad-afecto, etc.
4 - Entrenamiento a los padres.
Se procede a entrenar a los padres como generadores de conductas en sus hijos, en técnicas de aplicación de castigos, reforzamiento, modelamiento etc.
5 - Terapia Cognitiva
A través de la intervención de los procesos cognitivos (pensamientos) del niño, se aclaran conceptos, se tumban mitos, se incluyen visualizaciones, programación neurolingüística, etc.
Para concluir podemos decir que la agresividad es una conducta no operativa, que trae consecuencias a corto y largo plazo para quien la emite y para quienes lo rodean, pudiendo llegar a convertirse en una manera de comportarse, como forma general de cotidianidad y desencadenar sucesos realmente lamentables para todos los involucrados. Además la familia y sus relaciones surgen como generadora de las conductas agresivas de los niños.
Dr Eduardo Hernández GonzálezPediatra y Psicoterapeuta Conductual InfantilVenezuela

jueves, 29 de enero de 2009

COMO EDUCAR ADOLESCENTES

Cómo educar adolescentes? Consejos de acción y actitud para padres de hijos adolescentes. En un colegio de la ciudad de México fue hecho un estudio muy interesante. Se preguntó a los padres de familia si consideraban que era buena la comunicación con sus hijos. Casi todos respondieron que sí.
Después se repitió la misma encuesta con los alumnos. Se hizo, como en el caso de los padres, una pregunta única: ¿Crees que es buena la comunicación con tus papás y por qué? Muchos respondieron abiertamente que no y otros decían que era buena, pero luego daban alguna explicación o aclaración que hacía ver que realmente no era tan buena. Decían, por ejemplo: es buena, pero no me escuchan; es buena, pero no se interesan por mis cosas; es buena, pero no tienen tiempo para mí; es buena, pero no puedo hablar a solas con ellos; es buena, pero todo lo que les digo lo consideran sin importancia. Sólo tres alumnos respondieron que la comunicación con sus papás era buena, sin peros. Este es el punto fundamental, no se puede educar si no hay una recta comunicación. Mis mensajes no llegan y los de mis hijos no me llegan a mí. Se acaba por no conocer al hijo y de ahí nace el problema de no saber cómo afrontar los problemas. Les voy a contar un caso real que pasó en dos familias. Quizá el problema de fondo parezca obsoleto y anticuado, pero ilustra la diferencia que hay entre educar con comunicación o hacerlo sin ella. Corría el año 1980 y llegaba la moda de la minifalda. Al principio, los papás tenían serios reparos para dejar a sus hijas ir así a la calle. Los padres de Paloma la vieron un día vestida así y la regañaron duramente. Ella quiso dar alguna razón para defender su postura, pero no hubo forma. Desde entonces, Paloma, siempre que iba a alguna fiesta, salía vestida de su casa decorosamente según el gusto de sus padres, pero siempre llevaba en una bolsa la minifalda para cambiarse. Los papás de Alicia tampoco veían con buenos ojos que su hija fuera vestida de tal forma, pero hablaron con ella y escucharon sus razones. Ella les dijo que era la moda y que si no usaba minifalda, su novio se pasaba toda la fiesta fijándose en otras niñas y no en ella. Además, que era cómoda y no sé cuántas cosas más les diría. El caso fue que los padres de Alicia acabaron aceptando que en ciertos momentos ella fuese vestida con minifalda, pero al mismo tiempo formaron en ella un recto sentido del pudor que la ayudó mucho en esta etapa de la adolescencia, donde las muchachas pasan de sentirse a disgusto con su cuerpo a una exaltación excesiva del mismo.
Padres con hijos adolescentes
El ejemplo, como ven, es anticuado, pero una cosa queda muy clara: no se trata de ceder en todo, sino de dar razones de las decisiones de los papás. Esa es la clave, escuchar al hijo y dar las orientaciones acompañadas de razones. Hay otro caso curioso: la esposa le dice al señor ve a ver qué le pasa a tu hijo, creo que tiene algún problema, trata de hablar con él. El señor busca al chico. Pasan dos minutos y regresa el señor: ya está. La esposa pregunta: ¿tan rápido?, ¿qué pasó? El marido responde tranquilamente: fui, le pregunté qué le pasaba, me dijo que nada, le dije ’OK’ y me regresé.
Conocer los hijos adolescentes
Ustedes estarán de acuerdo conmigo en que esto tampoco es comunicación. Mejor dicho, es comunicación formal, pero no real. Nosotros tenemos que buscar una comunicación real, que no se quede sólo en el buenos días, ¿cómo te fue?, sino que nos ayude a conocernos a fondo. No se trata de interrogar al muchacho en forma inquisitoria violando su intimidad, pero sí de hacerme presente en su mundo aprovechando los momentos en que esté más accesible, buscando las ocasiones, yendo a fondo. Se trata de exponer mis orientaciones razonadas, con suavidad, con cariño, con interés, hacer que en cierta forma me necesite y me busque porque yo puedo ayudarle, porque puede confiar en mí. No hay que olvidar una cosa: en este campo competimos precisamente con los medios de comunicación, expertos en este arte. Decíamos al principio que muchas veces son verdaderos factores de distorsión en la educación de los hijos. Por eso tenemos que esmerarnos en la comunicación; estamos compitiendo con profesionales de las grandes ligas para vender, seguramente, un mensaje distinto.
Consejos de acción y actitud para padres de hijos adolescentes en los conflictos en la adolescencia. ¿Cómo pueden los padres ayudar a que sus hijos pasen por esa transición, de tal manera que se renueven y crezcan, en vez de que salgan del proceso deteriorados, sin retos que enfrentar y desilusionados? He aquí algunas sugerencias de acciones que dan resultado.
Orientarlos para que aprendan y saquen provecho de sus errores. En lugar de someterlos a interrogatorios policiacos que lo único que consiguen es hartarlos, conviene preguntarles ¿por qué crees que falló?, ¿qué crees que convendría haber hecho?. En lugar de darles "recetas", dejarlos que asuman responsabilidades y preguntarles ¿qué piensas hacer ahora para resolver esta situación? Evitar forzarlos a que hagan las cosas "a la manera" de los padres, en vez de tratar de convencerlos, darles oportunidad para que juzguen y experimenten, como por ejemplo, en el caso del vestuario. Buenos consejos para padres de adolescentes
Ayudarlos a que descubran lo que es valioso en su persona. Que tomen conciencia de que valen por lo que son, no por lo que traen puesto o por lo que tienen. Darles oportunidad de que vivan sus propias experiencias en situaciones que no implican mayor riesgo. Por ejemplo en el caso del dinero, se les puede asignar una cierta cantidad, para que la administren bajo su propio riesgo. Hacer que en casa haya "claridad de reglas", que sepan el qué y el por qué, para ayudarlos y formarlos. Que haya límites claros pero razonados, no impuestos, pues eso les da seguridad. Tener cuidado con lo que los hijos ven y leen, no a base de represión, sino de reflexión. Puede aprovecharse o provocar el ver con ellos un programa de televisión o una película y luego, discutir y evaluar, para ayudarles a formarse un criterio.
Ser inteligente a la hora de educar
Una vez vino a verme un matrimonio que estaba muy preocupado por la educación de su hijo. Los dos empezaron a descubrir echándose mutuamente la culpa de los problemas que padecía su hijo. Él decía: es que tú le consientes todo. Ella respondió: es que tú educas a tu hijo con el hígado. Lo que aquella señora quería decir es que su marido siempre trataba a su hijo con enfado, le corregía con malos modos y el único diálogo que mantenía con él era a través de los gritos. No se crean que es un caso raro, desgraciadamente hay muchos padres y madres de familia que educan a su hijo con el hígado porque han perdido ya la batalla y piensan que esta es la única forma de imponerse. Nada más lejos de la realidad. El corregir o reprender en momentos de enojo es contraproducente y sólo produce rebeldía y cerrazón en los adolescentes. Simplemente es el método más eficaz para que no te hagan caso y pierdas todo el ascendiente sobre él. En México se dice con mucha sabiduría: el que se enoja, pierde. Estar enojado puede ser normal, pero afrontar en esos momentos a tu hijo y querer educarlo es inadecuado. En los momentos de enojo hay que saber esperar, pero siempre es más sano no enojarse. Este punto puede parecer superficial, pero es la mayor queja que presentan los adolescentes hacia sus padres.

domingo, 18 de enero de 2009

SINDROME DE ALINEACION MONOPARENTAL

DIMENSIÓN PSICOLÓGICA DE LA PATERNIDAD

Conceptualización del Síndrome de Alienación Parental
El síndrome de alienación parental, SAP fue definido por Gardner, R, como "una respuesta de contexto familiar típica al divorcio, en la cual el niño resulta alienado respecto de uno de sus progenitores y acosado con la denigración exagerada y/o injustificada del otro progenitor, hecho que produce una perturbación en el niño y que definitiva, obstruye la relación con el progenitor no custodio, y resulta destruida en los casos más severos.
En este aspecto, distingue entre Síndrome de Alienación Parental y el término Alienación Parental. En ésta última denominación existe un gran elenco de causas, incluyendo el abuso parental de buena fe y/o negligente, así como déficit significativos en un padre rechazado que pueden no alcanzar el grado de abuso. En consecuencia, concibe al SAP como una subcategoría especializada de la alienación parental genérica y en su experiencia, refirió como: madre al progenitor que aliena y como padre al progenitor alienado. Esta puntuación la efectuó, en consideración a que la madre es más adicta al SAP, lo que en términos de Clawar y Rivlin equivale al secuestro psicológico del niño y que para Huntington, equivale a la abducción física en la adicción generada por el padre". Rand, Conway, D. (1997: I).
No obstante esta primera apreciación del SAP, el mismo Gardner, R. (2000) demostró posteriormente, que "la alienación parental es ejercida tanto por el padre como la madre en un cincuenta por ciento".
Síntomas del Síndrome de Alienación Parental
"La severidad del SAP y la acumulación de los síntomas, es lo que inclinó a Gardner, R. considerarlos un síndrome, cuando:
· El niño está alineado con el progenitor alienador en una campaña de denigración contra el progenitor objeto, en la que el niño contribuye activamente.
· Las razones alegadas para justificar el descrédito del padre objeto, son a menudo débiles, frívolas o absurdas.
· La animadversión hacia el padre rechazado carece de la ambivalencia normal en las relaciones humanas.
· El niño afirma que la decisión de rechazar al padre objeto es exclusivamente propia, lo que Gardner, R. llama el fenómeno del 'pensador independiente'.
· El niño apoya reflexivamente al progenitor con cuya causa está alineado.
· El niño expresa desprecio sin culpa por el odio hacia el padre objeto.
· Se evidencian escenarios prestados, por ejemplo, las afirmaciones del niño reflejan temas y terminologías propias del progenitor alienador.
· La animosidad se extiende a la familia de origen y a quienes se asocian con el padre odiado.
Detección del Síndrome de Alienación Parental
Asimismo, Gardner, R, considera importante definir la adecuada aplicación del SAP, en los casos de divorcio y/o custodia:
· Cuando la animosidad del niño puede justificarse, como sucede en el caso de existir un abuso o negligencia parental real, el diagnóstico de Síndrome de Alienación Parental no explica la hostilidad del niño.
· Cuando el progenitor objeto de la hostilidad no ha mostrado ningún grado de comportamiento alienador que pudiera justificar la campaña de vilificación, el (SAP) es justificado, dado que el padre victimizado sería considerado por la mayoría de los investigadores como un padre normal, cariñoso, con mínimas digresiones de la capacidad parental.
Una diagnosis apropiada del SAP incluyendo el grado de gravedad que Gardner, R. recomienda, puede representar la diferencia entre permitir que un caso rebase este punto de no retorno o intervenir eficientemente antes de que sea demasiado tarde". Rand, Conway.D. (1997: I).
Inductores de la Alienación Parental
¿Quién es un progenitor alienador?
El progenitor alienador es a menudo "una persona sobre protectora, que puede estar cegado por su rabia, provocado por celos o por la cólera. Se ve como víctima, tratado injustamente y cruelmente por el otro progenitor, del cual se quiere vengar, haciendo creer a los hijos que el otro tiene toda la culpa, ejerciendo persuasión coercitiva". Lowenstein, F. (1999). Asimismo, como el progenitor alienador "cuenta con el apoyo de los miembros de su familia, se fortalecen sus sentimientos, respecto a 'tener' la razón y conducen al hijo a odiar y rechazar al padre.
"Capturar el control total de sus hijos es para el progenitor alienador, una cuestión de vida o muerte. No es capaz de individualizar (reconocer a sus hijos como seres humanos separados) y es muy convincente en su desamparo y en sus descripciones. A su vez, opera con gran resistencia al examen de un experto independiente (quien podría destapar sus manipulaciones) y no obedece las sentencias de los tribunales". Major, J. (2000).
Proceso operante del Síndrome de Alienación Parental
"Los padres alienadores emplean psicológicamente el proceso de triangulación. Este término describe la forma en que los padres proyectan la rabia que sienten hacia el otro padre utilizando la vía de relación padre-hijo, para denigrar al otro padre, para lo cual se abduce o secuestra psicológicamente al hijo con el objeto de alejar al niño del otro padre". Hoobs, T. (2002:2).
Hijos Alienadores
"Los niños, frecuentemente no tienen conciencia de cómo están siendo utilizados y es muy importante entender, que si el niño está enfadado y rechaza las visitas con el otro padre a causa de antecedentes de abuso, el comportamiento infantil no es una manifestación del SAP, y constituye la razón por la cual el aspecto de las falsas denuncias es tan importante. No obstante, los propios hijos pueden tener motivaciones que pueden hacer del SAP algo más catastrófico, en consideración a:
· La perspectiva hedonista por las gratificaciones inmediatas.
· Al deseo de evitar lo incómodo, como las situaciones ansiógenas, que los hace aliados vulnerables para situarse al lado del padre alienador". Darnall, D. (1998).
· "Los niños que asumen un papel de espía, tratan de obtener ventajas mediante el chantaje, pero, pueden minar progresivamente la actitud favorable del padre, alejándolo física y emocionalmente". Ezquerro, G.M. (2002).
Comportamiento Alienador
El comportamiento de los progenitores que inducen a la alineación en los casos de divorcios altamente conflictivos, se basa en una multifactorialidad de maniobras, que inducen a la campaña de alineación para frustrar el régimen de visitas y las relaciones con el hijo.
· Por Sexo. Las madres adoptan un comportamiento de SAP con una frecuencia significativamente mayor y se inclinan a la abducción psicológica y social. En los padres, la frecuencia se refleja mayoritariamente en la abducción física.
· Parejas No Casadas. La alienación es desplegada por el resentimiento y rabia de la madre por la negativa del padre a casarse, efecto que se exacerba si el padre se involucra con una nueva pareja.
· Nuevas Parejas. La nueva pareja puede ser el instigador primario de los esfuerzos por obtener la custodia del niño. Algo similar sucede cuando el padre se asocia a un culto religioso que estimula la lucha activa por arrebatar la custodia al progenitor no asociado al culto.
· Vulnerabilidad Narcisística. Cuando uno o ambos progenitores tienen esta vulnerabilidad carecen de una identidad propia y la necesidad de protegerse y defenderse contra la herida narcisista, se operacionaliza en el uso de defensas primitivas como la externalización, la negación y la proyección.
· Ocultar Déficits Parentales. La campaña alienadora se utiliza para encubrir un escrutinio no deseado de los problemas personales del progenitor programador.
· Vulnerabilidad a la Separación. Un factor en algunos divorcios claramente conflictivos, es la presencia en uno o ambos padres de vulnerabilidades específicas hacia la pérdida y los conflictos que rodean el vínculo. El progenitor rechazado con el divorcio, se vuelca hacia el niño como medio de llenar sus necesidades emocionales resultando lo que Wallerstein denomina 'niño sobrecargado'.
· Venganza. Es una de las razones más comunes y poderosas que los progenitores tienen a la hora de adoptar un comportamiento alienador y constituye la única opción viable en respuesta a los sentimientos heridos por el divorcio.
· Necesidad de Controlar y Dominar. Algunos progenitores están impulsados de una necesidad incontrolable de influencia y dominio, que les proporciona la doble gratificación de mantener el poder sobre el niño y vicariamente sobre el ex cónyuge, cuyo régimen de visitas y relaciones con el niño resulta frustrado por las maniobras de control del padre alienador.
· Síndrome de Medea. Jacobs en Nueva York y Wallerstein en California informaron casos de lo que ellos llamaron el Síndrome de Medea. Las Medeas modernas no desean matar a sus hijos, pero sí quieren venganza de sus ex esposas o esposos y lo logran destruyendo la relación entre el otro progenitor y el niño. Se inicia con el matrimonio en crisis y la separación subsiguiente, cuando los padres pierden, de vista el hecho de que sus hijos tienen necesidades distintas a las propias y piensan en el niño como una extensión del propio yo. Estos progenitores liberar su intensa ira de manera desorganizada pero crónicamente disruptiva, que bombardea a los niños, más que les protege con la cruda amargura y el caos de los sentimientos de los progenitores para con el ex cónyuge y con el divorcio mismo.
· Síndrome de la Madre Maliciosa. Turkat, (1994) denominó esta perturbación y la clasificó como una forma moderada de interferencias en las visitas, en comparación con el síndrome de la madre maliciosa en relación con el divorcio. En el contexto del divorcio, se relaciona con una clase especial de progenitores alienadores, que emprenden una campaña multifacética y despiadada de agresiones y engaños contra el ex cónyuge, como medio de castigarle por el divorcio. Litigación excesiva, involucración del niño y terceras personas, utilización del fraude y de la mentira". Citado por Rand, Conway. D. (1997: I).
Tributo del Síndrome de Alienación Parental al Sistema Legal
Los aportes legales más significativos de Gardner, R. fueron puntualizados por Lund, M. (1996) y están referidos a:
· Alertar sobre los efectos adversos del SAP al sistema legal, a los padres y a los profesionales de la salud mental que tratan casos de divorcio y litigios de custodia.
· Evaluar las afirmaciones de rechazo de los niños, aplicando el conocimiento de las dinámicas del SAP.
· Emanar órdenes judiciales para mantener el contacto, en el curso de procesos legales muy dilatados.
· Designar frente a situaciones muy confrontacionales, un Tutor Especia, y/o Gardian ad Litem".
La intervención legal constituye la piedra angular del tratamiento. En este sentido, la rápida intervención del Juez en las primeras etapas de impedimento puede ayudar a prevenir este tipo de reacciones, que emergen cuando el contacto es discontinuado, ya sea por procedimientos legales, por acciones del impedidor y/o terapeutas". Lund, M. citada por Pedrosa, S. (1999).
Sentencias Judiciales versus Comportamiento Alienador
· Ohio, en este tenor, la Corte Suprema de Ohio observó que al "otorgar una guarda y custodia, en la determinación del mejor interés para el menor, un juzgado debe considerar la evidencia de la alienación parental y en este sentido, han reconocido comportamientos alienantes que frustran la cooperación entre ambos padres, tales como: la hostilidad manifiesta y las denuncias infundadas encaminadas a terminar con los derechos de visita del otro padre". Dougherty, D. (1997).
· California, en este mismo posicionamiento, el código penal estipula que "toda persona que guarda, aleja, detiene, sustrae o esconde un hijo, y que con intención maliciosa priva al que tiene la tenencia legal del ejercicio de su derecho o priva del derecho de visita, será castigado con encarcelamiento de un máximo de un año y con una multa de un máximo de mil dólares". Podevyn, F. (2001).
· Pennsylvania, este comportamiento está sujeto a "una pena de seis meses con remisión condicional, a una multa de quinientos dólares y la suspensión del carné de conducir". Gardner, R. Addendum 2.11. (1999).
· Tejas, "los tribunales sentencian al acusado que ha procedido intencionalmente y/o de manera imprudente, por haber provocado un desamparo emocional". Gardner-Addendum.2.17. (2000). (Anexo V.4).
· En este mismo tenor, es emblemática la sentencia "ELSHOLZ del 13 de julio de 2000, fecha en que las Cortes Europeas le otorgaron la razón al padre que solicitó derecho de visita en 1992, para un hijo nacido fuera del matrimonio. Condenaron a la Alemania a pagar 47.600 DEM por los daños morales. Esta sentencia modelo, señala que el interés superior del hijo se encuentra en el derecho fundamental de tener acceso a sus dos progenitores".
· En España, Zaragoza, "un juez condenó a seis meses de prisión a una mujer y al pago de los gastos incurridos por varios viajes del padre, por vulnerar el derecho de visita del padre, a quién impidió reiteradamente su cumplimiento para ver a su hija de 6 años. La sentencia estimó que la mujer no se dio por enterada de las decisiones judiciales, en claro menosprecio a la autoridad y sus determinaciones".Campo,J.(2001).
Estatuto Psiquiátrico
En este sentido, y no obstante ser el SAP, un concepto en desarrollo, aún no ha sido incluido en ninguno de los dos manuales enfocados a la clasificación de diagnósticos psiquiátricos, referidos al: "(ICD-10) Clasificación Internacional de Desórdenes y el (DSM-IV) Manual de Diagnóstico Psiquiátrico y Estadístico. Esto se clarifica, porque cuando los catálogos incorporan un síndrome, éste pasa a denominarse 'desorden', lo cual no ha ocurrido con el SAP, que no está recopilado en ninguna de ambas publicaciones, básicamente por dos motivos.
· 1) Su reconocimiento se ha producido sólo en la comunidad científica y legal de Estados Unidos.
· 2) La influencia de grupos de presión, especialmente feministas, que consideran que este síndrome impugna a la madre.
No obstante, el reconocimiento del SAP como desorden psiquiátrico es fundamental, porque su objetivo es proteger los derechos del niño a fin de de mantener una relación saludable con ambos padres".Hobbs, T. (2002:1).
Iniquidad a la Infancia
La obstrucción del vínculo paterno-filial, compone claras expresiones de abuso psicosocial canalizado al niño y consecuentemente el progenitor denigrado no custodio. Este argumento, lo postuló la Declaración de Langeac (1999) en su artículo noveno, letra d. "como la alienación parental significa daños y perjuicios a la relación niño-padre (madre), y es perjudicial al interés superior del niño, debe considerarse una forma de abuso al niño. También las acciones realizadas por las autoridades judiciales que dañen las relaciones del niño con sus padres deben considerarse como una forma de abuso del niño y deben cursarse las multas y cargos correspondientes".
Secuelas Alienantes en el Hijo
Los efectos nocivos del abuso psicosocial repican en el niño en las siguientes áreas:
Conducta Infantil
Según Bone, M. & Walsh, M. (1999), "para sobrevivir al efecto alienante, los hijos se convierten en astutos manipuladores y en expertos prematuros para descifrar el ambiente emocional. Este comportamiento es inducido por seguir la directiva del alienador que conlleva la elección de un progenitor, y actúa sobre la emoción más fundamental del ser humano, el miedo a ser abandonado".
Afectan el Interés Superior del Niño
"Inducen a menores no abusados sexualmente, a creer que sí lo fueron, mediante la co-construcción de memorias o pseudo memorias. Muchas veces psiquiatras y psicólogos, -aún involuntariamente-, generan una verdadera criminogénesis de falsos abusos sexuales y sus nefastas consecuencias, dado que:
· Causan verdaderas parentectomías, porque muchas veces los progenitores son injustamente excluidos del hogar conyugal, produciendo en los niños distrés, angustia, depresión, síndrome de alienación parental y la creencia errónea de que no los quieren". De Gregorio, B. H (2002).

LOS LIMITES DE SER PADRE

LOS LIMITES DE SER PADRES

Te di la vida, pero no puedo vivirla por ti. Puedo enseñarte muchas cosas, pero no obligarte a aprender. Puedo dirigirte, pero no responsabilizarme por lo que haces. Puedo instruirte en lo malo y lo bueno, pero no decidir por ti. Puedo darte amor, pero no puedo obligarte a aceptarlo. Puedo enseñarte a compartir, pero no puedo forzarte a hacerlo. Puedo hablarte de respeto, pero no puedo exigirte que seas respetuoso. Puedo aconsejarte sobre las buenas amistades, pero no escogértelas. Puedo educarte sobre el sexo, pero no puedo mantenerte puro. Puedo amonestarte en cuanto al pecado, pero no hacerte una persona moral. Puedo explicarte cómo vivir, pero no darte vida eterna. Puedes estar seguro que me esforzaré hasta el máximo por darte lo mejor porque te quiero, pero lo que hagas de tu vida dependerá de ti. Aun cuando siempre esté junto a ti, las decisiones las tomarás tú. Solo le pido a la vida que te ilumine para que tomes las correctas. Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama- (San Agustín).

viernes, 16 de enero de 2009

COMO SER PADRE DE ADOLESCENTES

Una síntesis de la investigación
y una base para la acción
Ser padres
de adolescentes
A. Rae Simpson, Ph.D.
Proyecto Ser Padres de Adolescentes
Centro para la Comunicación de Salud
Escuela de Salud Pública de Harvard
Organización Panamericana de la Salud
Oficina Regional de la
Organización Mundial de la Salud
Informe original financiado por la
Fundación John D. y Catherine T. MacArthur
Ser padres
de adolescentes
A. Rae Simpson, Ph.D.
Proyecto Ser Padres de Adolescentes
Centro para la Comunicación de Salud
Escuela de Salud Pública de Harvard
Informe original financiado por la
Fundación John D. y Catherine T. MacArthur
Una síntesis de la investigación
y una base para la acción
Ser padres de adolescentes: Una síntesis de la investigación
y una base para la acción
Este proyecto fue subvencionado por la Fundación John D. y Catherine
T. MacArthur.
Copyright © 2001 by A. Rae Simpson and the President and Fellows of
Harvard College; photos English edition © Susie Fitzhugh, Stephanie
Felix and Boston Photo Collaborative.
Versión en español copyright © 2004 Organización Panamericana de la
Salud; fotos versión en español © Medioimages, Inc. y Armando Waak,
OPS.
Cita recomendada:
Simpson, A. Rae (2001). Ser padres de adolescentes: Una síntesis de
la investigación y una base para la acción (Raising Teens: A Synthesis
of Research and a Foundation for Action). Boston: Centro para la
Comunicación de Salud, Escuela de Salud Pública de Harvard.
El informe en inglés está disponible en la página web
http://web.mit.edu/hr/worklife/raising.html
Solicite la versión en español a:
Organización Panamericana de la Salud
Salud de Adolescentes
Unidad de Salud del Niño y del Adolescente
Área de Salud Familiar y Comunitaria (FCH)
525 23rd St. N.W.
Washington, DC 20037 EE.UU.
O descárguela de Internet:
http://www.paho.org/Spanish/AD/FCH/CA/serpadresadol.pdf
Las solicitudes de reproducir o traducir total o parcialmente
esta publicación deberán dirigirse a OPS. Cualquier
reproducción o traducción de esta publicación deberá incluir
por escrito los derechos de autor de A. Rae Simpson y el Centro
para la Comunicación de Salud, Escuela de Salud Pública de
Harvard.
3
Índice
I. Resumen del informe 5
Las diez tareas para los adolescentes 7
Cinco conceptos básicos para ser padres
de adolescentes 9
Recomendaciones para futuros trabajos 14
II. Antecedentes del informe 17
La necesidad 19
El proyecto Harvard sobre cómo ser padres
de adolescentes 28
Métodos, definiciones e hipótesis 30
III. Principios y contexto 37
Las diez tareas de los adolescentes 40
IV. Cinco conceptos básicos para ser
padres de adolescentes 61
1. Amor y conexión 63
2. Monitorizar y observar 68
3. Guiar y limitar 73
4. Dar ejemplo y consultar 77
5. Proveer y abogar 81
Ante todo, no hacer daño 85
V. Recomendaciones para el futuro 90
VI. Referencias 101
VII. Agradecimientos 136
4
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
5
Resumen del informe
El objetivo de este informe es atraer la atención pública y de
los medios hacia una crisis y una oportunidad. La crisis
radica en que, de múltiples maneras, los adolescentes de las
Américas están enfrentando riesgos de violencia, embarazo
y VIH, enfermedad mental, abuso, negligencia, educación
inadecuada, abuso de sustancias, pobreza y otras fuentes
que ponen en grave riesgo su futuro y, por ende, el nuestro.
Uno de los aspectos más sorprendentes de esta crisis es lo
poco que hemos involucrado a los padres como parte de la
solución. Si bien se necesitan iniciativas en todos los
niveles, desde el desarrollo comunitario a los cambios en las
políticas, con frecuencia perdemos de vista a uno de los
grupos que pueden y más quieren ayudar a los
adolescentes: sus padres.
Allí se encuentra la oportunidad: en años recientes, se ha
acumulado un conjunto sin precedentes de investigaciones
sobre el poder que tienen los padres y las familias para
tener un impacto en la vida de los adolescentes. Sin
embargo, muy poco de ese conocimiento ha llegado a los
medios, a los planificadores de políticas o a los
profesionales, y menos aún a los mismos padres.
La meta de este informe es hacer que los hallazgos de
este nuevo conjunto de investigaciones sobre ser
padres de adolescentes sean más accesibles para
aquellos que trabajan con y a favor de los
adolescentes y las familias, de manera que puedan, a
su vez, hacerlo más accesible y útil para los padres.
Preparado por el Centro para la Comunicación de Salud en
la Escuela de Salud Pública de Harvard, con fondos de la
Fundación John D. y Catherine T. MacArthur, el informe
identifica hallazgos prácticos que están bien establecidos,
organizándolos en marcos que rápida y sencillamente
capturan los puntos principales. No se ofrecen con la
intención de decirle a los padres qué hacer, sino más bien
para aportarles información adicional que puedan integrar a
sus propios valores, perspectivas culturales y características
y circunstancias individuales. El deseo es que la información
adicional tenga un efecto de cascada y sirva como
herramienta para los esfuerzos colectivos de los
adolescentes, padres, familias, medios, escuelas,
comunidades, grupos profesionales, líderes religiosos y
planificadores de políticas, a fin de construir un mejor apoyo
para la próxima generación.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
6
¿Para quién se escribió el informe?
El informe se redactó para todas las personas que trabajan
con y a favor de los padres, los adolescentes y las familias,
incluyendo a aquellas en los medios de comunicación y de
entretenimiento, políticas, promoción, cuidado de la salud,
educación, trabajo de jóvenes, empresas, educación para
padres, desarrollo de la comunidad y muchos otros campos.
No está específicamente dirigido a los padres, si bien el
hecho de que lo lean será muy bienvenido. Antes bien, está
destinado a aquellos cuyos roles como intermediarios
incluye el brindar apoyo e información a padres de
adolescentes o facilitar los esfuerzos para hacerlo.
¿Qué contiene el informe?
El informe ofrece una síntesis de los hallazgos más
importantes de la investigación sobre ser padres de
adolescentes, con énfasis en los hallazgos que han logrado
un amplio consenso entre los expertos en el tema. Basado
en el análisis de más de trescientas reseñas recientes de
investigaciones y prácticas, el informe condensa estos
hallazgos en resúmenes y mensajes cortos y claros que
pueden ser trasmitidos a los padres y a otros que asumen
ese rol. Los contenidos del informe están diseñados para ser
usados de forma flexible, como una información rápida de
antecedentes, una fuente de ideas y un catalizador para
otras iniciativas.
Puntos salientes del informe:
• Las 10 tareas de los adolescentes: una lista de las
tareas de desarrollo que los adolescentes deben
emprender de manera tal de lograr una exitosa
transición a la adultez.
• Los cinco conceptos básicos para ser padres de
adolescentes: un esbozo de las principales maneras en
que los padres pueden influir saludablemente en el
desarrollo adolescente.
• Estrategias para los padres: una serie de opciones
basadas en la investigación para llevar a cabo los cinco
consejos básicos.
• Mensajes claves para los padres: una o dos
oraciones que capturan la idea central para cada uno de
los cinco consejos básicos.
Estos pueden encontrarse en las siguientes páginas de este
“Resumen del informe”. Los fundamentos y principios sobre
los que se basan estos hallazgos, mayores detalles y las
referencias completas se encuentran en el informe completo
que sigue.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
7
Las diez tareas para los adolescentes*
Acostumbrarse a cuerpos y
sentimientos en proceso de
maduración sexual
Los adolescentes deben adaptarse a un cuerpo que
duplica su tamaño y adquiere características sexuales;
aprender a manejar los cambios biológicos y los
sentimientos sexuales que los acompañan y a
practicar conductas sexuales saludables. Su tarea
también incluye establecer una identidad sexual y
desarrollar habilidades para las relaciones románticas.
Desarrollar y aplicar
habilidades
de pensamiento abstracto
Los jóvenes suelen atravesar cambios profundos en su
forma de pensar durante la adolescencia, lo que les
permite comprender y coordinar ideas abstractas más
efectivamente, pensar en distintas posibilidades,
ensayar hipótesis, pensar en el futuro, pensar sobre el
pensamiento y construir filosofías.
Desarrollar y aplicar un
nivel de perspectiva más
complejo
Los adolescentes adquieren una nueva y potente
habilidad para comprender las relaciones humanas, en
las que, una vez que aprenden a “ponerse en el lugar
de otra persona”, aprenden a tener en cuenta sus
propias perspectivas y las de los demás
simultáneamente, y a usar esta nueva capacidad para
resolver conflictos y problemas en las relaciones.
Desarrollar y aplicar nuevas
habilidades de adaptación
en áreas tales como la toma
de decisiones, la solución de
problemas y la resolución
de conflictos
En relación con todos estos cambios notables, los
adolescentes adquieren nuevas habilidades para
pensar y planificar el futuro, para utilizar estrategias
más sofisticadas en la toma de decisiones, solución de
problemas y resolución de conflictos y para moderar
los riesgos que toman, y así alcanzar sus metas en
lugar de ponerlas en peligro.
Identificar patrones
morales,
valores y sistemas de
creencia significativos
Construyendo sobre estos cambios y las habilidades
resultantes, los adolescentes típicamente desarrollan
un entendimiento más complejo del comportamiento
moral y los principios subyacentes de justicia y afecto,
cuestionando creencias de la infancia y adoptando
valores, visiones religiosas y sistemas de creencias
personalmente más significativos para guiar sus
decisiones y comportamientos.
Comprender y expresar
experiencias emocionales
más complejas
Con relación a estos cambios, los adolescentes tienden
a adquirir la habilidad de identificar y comunicar
emociones más complejas, comprender las emociones
de otros de maneras más sofisticadas y pensar acerca
de las emociones de manera abstracta.
*Ver Principios y contexto; páginas 37-60, para detalles y referencias.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
8
Las diez tareas para los adolescentes*
Formar amistades íntimas
de apoyo mutuo
Si bien los jóvenes típicamente tienen amigos durante
toda la infancia, los adolescentes suelen desarrollar
relaciones de pares que juegan un papel mucho más
importante para brindar apoyo y conexión en su vida.
Tienden a pasar de amistades basadas en gran
medida en compartir actividades e intereses a otras
basadas en compartir ideas y sentimientos, con el
consiguiente desarrollo de confianza y entendimiento
mutuo.
Establecer aspectos claves
de la identidad
Hasta cierto punto, la formación de la identidad es un
proceso que dura toda la vida, pero los aspectos
cruciales de la identidad se forjan típicamente durante
la adolescencia, incluyendo el desarrollo de una
identidad que refleja un sentido de individualidad y la
conexión con personas y grupos valorados. Otra parte
de esta tarea es desarrollar una identidad positiva con
respecto al género, los atributos físicos, la sexualidad,
la etnia y, si fuera el caso, el hecho de ser adoptado;
también deben desarrollar una conciencia de la
diversidad de grupos que conforman la sociedad.
Hacer frente a las
demandas que implican
roles y responsabilidades
cada vez más maduros
Los adolescentes gradualmente adoptan los papeles
que se esperará de ellos durante la adultez,
aprendiendo a adquirir las habilidades y manejar las
múltiples demandas que les permitirán moverse en el
mercado laboral y satisfacer las expectativas en
cuanto a su compromiso con la familia, la comunidad
y la ciudadanía.
Renegociar las relaciones
con los adultos que ejercen
el rol de padres
Si bien algunas veces la tarea de los adolescentes ha
sido descrita como “separarse” de los padres y otros
cuidadores, se la considera ahora más como una tarea
conjunta de adultos y adolescentes para negociar un
cambio que establezca un equilibrio entre la
autonomía y una conexión continua, enfatizando una u
otra según los antecedentes étnicos de cada familia.
*Ver Principios y contexto; páginas 37-60, para detalles y referencias.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
9
Cinco conceptos básicos para ser padres de adolescentes*
1. Amor y conexión
Los adolescentes necesitan que sus padres desarrollen y mantengan una
relación que les ofrezca apoyo y aceptación, mientras acomodan y afirman
su creciente madurez.
Estrategias para padres
No dejar pasar el momento
en que sienta y pueda expresar afecto genuino,
respeto y apreciación por su hijo/a adolescente.
Reconocer los buenos momentos
que la personalidad y el crecimiento de su hijo/a
adolescente hacen posibles.
Esperar mayores críticas
y debate, y fortalecer las habilidades para discutir
ideas y desacuerdos, de manera tal de respetar las
propias opiniones y las de su adolescente.
Pasar tiempo escuchando
los pensamientos y sentimientos de su hijo/a
adolescente en relación a sus temores,
preocupaciones, intereses, ideas, perspectivas,
actividades, trabajos, tarea escolar y relaciones.
Tratar a cada hijo/a adolescente
como un individuo único
distinto de sus hermanos, de los estereotipos, de su
pasado o del propio pasado de los padres.
Apreciar y reconocer
las nuevas áreas de interés, las habilidades, las
fortalezas, y logros de cada adolescente, así como
los aspectos positivos de la adolescencia en general,
tales como la pasión, la vitalidad, el humor, y la
profundización del pensamiento intelectual.
Adjudicar roles significativos a su adolescente dentro de la familia, que sean
realmente útiles e importantes para el bienestar de
todos.
Pasar tiempo juntos individualmente y como familia, continuando
algunas rutinas familiares, pero también
aprovechando la forma en que nuevas actividades,
tal como el voluntariado en la comunidad, pueden
ofrecer nuevas formas de conexión.
Mensaje clave para los padres:
Gran parte del mundo de los adolescentes cambia a diario; no deje que
su amor por ellos lo haga
*Ver Cinco consejos básicos de ser padres de adolescentes, páginas 61-89, para
más detalles y referencias.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
10
2. Controlar y observar
Los adolescentes necesitan que los padres estén al tanto—y les
demuestren que lo están—de sus actividades, incluyendo el desempeño
escolar, experiencias laborales, actividades extraescolares, relación con
sus pares y con los adultos, y la recreación, a través de un proceso que, de
manera creciente, involucre una menor supervisión directa y una mayor
comunicación, observación y trabajo en conjunto con otros adultos.
Estrategias para padres
Saber dónde está su
hijo/a
y conocer sus actividades, directa o indirectamente, escuchando,
observando y trabajando en conjunto con otros que tengan contacto
con su adolescente.
Mantener contacto con
otros adultos
que puedan y quieran mostrarle tendencias positivas o negativas de
las conductas de su hijo/a adolescente; por ejemplo, vecinos,
familiares, líderes comunitarios y religiosos, dueños de tiendas,
maestros y otros padres.
Participar en eventos
escolares
tales como charlas entre padres y maestros, reuniones de información
general en la escuela, y reuniones de planeamiento para satisfacer las
necesidades especiales.
Mantenerse informado
sobre los progresos de
su hijo/a adolescente
en la escuela y en el trabajo, así como sobre el grado y la naturaleza
de sus actividades extraescolares; conocer a sus amigos y conocidos.
Estar atento y
reconocer señales de
alarma
En cuanto a la alteración de la salud mental o física, así como de
signos de abuso o negligencia, incluyendo falta de motivación, pérdida
de peso, problemas para dormir o comer, disminución del rendimiento
escolar y/o absentismo escolar, uso de drogas, separación de sus
amigos y abandono de actividades, promiscuidad, abandono del
hogar, heridas sin explicación, conflictos serios y persistentes del
adolescente con sus padres o altos niveles de ansiedad o culpa.
Pedir consejo si existe
preocupación
por estos signos de alarma o cualquier otro aspecto de la salud o
comportamiento de sus hijos; consultar con maestros, asesores,
líderes religiosos, médicos, consultores de padres, personas mayores
de la familia o la tribu y otros.
Vigilar las experiencias
de su hijo/a
adolescente
en ámbitos y con relaciones dentro y fuera del hogar que contengan
un potencial abuso físico, sexual y emocional, incluyendo relaciones
que involucren figuras paternas, hermanos, familia extendida
(familiares que viven bajo otro techo), cuidadores, pares,
compañeros, empleadores, maestros y asesores y líderes de
actividades.
Evaluar el grado de
desafío
de las actividades propuestas para los adolescentes, tales como
eventos sociales, exposición a los medios y empleos, equilibrando
estos desafíos con las habilidades que tenga su hijo/a adolescente
para manejarlos.
Mensaje clave para los padres:
Vigile la actividad de sus hijos/as; usted todavía puede, y sigue teniendo
influencia sobre ellos
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
11
3. Guiar y limitar
Los adolescentes necesitan que sus padres sostengan una serie de límites
claros pero progresivos, manteniendo las reglas y los valores familiares
importantes, sin dejar de estimular una mayor capacidad y madurez.
Estrategias para padres
Mantener las reglas familiares o “reglas de la casa”, sosteniendo algunas reglas
no negociables, en relación a temas como la
seguridad y los valores familiares principales, y
negociando otras, en relación a temas como las
tareas domésticas y los horarios.
Comunicar expectativas que sean importantes, pero realistas.
Elegir los campos de batalla e ignorar temas menores frente a los más
importantes, tales como drogas, desempeño
escolar y conducta sexual responsable.
Utilizar la disciplina como
herramienta
para enseñar, no como desahogo o venganza.
Restringir los castigos a formas que no provoquen daño físico ni
emocional.
Renegociar responsabilidades
y privilegios
en respuesta a las cambiantes habilidades del
adolescente, haciéndolo responsable bajo un
monitoreo apropiado.
Mensaje clave para padres:
Dé más libertad a sus hijos/as, pero no los suelte
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
12
4. Dar ejemplo y consultar
Los adolescentes necesitan que los padres les suministren información
permanente y apoyen su toma de decisiones, valores, habilidades y
metas, y que los ayuden a interpretar y transitar por el mundo,
enseñándoles con el ejemplo y el diálogo continuo.
Estrategias para padres
Dar un buen ejemplo en relación con la exposición a riesgos, hábitos de
salud y control emocional.
Expresar posiciones
personales
con respecto a temas sociales, políticos, morales y
espirituales, incluyendo temas como la etnia y el
género.
Modelar el tipo de
relaciones adultas
que le gustaría que su hijo tuviera.
Responder a las preguntas
de los adolescentes
con la verdad, teniendo en cuenta su nivel de
madurez.
Mantener o establecer
tradiciones
que incluyan a la familia, la cultura y/o los ritos
religiosos.
Apoyar la educación del
adolescente
y su entrenamiento vocacional, incluyendo la
participación en actividades del hogar; actividades al
aire libre y empleos que desarrollen sus habilidades,
intereses y sentido de valor hacia la familia y la
comunidad.
Ayudar a los adolescentes a
obtener información
sobre opciones y estrategias futuras para su
educación, empleo y opciones de vida.
Dar oportunidades a los
adolescentes
para practicar el razonamiento y la toma de
decisiones, haciéndoles preguntas que los estimulen a
pensar lógicamente y a considerar las consecuencias,
ofreciéndoles, al mismo tiempo, oportunidades sin
riesgos para que pongan a prueba sus propias ideas
y aprendan de sus errores.
Mensaje clave para padres:
Durante la adolescencia, los padres siguen siendo claves y los
adolescentes lo reconocen
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
13
5. Proveer y abogar
Los adolescentes necesitan que los padres les aporten no solo una
adecuada alimentación, vestimenta, techo y cuidados de salud, sino
también un ambiente familiar que dé apoyo y una red de adultos que se
preocupe por ellos.
Estrategias para padres
Establecer una red
dentro de la comunidad
así como dentro de las escuelas, la familia, las
organizaciones religiosas y los servicios sociales para
identificar recursos que puedan brindar una relación
positiva con los adultos y los pares, que aconsejen,
capaciten y ofrezcan actividades para su hijo/a
adolescente.
Tomar decisiones
informadas
entre las distintas opciones disponibles en las escuelas y
los programas educativos, tomando en cuenta temas
tales como la seguridad, el clima social, el enfoque hacia
la diversidad, la cohesión de la comunidad, las
oportunidades para las relaciones entre pares y con
mentores, y la combinación entre las prácticas escolares
y las necesidades y estilos de aprendizaje de su hijo/a
adolescente.
Tomar decisiones
informadas similares
entre las opciones disponibles en los barrios, el
compromiso hacia la comunidad y los programas para
jóvenes.
Tomar medidas o
abogar por la
prevención de la salud
y el tratamiento, incluyendo el cuidado de la enfermedad
mental.
Identificar personas y
programas que lo
informen y apoyen
para manejar las responsabilidades de los padres y para
comprender los desafíos sociales y personales de la
educación de un adolescente.
Mensaje clave para padres:
Usted no puede controlar el mundo en que viven los adolescentes, pero
sí puede aportar ayuda y disminuir riesgos
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
14
Recomendaciones para futuros trabajos
Realizar iniciativas en los medios de comunicación para
difundir ampliamente los mensajes fundamentales sobre
lo que significa ser padre de un adolescente y sobre los
que exista un amplio acuerdo.
Este informe es una fuente de ideas para crear mensajes
positivos, basados en la investigación, sobre ser padres de
adolescentes, dentro de los medios de información, publicidad y
entretenimiento. Los próximos pasos incluyen apoyar a los
medios para adaptar y expandir las ideas de este informe y
otros similares. En particular se requieren campañas de
colaboración bien diseñadas, constantes y multifacéticas, que
lleguen a una variedad de medios para trasmitir información
positiva sobre la educación de los adolescentes a una gran
diversidad de padres y a otros que cumplen dicho rol.
Construir mayores consensos entre los investigadores y
otros expertos en el área respecto a los conocimientos
sobre ser padres de adolescentes.
Hay muchos más temas relacionados por explorar dentro de la
investigación sobre ser padres de adolescentes. Las opciones
incluyen ahondar en temas específicos, tales como:
• Otras estrategias para los dilemas comunes de los
padres
• Desarrollo cerebral en la adolescencia
• Abuso de los adolescentes
• Ser padres de adolescentes que sufren conflictos
• Prepararse para la adolescencia
• Descripción de la relación padre-adolescente en los
medios informativos y de entretenimiento.
Cada uno de estos temas está preparado para que un proyecto
reúna a los expertos, identifique puntos de acuerdo y difunda
los principales hallazgos a los medios, los profesionales, los
planificadores de políticas y los padres.
Poner a disposición de los medios y los padres versiones
“pensadas para los padres” de la información que existe
sobre el desarrollo adolescente y sus implicaciones para
los padres.
En especial, los padres necesitan 1)- un “diccionario” que
traduzca las conductas adolescentes en términos de desarrollo,
2)- guías de “edades y etapas” para los hitos principales del
desarrollo adolescente, comparable con la información
disponible para padres de niños pequeños, y 3)- más
información sobre las implicaciones de la diversidad cultural en
la educación del adolescente.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RESUMEN DEL INFORME
15
Fortalecer los recursos de información—tales como los
centros de distribución de información, centros de apoyo
familiar, escuelas, iniciativas especiales y programas
para padres— que permitirá a padres y madres, medios,
profesionales, abogados, líderes religiosos,
planificadores de políticas y otros, mejorar el acceso a
los conocimientos actuales en relación a ser padres de
adolescentes.
A medida que reunamos los hallazgos de las investigaciones ya
existentes y generemos nuevos conocimientos sobre ser padres
de adolescentes, se necesitará una infraestructura más fuerte
para difundir esa información entre padres y profesionales. Los
pasos fundamentales de este proceso incluyen crear un centro
de distribución nacional de información para padres, así como
expandir y fortalecer los recursos locales existentes.
Tenemos una oportunidad para revolucionar la manera
en que, como sociedad, pensamos sobre los padres y las
madres, y en particular sobre los que tienen hijos
adolescentes.
Podemos despertar conciencia sobre la importancia del papel de
los padres durante la adolescencia, podemos cambiar las
percepciones negativas sobre los padres y la adolescencia y
podemos suministrar herramientas para educar adolescentes
saludables. La capacidad de hacerlo se encuentra a nuestro
alcance, y los efectos repercutirán sobre nuestras escuelas,
nuestros tribunales de justicia, nuestros lugares de trabajo,
nuestros vecindarios y nuestras vidas. Este informe es una
invitación a los medios de comunicación, investigadores,
profesionales, líderes comunitarios, padres y planificadores de
políticas para que aprovechen estos hallazgos, para que
construyan sobre sus ideas y para que colaboren con su
esfuerzo. Esperamos poder trabajar con ustedes.
16
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
17
Antecedentes del informe
Como sociedad, tememos a los
adolescentes, pero también
tememos por ellos. Nos asusta su
imprudencia, descortesía e
inexperiencia, a la vez que y
tememos por su seguridad, su
futuro y hasta por sus vidas.
18
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
19
La necesidad
La investigación no nos da
ninguna razón para temer a
los adolescentes— de hecho,
muestra la imagen negativa,
estereotipada e injusta que
tenemos de ellos—, pero sí
nos da muchas razones para temer por ellos.
Anticipándose a las demandas cada vez más complejas de la
vida adulta, los adolescentes se enfrentan a expectativas de
capacidad intelectual, social y emocional cada vez mayores. Sin
embargo, los sistemas que podrían y deberían apoyarlos están
bajo sitio: los padres y otros adultos están trabajando mayor
cantidad de horas en lugares donde no están disponibles para
sus hijos; las escuelas generalmente están estructuradas de
manera tal que no satisfacen las necesidades de aprendizaje de
los estudiantes; los medios de comunicación envían mensajes
degradantes sobre los adolescentes en general y los jóvenes de
color en particular; y muchas comunidades están luchando
contra la pobreza o estableciendo prioridades que engañan a los
jóvenes1.
Por ejemplo, en EEUU, muchas de las mediciones de bienestar
físico y emocional de los adolescentes son alarmantes. La tasa
de suicidio de jóvenes entre 15 y 19 años, se duplicó entre
1970 y 1990; se estima que hasta un 10 por ciento de los
adolescentes de hoy intentarán suicidarse cada año y por lo
menos el doble considerará seriamente hacerlo; las tasas entre
indígenas e hispanos son superiores a aquellas de
norteamericanos de ascendencia europea, y están elevándose
entre los afro-americanos2. Cerca de un tercio de los
estudiantes del último año de escuela secundaria consumen
alcohol3. Más de 100.000 jóvenes cada año no tienen hogar o
se escapan de casa sin tener un lugar seguro donde quedarse4.
Un cinco por ciento de los adolescentes no saben dónde
obtendrán su próxima comida5. Casi la mitad de los
adolescentes reconocen no sentirse seguros de no sufrir algún
tipo de violencia en su casa, escuela o vida social6. La mayoría
1 Stepp 2000; Garbarino 1999; Hine 1999; McAdoo 1999b; Gibbs et al. 1998;
Hersch 1998; Hewlett y West 1998; Côté y Allahar 1996; Weissbourd 1996;
Strasburger 1995; Panel on High-Risk Youth 1993;
Elkind 1984.
2 Annie E. Casey Foundation 2000; Council of Economic Advisors 2000;
Poussaint y Alexander 2000; Ozer et al. 1998; Clarke 1997; U.S. Department of
Health and Human Services 1997; National Coalition 1994.
3 Council of Economic Advisors 2000; Children’s Defense Fund 2000;Snyder y
Sickmund 1999.
4 Snyder y Sickmund 1999.
5 Council of Economic Advisors 2000; Snyder y Sickmund 1999.
6 Children’s Defense Fund 2000; Schoen et al. 1998; Louis Harris 1995
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
20
siente que las personas de su comunidad no los valoran y que
no tienen adultos que se ocupen ni sean modelos para ellos7.
Por otra parte, en casi todos los aspectos, los adolescentes
afro-americanos, hispanos y norteamericanos indígenas
soportan el hecho de contar con menores recursos y tener
mayores riesgos y niveles de tensión que su contrapartida de
europeos norteamericanos8.
Resumiendo estas desconsoladoras estadísticas, el Consejo
Carnegie de Desarrollo Adolescente concluyó en 1995 que la
mitad de los adolescentes norteamericanos tenía un riesgo
moderado o alto de perjudicar sus oportunidades de vida
mediante múltiples conductas de riesgo y fracasos escolares9.
Por otro lado, existen pruebas claras que, cuando nos
preocupamos en serio, los adultos y los adolescentes juntos
podemos revertir esta tendencia, y la fuerza y el talento de los
adolescentes nos dan todo el incentivo necesario para hacerlo.
Dado que trae aparejados cambios profundos, la adolescencia
no sólo es una etapa de riesgo sino también de oportunidades.
Su misma flexibilidad nos ofrece múltiples maneras de
enmendar el pasado como individuos, como familias y como
sociedad10.
Si se les da la oportunidad, muchos adolescentes sobresalen en
deportes, la escuela, el servicio a la comunidad, las artes y
otras áreas, contribuyendo sustancialmente a la economía, la
estructura social y la cultura11. Cerca de la mitad de los
adolescentes norteamericanos, por ejemplo, son voluntarios en
una organización de la comunidad, participan en actividades
extracurriculares, además del deporte, y asisten a servicios
religiosos12. Algunos de los rasgos característicos de los
adolescentes también están de nuestro lado, como por ejemplo,
su curiosidad, coraje, pasión, escepticismo, sentido aventurero
y perspectiva fresca13. También son esperanzadores los
ejemplos de comunidades que se movilizan en pro de los
adolescentes14.
Construyendo sobre estas características positivas, las
principales iniciativas sociales han avanzado en algunos de los
problemas más difíciles para los adolescentes15. Actualmente,
7 Scales en imprenta.
8 Children’s Defense Fund 2000; Council of Economic Advisors 2000; Poussaint
y Alexander 2000; McAdoo 1999b; Gibbs et al. 1998; Ozer et al. 1998; Resnick
et al. 1997; National Coalition 1994.
9 Carnegie Council 1995.
10 Stepp 2000; Benson et al. 1999; Blos 1962.
11 Bales 2000; Council of Economic Advisors 2000; Fitzgerald 2000; Benson et
al. 1999; Youniss y Yates 1997.
12 Bostrom 2000b; Youniss y Yates 1997.
13 Elkind 1993.
14 Youth Development 2000; Zeldin, Camino, y Wheeler 2000; Benson et al.
1998; Pittman y Fleming 1991.
15 Scales en imprenta; Benson et al. 1999; Resnick et al. 1997.
Existen pruebas
claras que, cuando
nos preocupamos en
serio, los adultos y
los adolescentes
podemos revertir
esta tendencia
juntos.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
21
los adolescentes afro-americanos terminan la escuela
secundaria con tasas comparables a las de los norteamericanos
de ascendencia europea, si bien las tasas para jóvenes hispanos
y norteamericanos indígenas, entre otros, aún permanecen muy
por debajo16. Después de años de aumentos desalentadores, las
tasas de embarazo y partos adolescentes han ido
disminuyendo, pese a que aún siguen altas17.
Una de las maneras más efectivas para cambiar esta corriente
es apoyar a los adultos que juegan un rol significativo en la vida
de los adolescentes, incluyendo sobre todo a sus padres. Pese a
que es cierto que los pares, la escuela, la comunidad y otros
factores cobran mayor importancia cuando los niños se
convierten en adolescentes, las investigaciones coinciden en
mostrar que los padres siguen constituyendo una fuerte
influencia para fomentar el desarrollo saludable del adolescente
y prevenir consecuencias negativas18. Los propios adolescentes
reconocen la influencia de los padres, demostrando en los
estudios que sus padres siguen teniendo fundamental
importancia como guías, mentores, defensores e interlocutores
con los que compartir ideas y puntos de vista19.
Curiosamente, sin embargo, se ha dado poco apoyo al papel
crucial que los padres juegan en la vida de los adolescentes.
Frustrados por perturbadores informes de violencia adolescente
y auto destrucción, los medios y el público a veces tienden a
recurrir a explicaciones simplistas, culpando a los padres y
pretendiendo que ellos solos solucionen los problemas
adolescentes20. Sin embargo, las evaluaciones más realistas de
lo que los padres pueden hacer —y la asignación de los recursos
necesarios para tal fin— son pocas y aisladas. Son escasos los
servicios sociales, la información de los medios y las iniciativas
de políticas dirigidas a los padres de adolescentes21.
Anecdóticamente, los padres de adolescentes con frecuencia
expresan la necesidad de una mayor y mejor información y
apoyo, y la frustración de que no estén disponibles o no sean
más accesibles22.
16 Annie E. Casey Foundation 2000; Council of Economic Advisors 2000; Clarke
1997.
17 Council of Economic Advisors 2000; Children’s Defense Fund 2000.
18 Borkowski, Ramey, y Bristol-Power en imprenta; Council of Economic
Advisors 2000; Dishion, McCord, y Poulin 1999; Furstenberg et al. 1999; Holden
1997; Resnick et al. 1997; Steinberg 1996; Carnegie Council 1995; Hauser
1991; Feldman y Elliott 1990; Small 1990; Office of National Drug Control Policy
n.d.
19 Bostrom 2000b; Galinsky 1999; Garbarino 1999; Osherson 1999; U.S.
Department of Health and Human Services 1997; Steinberg 1996; Louis Harris
1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Children Now 1994; Smetana
1994; Smetana y Asquith 1994; Families and Work Institute 1993; Takanishi
1993; National Commission on Children 1991; Pogrebin 1983.
20 Bostrom 2000a,b; Belkin 1999; Duffett, Johnson, y Farkas 1999; Goodman
1999; Leonard 1999; Meredith 1999; Hewlett y West 1998.
21 Simpson 1997; Carnegie Council 1995; Small y Eastman 1991; Small 1990.
22 Kipke 1999b; Ponton 1997; Comer y Poussaint 1992; Small 1990; Powell
1986.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
22
Esto no implica afirmar que no existan excelentes
recursos en los medios para los padres de adolescentes.
Sin embargo, la mayoría de los recursos de los medios
alcanzan a una audiencia mayoritariamente de clase
media y género femenino y sólo a un porcentaje pequeño
de esta población. Estos recursos incluyen:
• Varios libros para padres que ofrecen un análisis
agudo de la investigación sobre adolescentes, tales como
Nuestro último mejor intento (Our Last Best Shot ),
Laura Sessions Stepp (2000); Usted y su adolescente:
Una guía para padres de hijos entre 10 a 20 años (You
and Your Adolescent: A Parent`s Guide for Ages 10-20),
Laurence Steinberg y Ann Levine (1997); y ¿Por que
todos los chicos de color se sientan juntos en la
cafetería? (Why Are All Black Kids Sitting Together in the
Cafeteria?), Beverly Daniel Tatum (1997). Otros también
ofrecen una perspectiva de la experiencia clínica, como
por ejemplo, No te metas en mi vida, pero antes
¿podrías llevarme a mí y a Cheryl al centro comercial?
(Get Out of My Life But First Could You Drive Me and
Cheryl to the Mall?), Anthony Wolf (1991); y Criar niños
de color (Raising Black Children), James Comer y Alvin
Poussaint (1992).
• Algunas de las revistas de mujeres más importantes,
tales como “Mejores Hogares y Jardines” (Better Homes
and Gardens) y “Círculo familiar” (Family Circle); y
revistas para padres, por ejemplo, “La madre que
trabaja” (Working Mother) y “Maternidad” (Mothering)
regularmente presentan columnas y/o artículos de
opinión sobre adolescentes. Esto también se observa en
los periódicos de circulación entre los padres, como por
ejemplo, el “Diario de Padres de Boston” (The Boston
Parents’ Paper).
• Noticias en radio y televisión, tanto comerciales como
públicas, locales como nacionales, suelen incluir una
sección especial sobre temas relevantes a la educación
de los adolescentes23.
• Hay experimentos en marcha para incluir más
contenidos dirigidos a los padres en los medios de
cable y otros relacionados, como por ejemplo, las
nuevas redes digitales de cable/satélite del Canal Fox
para la Familia, boyzChannel y girlzChannel, las cuales
tienen una programación diaria para padres de
adolescentes desde la temprana adolescencia.
• Muchos planes educativos para padres tienen
programas especiales sobre ser padres de adolescentes,
como por ejemplo, STEP/Teen24 y The Nurturing
23 Riegler 1999.
24 Dinkmeyer et al. 1998.
Las investigaciones
coinciden en
mostrar que los
padres siguen
constituyendo una
fuerte influencia
para fomentar el
desarrollo saludable
del adolescente y
prevenir
consecuencias
negativas.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
23
Program for Parents and Adolescents25. La organización
ParentLink, con base en la Universidad de Missouri,
Columbia, ha preparado una guía para padres y
profesionales que enumera y evalúa los recursos
educativos para padres de adolescentes, incluyendo
libros, panfletos, videos, programas educativos y sitios
en Internet26.
• Un número de sitios de Internet sin fines de lucro y
comerciales ofrecen información sobre temas
relacionados con la salud adolescente y ser padres,
como por ejemplo, el sitio de Internet de la Red Nacional
de Información para Padres (National Parent Information
Network) (www.npin.org) y la Asociación Médica
Norteamericana de Salud Adolescente (American Medical
Association´s Adolescent Health On-Line) (www.amaassn.
org/adolhlth).
• Algunas campañas de servicio público incluyen a los
padres de adolescentes como audiencia blanco, como
por ejemplo, la Campaña Nacional para Prevenir el
Embarazo Adolescente (National Campaign to Prevent
Teen Pregnancy) (www.teenpregnancy.org) y la
Asociación para una América libre de Drogas
(Partnership for a Drug-Free America)
(www.drugfreeamerica.org).
En años recientes se ha visto además el crecimiento de una
infraestructura más fuerte que puede proveer información de
las investigaciones sobre aspectos del desarrollo adolescente. El
Foro sobre Adolescencia (Forum on Adolescence), con base en
Washington, fue creado en 1996 por la Academia Nacional de
Ciencias y está presidido por David Hamburg, anterior Director
de la Corporación Carnegie de Nueva York, para continuar con
el trabajo del Consejo Carnegie sobre desarrollo adolescente; su
informe final fue editado en 199527. Actuando bajo el auspicio
de la Comisión sobre Niños, Jóvenes y Familia del Instituto de
Medicina y el Consejo de Investigación Nacional, el Foro ha
identificado varias áreas de investigación y análisis de políticas
que son relevantes para los padres de adolescentes28. Varias
redes de investigación bajo el auspicio de la Fundación John D.
y Catherine T. MacArthur se han ocupado de temas relacionados
con el desarrollo adolescente, como por ejemplo, la Red de
Caminos Exitosos a través de la Mediana Infancia, la Red de
Desarrollo Adolescente y Justicia Juvenil, la Red de Transiciones
hacia la Adultez, la Red para un Exitoso Desarrollo de la
Mediana Edad y la ya concluida Red para el Desarrollo
Adolescente Exitoso de Jóvenes en Ámbitos de Alto Riesgo29.
25 Bavolek 1988a,b,c,d.
26 Sheriff 1999.
27 Carnegie Council 1995.
28 Ver, por ejemplo, Forum on Adolescence 2000; Fischhoff, Crowell, y Kipke
1999; Kipke 1999a, b.
29 Ver la descripción del Program on Human and Community Development en la
web de la fundación, www.macfound.org/research/hcd/index.htm.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
24
El Search Institute de Minneapolis, creado en 1958, se
especializa en reunir, analizar y difundir información sobre
niños, adolescentes y temas relacionados, para fortalecer a las
familias y las comunidades30. La Organización Public/Private
Ventures, con base en Filadelfia, busca mejorar las políticas y
programas sociales, con especial énfasis en los jóvenes31.
También se dispone de recursos para estimular y apoyar a
profesionales de los medios de comunicación para cubrir temas
relacionados con los jóvenes y las familias, como por ejemplo el
Centro Periodístico Casey para Niños y Familias (The Casey
Journalism Center for Children and Families), en College Park,
Maryland, y el Instituto para las Iniciativas de Salud Mental
(The Institute for Mental Health Initiatives), en Washington
D.C.32.
Igualmente estimulante es el hecho de que estos desarrollos
están ocurriendo con un telón de fondo de creciente interés
político y profesional por parte de los padres en general y en los
padres de adolescentes en particular. En el frente político, por
ejemplo, la Casa Blanca convocó a una conferencia el 2 de
mayo de 2000 que se tituló “Adolescentes: Educar a una
Juventud Responsable y Hábil”, para la cual reunió a
investigadores, abogados, adolescentes, padres y otros, y en la
que se resumieron los desarrollos recientes en la práctica y en
la investigación. En el frente profesional, se fijó el año 2001
para comenzar a publicar una nueva revista revisada por pares
llamada Ser padres: Ciencia y práctica.
También hay varias iniciativas en marcha para desarrollar
organizaciones nacionales profesionales y de apoyo
relacionadas con ser padres, entre ellas: (a) La Asociación
Nacional de Padres (The National Parenting Association,
http://www.nationalparenting.org/) con base en Nueva York,
fundada por Sylvia Ann Hewlett para proveer un “depósito de
ideas” sobre temas relacionados con los padres y las políticas
familiares. Bajo su nueva presidenta, Ruth Wooden, anterior
Directora del Consejo de Publicación, el énfasis se ha puesto en
el desarrollo de iniciativas para elaborar estrategias de
investigación y comunicación que cambien la opinión pública
respecto a la importancia de ser padres; (b) La Coalición
Internacional de Padres (Parenting Coalition International,
http://www.parentingcoalition.org/) con base en Washington,
fundada por Belinda Rollins en 1996, para promover la toma de
conciencia y recursos para padres; (c) una iniciativa,
actualmente encabezada por la organización Norteamericana de
Apoyo a la Familia (Family Support America, www.frca.org) con
sede en Chicago, para crear una organización nacional con
30 Ver, por ejemplo, Benson et al. 1999; Scales y Leffert 1999.
31 Ver, por ejemplo, Youth Development 2000; Gambone y Arbreton 1997.
32 Para mayores ejemplos, ver Hass 1998; National Clearinghouse on Families
and Youth 1997.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
25
padres como miembros; y (d) La Red de Educación Nacional de
Padres (National Parenting Education Network,
http://www.ces.ncsu.edu/depts/fcs/npen/) ubicada en
Pittsburg, y fundada en 1996 para avanzar en el campo de
educación para los padres.
Además, organizaciones profesionales ya establecidas se están
preocupando más por llegar a los padres de adolescentes. Por
ejemplo, la Asociación Médica Norteamericana (American
Medical Association) ha desarrollado iniciativas especiales para
difundir los resultados de la investigación relacionada con el rol
clave de los padres y otros en el desarrollo saludable de los
adolescentes33. La Academia Norteamericana de Pediatría
(American Academy of Pediatrics) y la Academia
Norteamericana de Psiquiatría del Niño y el Adolescente
(American Academy of Child and Adolescent Psychiatry) han
creado recursos especialmente dirigidos a padres de
adolescentes34. El Proyecto de Adolescentes Sanos de la
Asociación Psicológica Norteamericana, en forma conjunta con
otras asociaciones profesionales, está comprometido en una
iniciativa para producir materiales sobre el desarrollo normal de
los adolescentes, dirigidos a profesionales que trabajan con
padres35.
Si bien es alentador el crecimiento de los recursos en los
medios, en la investigación para suministrar información
a los medios y en las organizaciones que proveen
infraestructura, aún sigue habiendo varios problemas.
Primero, si bien existen varios recursos en los medios para los
padres de adolescentes, su número está muy por debajo de
aquellos para padres de niños más pequeños, lo que contribuye
a la percepción de que hay poco material disponible, es difícil de
hallar y no es importante hacerlo. Según R.R. Bowker, por
ejemplo, mientras que existen varias docenas de libros para
padres de adolescentes, hay miles de libros para padres en
general; sólo unas dos docenas de los casi 1.000 vídeos para
padres se focalizan en padres de adolescentes36.
Segundo, los esfuerzos dirigidos a cerrar la brecha en los
recursos de los medios y en los servicios sociales para padres
de adolescentes se ven obstaculizados por la imagen cultural de
que los padres son ineficaces y de que la relación padreadolescente
es inevitablemente tormentosa y conflictiva37.
Aquellos padres cuyos hijos son adolescentes—o están a punto
de serlo—comparten esta mirada pesimista, expresando
desesperanza, desamparo, ansiedad, frustración y temor por
33 Ver, por ejemplo, Blum y Rinehart n.d.; Resnick et al. 1997.
34 Ver, por ejemplo, Pruitt 1999; American Academy of Pediatrics 1991.
35 Lipton 2000.
36 Entin 1999.
37 Arnett 1999; Christenson y Roberts 1998; Hewlett y West 1998; Schulenberg
et al. 1997; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Strasburger 1995.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
26
sus hijos38. Si bien los principales problemas distan de ser
inevitables (ver “Principios y contexto” en el capítulo que
sigue), las estrategias para evadirlos son complejas, lo que
desalienta aún más a los medios de dedicarles tiempo y a correr
los riesgos que implica ofrecer información y consejos39.
Tercero, tanto los medios como la cultura están transmitiendo
imágenes negativas de la relación padre-adolescente; también
están transmitiendo una imagen fuertemente negativa de los
propios adolescentes, debilitando aún más la moral de los
padres y disminuyendo los incentivos de los medios para
mostrar información adolescente. Los adolescentes son
típicamente retratados en las noticias y en los medios de
entretenimiento como poco atractivos —si no atemorizantes—,
feos, hostiles, violentos, delictivos, alienados de los padres y la
familia, y resistentes a cualquier ayuda40. Analizando la
cobertura de las noticias por parte de la prensa escrita y la
televisión, por ejemplo, se vio que los adolescentes son
retratados como causantes o víctimas de delitos o actos de
violencia, personas con muchos problemas y destructores, y
aún más en el caso de los jóvenes de color41. La información
práctica para padres a través de las noticias ha sido escasa y
está disminuyendo42. En la programación de entretenimientos
en televisión, a los protagonistas adolescentes generalmente se
los muestra en relaciones problemáticas con sus pares y
desconectados de la familia y la comunidad; cuando hay que
solucionar problemas, los padres no son eficaces, están
ausentes o no están disponibles, o incluso empeoran la
situación43. En encuestas, los propios adolescentes han notado
y lamentado estas imágenes negativas, al igual que lo han
hecho los adultos, particularmente aquellos involucrados con
adolescentes44.
De la mano de estas imágenes mediáticas va la actitud del
público hacia los adolescentes, que es predominantemente
negativa; cuando se les pregunta qué les viene a la mente
cuando piensan en la juventud actual, dos tercios o más de los
norteamericanos responden con adjetivos como “descorteses”,
“irresponsables”, “salvajes”, “egoístas”, “imprudentes” y
“materialistas”45. Incluso los mismos padres comparten esta
visión: casi tres cuartas partes responden con adjetivos
38 Duffett, Johnson, y Farkas 1999; Garbarino 1999; Hersch 1998; Maggs,
Schulenberg, y Hurrelmann 1997.
39 Stepp 1997.
40 Scales en imprenta; Bales 2000; Christenson y Roberts 1998; Côté y Allahar
1996.
41 Amundson, Lichter, y Lichter 2000; Gibbs 1998b; Dorfman et al. 1997;
Kunkel 1996; Woodruff, Dorfman, y Winett 1995.
42 Kunkel, Rollin, y Biely 1999.
43 Heintz-Knowles 2000.
44 Aubrun y Grady 2000a; Scales, Lucero, y Halvorson 1998; Children Now
1994.
45 Scales en imprenta; Bostrom 2000b; Duffett, Johnson, y Farkas 1999; Farkas
y Johnson 1997.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
27
negativos46. Encuestas recientes con adultos también
documentan una amplia preocupación pública sobre la
declinación moral en los jóvenes, si bien las encuestas a los
jóvenes muestran que la mayoría sostiene los valores
norteamericanos tradicionales relacionados con la honestidad, el
trabajo duro y el voluntariado47.
Cuarto, en combinación con estos problemas, existe una
confusión y una controversia constante entre los expertos sobre
la imagen de los padres que aparecen en los medios48.
Respondiendo a las presiones e hipótesis del mercado, los
medios tienden a polarizar los consejos para los padres,
enfrentando a un experto contra otro49. Más aún, los autores de
libros y artículos sobre ser padres suelen dar la impresión de
que son los primeros en ofrecer las respuestas completas y
correctas, a diferencia de sus competidores. Algunos autores
argumentan que los expertos están todos equivocados cuando
dicen que los padres tienen muy poca influencia50, mientras que
otros sostienen que los padres tienen influencia, pero que los
expertos se equivocan en los consejos que dan51.
Tal como observó la periodista del Washington Post, Laura
Session Stepp, durante el proceso de investigación para su
libro, Nuestro último mejor intento (Our last best shot), a los
padres se los priva de la posibilidad de encontrar la información
que precisan o de evaluar su importancia cuando la
encuentran52.
En resumen, a pesar de que los padres se encuentran en
posición de influir profundamente en el bienestar de sus hijos,
su capacidad para hacerlo se ve obstaculizada de inmediato
porque hay muy poca información útil y mucha información
engañosa. Por ende, existe una oportunidad significativa para
mejorar la evolución de los adolescentes, aportando más y
mejores recursos a través de los medios, tanto para los padres
de adolescentes como para aquellos que los apoyan.
46 Duffett, Johnson, y Farkas 1999.
47 Bostrom 2000b; National Issues Forums Institute 2000.
48 Pitzer 1999; Simpson 1997; Small y Eastman 1991.
49 Turow 1999; Carnegie Council 1995.
50 Harris 1998.
51 Cassidy 1998; Ehrensaft 1997.
52 Stepp 2000; 1997.
La cultura y los
medios están
transmitiendo
simultáneamente
imágenes negativas
de la relación entre
padres y
adolescentes, y de
los mismos
adolescentes.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
28
El Proyecto Harvard sobre cómo ser padres
de adolescentes
En los últimos años, El Centro Harvard para la Comunicación
sobre Salud se ha comprometido a ocuparse de la necesidad de
mayor y mejor información sobre ser padres de adolescentes,
sobre todo mediante el lanzamiento de una iniciativa especial
llamada El Proyecto Harvard sobre Cómo ser Padres de
Adolescentes, con el financiamiento de la Fundación John D. y
Catherine T. MacArthur. El proyecto tomó como guía un informe
previo publicado por el Centro y financiado por la Fundación
MacArthur, titulado "El rol de los medios de comunicación en la
educación de los padres”, el cual subrayó el papel
potencialmente clave de los medios para apoyar e informar a
los padres, la confusión y controversia que rodean este rol y la
particular brecha que existe en la información y el apoyo para
los padres de adolescentes53.
Dados los puntos de vista conflictivos en los medios de
información sobre ser padres de adolescentes, el Proyecto
decidió tomar el paso excepcional de hacer hincapié en la
identificación de bases comunes entre la gran diversidad de
enfoques disciplinarios y étnicos sobre este tema. Es decir,
intentó atraer la atención de los medios, los padres y otros
interesados sobre los hallazgos de investigación bien
establecidos.
¿Por qué concentrarse en la investigación? Existe una gran
cantidad de costumbres e ideas establecidas en los mayores, los
miembros de la familia, los líderes religiosos y los médicos, los
educadores, los clínicos, los famosos de los medios y otros, que
ha atravesado generaciones. Entonces, ¿puede la investigación
científica realmente aportar algo significativo? Este Proyecto
tomó la posición de que existen muchas fuentes excelentes de
ideas para padres de adolescentes, pero que la investigación
como una de ellas ha sido poco reconocida y utilizada.
En las últimas dos décadas, ha comenzado a acumularse un
conjunto significativo de investigaciones sobre el rol de los
padres y las familias durante la adolescencia, sin precedente
tanto en la calidad como en la cantidad de metodologías y
análisis. Este conjunto creciente de conocimientos es
potencialmente muy útil para los padres a la hora de considerar
y evaluar sus opciones. Por un lado, dado que la mayor parte
de esta investigación es relativamente reciente, aborda algunos
de los temas que son de particular relevancia para los padres
de hoy y que pueden ser distintos a algunos abordados por
fuentes tradicionales. Por otro lado, si bien la investigación no
prescinde de los valores e hipótesis de la sociedad, puede—y
53 Simpson 1997. Copias del informe de 1997 están disponibles en el Centro
para la Comunicación de Salud de Harvard; ver dentro de la tapa de este
informe
En las últimas dos
décadas, se ha ido
acumulando un
significativo
conjunto de
investigaciones, sin
precedente tanto en
calidad como
cantidad de
metodologías y
análisis, sobre el rol
de los padres y las
familias durante la
adolescencia.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
29
de hecho lo hace—remarcar las diferencias entre los enfoques
que asumen los valores de la cultura mayoritaria y aquellos que
aceptan las diferencias dentro y entre los grupos étnicos.
También puede, y lo hace, contrarrestar algunos de los
mensajes pesimistas que provocan ansiedad sobre la
adolescencia y ser padres de adolescentes dentro de la cultura
popular.
Entre tanta controversia e inseguridad, ¿realmente hay
hallazgos sólidos en la investigación y la práctica de ser padres
de adolescentes? El Proyecto halló que había áreas de acuerdo
significativas entre los expertos sobre ser padres de
adolescentes, a pesar de la gran diversidad de culturas
representadas en los Estados Unidos, las diferencias
innumerables en los padres y los hijos, las habituales
dificultades de la investigación en ciencias sociales, y el período
de tiempo relativamente corto en que ser padres de
adolescentes y la adolescencia misma han sido el tema de
investigación psicológica y de práctica54.
El propósito de este informe, entonces, es proveer un
resumen de estas áreas de amplio acuerdo dentro de la
investigación sobre los padres y la adolescencia.
Después de realizar más de 300 revisiones de prácticas e
investigaciones existentes, el Proyecto arrojó distintos tipos de
información:
• Un bosquejo de las principales maneras en que los padres
influyen saludablemente sobre el desarrollo adolescente. Los
resultados se presentan en el capítulo titulado: "Los cinco
conceptos básicos para ser padres de adolescentes",
precedido por el capítulo "Principios y contexto", que
delinea una decena de principios comunes a los cinco
conceptos básicos.
• Opciones de estrategias basadas en la investigación que los
padres pueden tomar en cuenta para llevar a cabo cada uno
de los cinco conceptos básicos sobre su rol. Los resultados
se enumeran en "Estrategias para padres", al final de cada
uno de los cinco conceptos básicos.
• Los mensajes finales para los padres que surgen de estos
hallazgos. Cada uno de los cinco conceptos básicos termina
con un mensaje clave para los padres.
• Un esbozo de las tareas de desarrollo cruciales que los
adolescentes necesitan emprender a fin de lograr una
transición exitosa hacia la adultez. Los resultados están
organizados como los "Diez deberes de los adolescentes",
discutidos en el capítulo de "Principios y contexto".
54 Collins et al. 2000; Steinberg 2000.
Existen muchas
áreas de acuerdo
entre los expertos
sobre ser padres de
adolescentes, a
pesar de la gran
diversidad de
culturas
representadas en
los estados unidos y
las diferencias
innumerables en
padres e hijos.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
30
El resultado general es una especie de descripción de trabajo
para padres de adolescentes. Como toda descripción de trabajo,
no enseña las habilidades para lograr las tareas involucradas,
sino que esboza la tarea general inmediata, para lo cual cada
individuo aporta fuerzas, estilos, intereses, valores y
conocimientos diferentes.
Métodos, definiciones e hipótesis
¿Cómo identificó el Proyecto los puntos sobre los que
existe amplio acuerdo en la práctica y la investigación?
Primero, el Proyecto reunió los resúmenes principales de
investigaciones y observaciones clínicas en relación con los
padres de adolescentes, a través de una búsqueda minuciosa
en la literatura y consultas con investigadores líderes. Por
último, se consultaron cientos de artículos, informes y libros, así
como material disponible en Internet y comunicaciones de
expertos en el tema.
No hubo intención de identificar toda la investigación y los
trabajos clínicos, prácticos y teóricos que se encuentran dentro
del campo; antes bien, el Proyecto buscó como fuente,
revisiones recientes que ya habían examinado y resumido las
investigaciones y prácticas existentes para los padres de
adolescentes. Se implementó un análisis y alcance especial para
asegurar que los materiales también representaban una gran
diversidad de perspectivas disciplinarias, étnicas y filosóficas.
Segundo, el equipo de investigación examinó y analizó los
materiales, identificando los temas y conclusiones en común
que abarcasen una variedad de fuentes y perspectivas. Estos
temas después fueron organizados en un marco estructural
diseñado para reflejar con precisión, pero también de manera
clara y convincente, los fundamentos comunes dentro de la
base de conocimientos.
Tercero, reflexionando en las observaciones realizadas
mientras se producían estos hallazgos, el Proyecto llegó a varias
conclusiones sobre los pasos más urgentes a seguir,
construyendo sobre la experiencia y el impulso de este proyecto
y otros similares, en favor de los adolescentes, los padres y las
familias. Estas recomendaciones están delineadas en la sección
final de este informe.
Por último, el borrador del informe fue revisado por más de 20
expertos que representan una diversidad de perspectivas
disciplinarias, vocacionales, geográficas, raciales y étnicas:
investigadores y teóricos académicos en áreas tales como el
desarrollo del niño y el adolescente, psicología, educación,
medicina y estudios de familia; y también profesionales en
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
31
áreas tales como salud mental, periodismo, cuidado de la salud,
servicios sociales, educación para padres, apoyo a los niños y
promoción de la salud. La lista de aquellos que revisaron el
informe aparece en la sección de "Reconocimientos" al final del
informe. Dado que la meta del Proyecto ha sido resaltar las
bases comunes de la investigación y experiencia sobre ser
padre de adolescentes, la opinión de los revisores fue
cuidadosamente evaluada e incorporada, y no se incluyó en el
informe final ningún punto que haya generado desacuerdo
significativo entre ellos.
A la hora de enfatizar la identificación de áreas de bases
comunes dentro de la investigación sobre ser padres, el
Proyecto fue estimulado y guiado por varias iniciativas previas.
Durante la preparación de su informe inicial, “El rol de los
medios de comunicación en la educación de los padres” (The
Role of the Mass Media in Parenting Education), el Centro para
la Comunicación de Salud descubrió acuerdos significativos
entre numerosos expertos de que este tipo de construcción de
consenso sobre los padres era deseable y posible55. También,
concentrándose en el rol de los padres de niños menores, el
Instituto de las Familias y el Trabajo analizó un amplio conjunto
de investigaciones y experiencias en la elaboración de mensajes
para los padres como parte de la conocida campaña "Yo soy tu
hijo" (www.iamyourchild.org). A principios de la década de
1990, cuatro líderes del Sistema de Extensión del
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, delinearon
las habilidades esenciales paternas, creando el Modelo de
Educación para Padres de Extensión Nacional con el fin de
proveer una base para planificar programas de educación para
padres dentro del sistema de Extensión56. También se han
realizado esfuerzos para articular los principios básicos del
desarrollo adolescente, así como para establecer las mejores
prácticas y estándares para la educación de los padres y sus
áreas relacionadas de cuidado de la salud de la familia, apoyo
familiar y educación para la vida en familia57. Otras iniciativas
incluyen diversas colecciones enciclopédicas de información
sobre los adolescentes y los padres58.
El Proyecto para Padres de Adolescentes ha buscado identificar,
coordinar y extender estas iniciativas, resaltando
específicamente el ser padres de adolescentes y aumentando la
disponibilidad de información práctica, especialmente a través
de los medios. Nuestra esperanza es que esta iniciativa ayudará
a dar a la base de conocimientos una mayor accesibilidad y
aplicabilidad entre padres de adolescentes, así como entre
aquellos que trabajan con y para esos padres, permitiendo que
55 Simpson 1997; ver también Steinberg 2000.
56 Smith et al. 1994.
57 U.S. Department of Health and Human Services 1997; Cooke et al. 1996;
Family Resource Coalition 1996; Bredehoft y Cassidy 1995; Dunst 1995.
58 Ver, por ejemplo, Bornstein en imprenta; Lerner y Lerner en imprenta; Lerner
1999; Smith 1999; Bornstein 1995a; Lerner, Petersen, y Brooks-Gunn 1991.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
32
los conocimientos sirvan como apoyo para una de las áreas más
críticas de la vida familiar.
Al elaborar una serie de principios para los padres de
adolescentes, el Proyecto ha construido varias hipótesis
importantes tanto sobre los padres como sobre la
adolescencia.
Primero, el término "padres" se definió ampliamente,
para incluir a todos aquellos adultos que tienen la
responsabilidad de criar a un adolescente, cualquiera fuera su
relación biológica con él, incluyendo a parientes cercanos y de
la familia extendida, padrastros, tutores, padres sustitutos y
miembros de tribus y clanes59. En todo lugar donde aparezca el
término "padres" en este informe se referirá a todos estos
grupos y a todos aquellos que cumplan el papel de padres.
Segundo, se definió el término "adolescencia" en
reconocimiento de que éste es uno de tantos temas sobre el
cual no hay consenso. Los esfuerzos por identificar y definir la
adolescencia como una etapa especial del desarrollo datan,
dentro de la sociedad norteamericana, de fines del siglo XIX y
han llevado a una amplia variedad de definiciones60. En la
literatura popular, es común pensar que la adolescencia
abarca los años de 13 a 19, un concepto también utilizado en
algunos trabajos académicos, incluyendo estudios demográficos
que requieren de marcadores fácilmente identificados61. Tanto
la literatura académica como la popular frecuentemente definen
el inicio de la adolescencia en base a hitos biológicos, como por
ejemplo, el inicio de la pubertad, mientras que la finalización de
la adolescencia se define más comúnmente tomando en cuenta
hitos sociales o psicológicos, como por ejemplo, la adaptación
exitosa a la pubertad o el logro de independencia económica62.
En cierta medida, la adolescencia también se define por
patrones de escolaridad en los Estados Unidos, según los cuales
la adolescencia comienza en la escuela media (ahora
generalmente en quinto o sexto grado) y finaliza al terminar la
escuela secundaria63. Algunas culturas tienen ritos de iniciación
para marcar el comienzo de la adolescencia o la adultez, y se ha
señalado la relativa ausencia de rituales positivos e hitos
uniformes en la sociedad norteamericana64. Aquellos que toman
una perspectiva legal generalmente definen la finalización de la
adolescencia como el momento en que ocurren importantes
cambios legales, por ejemplo, la elegibilidad para la escolaridad
pública65.
59 Ver, por ejemplo, Stepp 2000; Carter 1996
60 Kimmel y Weiner 1985; Elder 1975; Blos 1962.
61 Phelan 1998; Elliott y Feldman 1990; Csikszentmihalyi y Larson 1984.
62 Elliott y Feldman 1990; Kimmel y Weiner 1985; Blos 1962.
63 Elder 1975.
64 Crockett 1997; Mahdi, Christopher, y Meade 1996.
65 Côté y Allahar 1996; Campion 1995.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
33
La "adolescencia temprana" generalmente se distingue de la
"adolescencia media" o "adolescencia propiamente dicha", la
que a su vez se distingue de la "adolescencia tardía", por el
reconocimiento de las profundas diferencias de desarrollo entre
los 10 y los 20 años y también por los importantes contrastes
en el contexto social y legal66. Varias teorías incluyen el
concepto de "adulto joven" o "adulto emergente", en parte para
dar cuenta de la cantidad creciente de años durante los cuales
muchos jóvenes permanecen en transición hasta lograr una
personalidad y un rol adulto enteramente maduros67.
Este proyecto ha incluido investigaciones sobre la adolescencia
que utilizan definiciones biológicas o sociales, tomando la
pubertad o la escuela media como punto de partida y la
graduación de la escuela secundaria y otros marcadores como
finalización. El Proyecto toma la posición de que completar la
transición a las responsabilidades adultas involucra en muchos
grupos étnicos y circunstancias un período que generalmente
se extiende más allá de la adolescencia68.
Tercero, se discutió el tema de las metas para los
adolescentes en la sociedad. En la mayoría de las
investigaciones sobre el desarrollo adolescente y los padres
existen ciertas metas implícitas para los adolescentes que
subyacen las mediciones de investigación sobre el "desarrollo
saludable" y "la evolución positiva". El Proyecto eligió
investigaciones cuyas metas implícitas o explícitas fueran
compatibles con aquellas para los adolescentes de los Estados
Unidos que pertenecen a distintos grupos étnicos,
socioeconómicos y religiosos. Nuevamente, al buscar áreas de
consenso, el Proyecto encontró una similitud importante entre
las metas generales para la infancia en todas las áreas de
investigación y grupos étnicos dentro de los Estados Unidos.
Estas metas casi invariablemente incluyen supervivencia, salud
física y mental, auto suficiencia económica y, por lo general,
también algún tipo de conexión y responsabilidad social, en
particular acerca de la ciudadanía y/o las relaciones familiares69.
El Proyecto tomó la posición, expresada previamente por los
académicos, de que algunas metas son universales, mientras
que otras, como pueden ser las estrategias, tienden a ser
culturales, y las conductas, individuales70.
66 Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Kagan 1972; Blos 1962.
67 Arnett 2000; Jessor, Donovan, y Costa 1991; White, Speisman, y Costos
1983; Blos 1962.
68 Arnett 2000; Jessor, Donovan, y Costa 1991; White, Speisman, y Costos
1983.
69 Furstenberg et al. 1999; LeVine 1997; U.S. Department of Health and Human
Services 1997; Small y Eastman 1991.
70 Holmbeck,
Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; LeVine 1988.
Existe una similitud
importante entre
las metas de
desarrollo del
adolescente en
distintas áreas de
investigación y
grupos étnicos.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
34
En consecuencia, este informe asume que no existe una única
manera "correcta" de criar a los niños. Nuestras expectativas
comunes crean similitudes entre algunas metas y estrategias,
mientras que nuestros distintos ambientes y circunstancias
crean diferencias entre otras metas y estrategias. Este informe,
en síntesis, apunta tanto a las similitudes, que surgen de
respetar y entender nuestras experiencias compartidas, como a
las diferencias, que emergen de respetar y entender el rol de
los padres en otras culturas, circunstancias y estilos
individuales.
En relación con la terminología, especialmente al hablar de
grupos étnicos, el Proyecto tuvo en mente la importancia de
utilizar términos que fueran respetuosos y respondieran a las
preferencias de los grupos. Al elegir utilizar los términos
norteamericano-europeo, afro-americano, americano-indígena,
americano-asiático, hispano, etc., el informe ha intentado
nuevamente valorar el consenso actual entre estos grupos en
relación con la terminología, apreciando también el hecho de
que las opiniones varían ampliamente entre los grupos y a
través del tiempo sobre este difícil y complejo asunto, y que
ninguna elección es la ideal71.
En relación con el alcance del Proyecto, la investigación y el
análisis estuvieron limitados a hallazgos sobre el papel de los
padres de adolescentes dentro de los Estados Unidos, pero con
el reconocimiento de que será importante extender este análisis
al resto del mundo. Además, el tema de este estudio fue el
hecho de ser padres de adolescentes, no los adolescentes que
son padres, con el reconocimiento nuevamente de la
importancia crítica que reviste el tema de los padres
adolescentes. Por otra parte, si bien en términos generales este
informe se ocupa de temas vinculados a los padres, la
adolescencia y los medios, su foco principal no es el impacto de
los medios en los adolescentes ni el rol de los padres en
controlar o limitar este impacto, aunque éste se reconozca
como un tema importante que enfrentan los padres durante la
adolescencia de sus hijos.
Finalmente, si bien este informe se concentra en proveer
información y apoyo a los padres, la pregunta que frecuente—y
apropiadamente— surge es si los esfuerzos deben dirigirse
hacia un cambio en los padres o hacia un cambio del contexto
social, que les permita realizar su trabajo más efectivamente72.
Este informe, así como el que lo precedió en 199773, se basa en
el principio de que la respuesta no es "ésta o aquella", sino más
bien "ambas". Los dos enfoques son importantes, no con la
intención de culpar a los padres por problemas surgidos a partir
de una falta de apoyo social y económico, sino más bien con el
71 Ver, por ejemplo, McAdoo 1999b; Tatum 1997; McGoldrick, Giordano, y
Pearce 1996.
72 Dombro et al. 1996; Wallack et al. 1993.
73 Simpson 1997.
SER PADRES DE ADOLESCENTES ANTECEDENTES DEL INFORME
35
propósito de colaborar con los padres para que alcancen las
metas de su propio desarrollo y las de sus hijos/as
adolescentes, a través del apoyo de la comunidad y el
crecimiento familiar e individual.
En otras palabras, este Proyecto reconoce que algunos padres
no podrán beneficiarse de la información que aquí se brinda
hasta que nosotros, como sociedad, primero cubramos sus
necesidades básicas de protección contra los efectos de la
pobreza, la violencia, el abuso de sustancias, el racismo, las
enfermedades físicas y mentales no tratadas y otros. Este
trabajo ofrece su información, por ende, con la meta de llegar
tanto a los padres como a aquellos que están trabajando para
crear un ambiente más acogedor para ellos, a través de los
servicios sociales, las políticas, el humanitarismo, el desarrollo
de la comunidad y otros medios.
El Proyecto ofrece a continuación sus hallazgos principales en
relación con las áreas sobre las que existe amplio acuerdo
acerca del papel de los padres de los adolescentes. Además de
la información y las referencias que siguen, se dispone de más
información a partir de los archivos de recursos creados en
forma conjunta con el Proyecto. Se invita a los lectores a
solicitar mayor información y a contribuir al diálogo que
generan estos temas tan importantes.
Este informe
asume, por lo tanto,
que no hay una sola
manera "correcta"
de criar a los hijos.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
37
Principios y contexto
¿Cuáles son los resultados más claros
y contundentes de la investigación
sobre ser padres de adolescentes?
Existe desacuerdo en cuanto a los
detalles, proveniente en parte de las
diferencias étnicas y de valores. Sin
embargo, también hay consenso sobre
principios amplios, manifestado
repetidas veces, entre distintas
disciplinas, metodologías, etnias,
estructuras familiares, circunstancias
socioeconómicas y estilos individuales.
38
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
39
Principios y contexto
El Proyecto Harvard sobre los
padres de adolescentes encontró
que, a partir de la identificación
de áreas de acuerdo en la
investigación sobre los padres de
adolescentes, surgían dos tipos
de informaciones claves: 1)-
conceptos importantes que son comunes a todos aquellos en el
rol de padres: y 2)- cinco componentes específicos de ese rol,
los cuales el Proyecto llamó “los cinco conceptos básicos”. Antes
de desarrollar estos cinco conceptos básicos en el próximo
capítulo, vamos a esbozar en éste los conceptos comunes,
dado que ellos ofrecen un fundamento y un marco para
comprender los cinco conceptos básicos, así como una vista
general de las múltiples fuerzas relacionadas que influyen sobre
ellos. El Proyecto desarrolló estos conceptos de la siguiente
manera:
Una de las fuerzas más importantes que influye sobre el
rol paterno es el conjunto de cambios profundos en el
desarrollo que ocurren durante la adolescencia.
En una notable interrelación de fuerzas biológicas y sociales, a
lo largo de la adolescencia, los adolescentes toman la forma de
los adultos en tamaño, madurez sexual, características
cerebrales, capacidad de pensamiento, conocimientos,
sofisticación emocional, razonamiento moral, relación con los
pares y la familia y aptitud ocupacional. Si bien el desarrollo
continúa en la vida adulta, los pasos críticos en el crecimiento
físico, social, cognitivo y emocional que se siguen durante la
adolescencia modelan el curso de la vida futura del
adolescente1. En general, la cantidad y calidad de los cambios
en el desarrollo durante la adolescencia son equiparables a los
del período de lactancia y la primera infancia.
Dado que el proceso de desarrollo adolescente está sumamente
entrelazado con el papel de los padres, el Proyecto analiza
algunas de los trabajos claves sobre desarrollo adolescente a fin
de identificar los mayores cambios en el desarrollo que los
padres pueden esperar— y deben apoyar— durante la
adolescencia.
El Proyecto halló que, como punto de referencia para pensar en
el papel de los padres, estos cambios pueden organizarse en
diez tareas para adolescentes.
1 Fischhoff, Crowell, y Kipke 1999; Carnegie Council 1995
En general, la
calidad y cantidad
de los cambios del
desarrollo en la
adolescencia son
equiparables a los
del período de
lactancia y de la
primera infancia.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
40
Las diez tareas de los adolescentes
Acostumbrarse a cuerpos y
sentimientos en proceso de
maduración sexual
Los adolescentes deben adaptarse a un cuerpo que duplica su
tamaño y adquiere características sexuales; aprender a
manejar los cambios biológicos y los sentimientos sexuales
que los acompañan y a practicar conductas sexuales
saludables.
Su tarea también incluye establecer una identidad sexual y
desarrollar habilidades para las relaciones románticas2.
Desarrollar y aplicar
habilidades
de pensamiento abstracto
Los jóvenes suelen atravesar cambios profundos en su forma
de pensar durante la adolescencia, lo que les permite
comprender y coordinar ideas abstractas más efectivamente,
pensar en distintas posibilidades, ensayar hipótesis, pensar en
el futuro, pensar sobre el pensamiento y construir filosofías3.
Desarrollar y aplicar un
nivel de perspectiva más
complejo
Los adolescentes adquieren una nueva y potente habilidad
para comprender las relaciones humanas, en las que, una vez
que aprenden a “ponerse en el lugar de otra persona”,
aprenden a tener en cuenta sus propias perspectivas y las de
los demás simultáneamente, y a usar esta nueva capacidad
para resolver conflictos y problemas en las relaciones4.
Desarrollar y aplicar nuevas
habilidades de adaptación
en áreas tales como la toma
de decisiones, la solución de
problemas y la resolución
de conflictos
En relación con todos estos cambios notables, los adolescentes
adquieren nuevas habilidades para pensar y planificar el
futuro, para utilizar estrategias más sofisticadas en la toma de
decisiones, solución de problemas y resolución de conflictos y
para moderar los riesgos que toman, y así alcanzar sus metas
en lugar de ponerlas en peligro5.
Identificar patrones
morales,
valores y sistemas de
creencia significativos
Construyendo sobre estos cambios y las habilidades
resultantes, los adolescentes típicamente desarrollan un
entendimiento más complejo del comportamiento moral y los
principios subyacentes de justicia y afecto, cuestionando
creencias de la infancia y adoptando valores, visiones
religiosas y sistemas de creencias personalmente más
significativos para guiar sus decisiones y comportamientos6.
2 Furman, Brown, y Feiring 1999; Kipke 1999a; Miller y Benson 1999; Brooks-
Gunn y Paikoff 1997; Furman y Wehner 1997; Susman 1997; McClintock y
Herdt 1996; Dyk 1993; Koch 1993; Rickel y Hendren 1993; Savin-Williams y
Rodriguez 1993; Buchanan, Eccles, y Becker 1992; Brooks-Gunn y Reiter 1990;
Katchadourian 1990; Susman et al. 1987; Brooks-Gunn, Petersen, y Eichorn
1985.
3 Fischhoff, Crowell, y Kipke 1999; Fischer y Rose 1994; Flavell, Miller, y Miller
1993; Elkind 1984; Keating 1980; Kuhn y Angelev 1976; Kohlberg y Gilligan
1972; Piaget 1972.
4 Damon 1997; Eisenberg, Murphy, y Shepard 1997; Selman y Schultz 1990;
Damon y Hart
1982; Selman 1980; Elkind 1967.
5 Fischhoff, Crowell, y Kipke 1999; Kipke 1999b; Lightfoot 1997; Ponton 1997;
Gordon 1996; Silverberg y Gondoli 1996; Collins y Laursen 1992; Nurmi 1991;
Hauser y Bowlds 1990; Selman y Schultz 1990; Worell y Danner 1989;
Baumrind 1987; Selman 1980.
6 Damon 1999, 1997; Coles 1997; Wallace y Williams 1997; McGoldrick,
Giordano, y Pearce 1996; García Coll, Meyer, y Brillon 1995; McAdoo 1995;
Fowler et al. 1991; Gilligan y Attanucci 1988; Hoffman 1980; Kohlberg y
Gilligan 1972; Kohlberg 1969.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
41
Las diez tareas de los adolescentes
Comprender y expresar
experiencias emocionales
más complejas
Con relación a estos cambios, los adolescentes tienden a adquirir la habilidad de
identificar y comunicar emociones más complejas, comprender las emociones de
otros de maneras más sofisticadas y pensar acerca de las emociones de
manera abstracta7.
Formar amistades íntimas
de apoyo mutuo
Si bien los jóvenes típicamente tienen amigos durante toda la infancia, los
adolescentes suelen desarrollar relaciones de pares que juegan un papel mucho
más importante para brindar apoyo y conexión en su vida. Tienden a pasar de
amistades basadas en gran medida en compartir actividades e intereses a otras
basadas en compartir ideas y sentimientos, con el consiguiente desarrollo de
confianza y entendimiento mutuo8.
Establecer aspectos claves
de la identidad
Hasta cierto punto, la formación de la identidad es un proceso que dura toda la
vida, pero los aspectos cruciales de la identidad se forjan típicamente durante la
adolescencia, incluyendo el desarrollo de una identidad que refleja un sentido de
individualidad y la conexión con personas y grupos valorados. Otra parte de
esta tarea es desarrollar una identidad positiva con respecto al género, los
atributos físicos, la sexualidad, la etnia y, si fuera el caso, el hecho de ser
adoptado; también deben desarrollar una conciencia de la diversidad de grupos
que conforman la sociedad9.
Hacer frente a las
demandas que implican
roles y responsabilidades
cada vez más maduros
Los adolescentes gradualmente adoptan los papeles que se esperará de ellos
durante la adultez, aprendiendo a adquirir las habilidades y manejar las
múltiples demandas que les permitirán moverse en el mercado laboral y
satisfacer las expectativas en cuanto a su compromiso con la familia, la
comunidad y la ciudadanía10.
Renegociar las relaciones
con los adultos que
ejercen el rol de padres
Aunque a veces, la tarea de los adolescentes ha sido descrita como “separarse”
de los padres y otros cuidadores, se la considera ahora más como una tarea
conjunta de adultos y adolescentes para negociar un cambio que establezca un
equilibrio entre la autonomía y una conexión continua, enfatizando una u otra
según los antecedentes étnicos de cada familia11.
Unos comentarios sobre esta lista. A pesar de que esta lista
particular de tareas del desarrollo emergió del análisis de
7 Larson y Richards 1994; Brown 1993; Buchanan, Eccles, y Becker 1992;
Brooks-Gunn y Reiter 1990; Coleman y Hendry 1990; Fischer, Shaver, y
Carnochan 1990, 1989; Selman y Schultz 1990; Harter y Buddin 1987; Damon
y Hart 1982; Selman 1980; Elkind 1967.
8 Maccoby 1998; Way 1998; Furman y Wehner 1997; Berndt y Perry 1990;
Savin-Williams y Berndt 1990; Selman y Schultz 1990; Berndt 1989; Youniss y
Smollar 1985; Csikszentmihalyi y Larson 1984; Selman 1980; Sullivan 1953.
9 Baumeister y Vohs en imprenta; Demo, Allen, y Fine 2000; Grotevant et al.
2000; Harter 1999; Kindlon y Thompson 1999; McAdoo 1999b; Newberger
1999; Brodzinsky, Smith, y Brodzinsky 1998; Pollack 1998; Way 1998; Phinney
y Kohatsu 1997; Tatum 1997; Kroger 1996; Kegan 1994, 1982; Vondracek
1994; Surrey 1991; Spencer, Swanson, y Cunningham 1991; Spencer y
Markstrom-Adams 1990; Marcia 1980, 1966; Erikson 1968.
10 Demo, Allen, y Fine 2000; Youth Development 2000; Zeldin, Camino, y
Wheeler 2000; McAdoo 1999b; Benson et al. 1998; Damon 1997; Youniss y
Yates 1997; Graber, Brooks-Gunn, y Petersen 1996; Hamilton y Lempert 1996;
McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996; Silverberg y Gondoli 1996; Nightingale y
Wolverton 1993; Vondracek, Lerner, y Schulenberg 1986.
11 Collins et al. 2000; Arnett 1999; Grotevant 1998; Shulman y Seiffge-Krenke
1997; Larson et al. 1996; Silverberg y Gondoli 1996; García Coll, Meyer, y
Brillon 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Kegan 1994; Noller
1994; Smetana y Asquith 1994; Hauser 1991; Coleman y Hendry 1990; Collins
1990; Youniss y Smollar 1985; Bengtson y Kuypers 1971.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
42
reseñas de investigaciones recientes, el concepto de tareas del
desarrollo ha sido articulado en investigaciones psicológicas
durante más de medio siglo12, y, de tanto en tanto, han
aparecido desde entonces resúmenes de las tareas del
desarrollo en la literatura profesional13. Ocasionalmente, si bien
de manera curiosamente infrecuente, también aparecen
esbozos de los hitos del desarrollo adolescente en la literatura
popular para padres14.
Esta lista de tareas no pretende sugerir que los adolescentes
enfrenten o resuelvan estas tareas en ningún orden ni
secuencia particular, o que logren todas inmediatamente. Por el
contrario, la mayoría de los hitos del desarrollo evolucionan
muy gradual, episódica y separadamente y en combinación con
pausas y regresiones a lo largo del camino. También, los
cambios del desarrollo a lo largo de la adolescencia son parte de
un cambio continuo que se extiende desde la niñez hasta la
vida adulta. Durante la adolescencia, los jóvenes a menudo
vuelven a trabajar tareas del desarrollo anteriores que
necesitan como base para el crecimiento actual15. Por estas y
otras razones, las tareas pueden ser organizadas de distintas
maneras, generando listas algo diferentes. Esta lista se ofrece
como una versión particularmente corta, actual y orientada
hacia los padres, con la esperanza de que genere mayores
esfuerzos de este tipo.
Por último, la mayoría de los adolescentes atraviesa las tareas
del desarrollo de una manera sorprendentemente exitosa16. Sin
embargo, una serie de factores pueden poner a los
adolescentes en riesgo, entre ellas, necesidades especiales y
dificultades de aprendizaje; privaciones tempranas que
impidieron establecer las bases del desarrollo; desvalorización y
discriminación en relación con temas como etnia, clase,
condición de inmigrante u orientación sexual; falta de apoyo
adulto; trauma físico o emocional; enfermedad física o mental,
disfunción familiar; pobreza; disfunción y violencia en la
comunidad o el barrio; y escasez de oportunidades para
desarrollar capacidades17.
En algunos casos, por estas u otras razones, el adolescente y su
familia no están listos para emprender ciertas tareas sin apoyo
significativo y/o trabajo terapéutico. Otros, en un proceso
continuo de desarrollo adulto, negocian tareas particulares más
12 Havighurst 1972.
13 Burt 1998; Christenson y Roberts 1998; Masten y Coatsworth 1998; U.S.
Department of Health and Human Services 1997; Carnegie Council 1995;
Hauser 1991; Hooker 1991; Steinberg 1991b; Ingersoll 1989; Davis 1985;
Havighurst 1972.
14 Siegler 1997; Steinberg y Levine 1997; Tatum 1997; Elkind 1994; Youngs
1993.
15 Erikson 1968; Winnicott 1965; Blos 1962.
16 Hauser y Bowlds 1990.
17 McCubbin et al. 1999; McAdoo 1999b; Graber, Brooks-Gunn, y Petersen
1996; Eron, Gentry, y Schlegel 1994; Sandler, Levine, y Coleman 1991.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
43
tarde, en respuesta a los desafíos de la vida, lo que algunas
veces incluye educar a un hijo/a adolescente propio18.
Generalmente, estas listas, de manera implícita o explícita,
reconocen que están articuladas al servicio de metas sociales
más amplias, como por ejemplo, la autosuficiencia económica,
la salud mental y física, la conexión familiar y la ciudadanía, tal
como se discute en el capítulo "Antecedentes". Algunas listas
enfatizan sobre todo tareas que satisfacen una demanda social,
mientras que otras se concentran en los cambios del desarrollo
que subyacen la capacidad de los adolescentes de satisfacer
directamente las demandas de la sociedad19. Esta lista enumera
ambas, utilizando las metas más ampliamente sostenidas, como
describe el capítulo "Antecedentes", al tiempo que subraya los
cambios del desarrollo, en parte porque son particularmente
estos cambios los que tienden a ser poco reconocidos y poco
apreciados por los padres, y en parte porque son los que hacen
posible satisfacer las demandas sociales. Algunos aspectos de
estas tareas son esencialmente habilidades que se necesitan
para satisfacer las demandas sociales, como por ejemplo, la
toma de decisiones y la capacidad emocional. Algunas son las
piedras angulares para la construcción de otras, por ejemplo,
los aspectos del pensamiento abstracto son esenciales para
alcanzar algunos de los niveles del pensamiento moral, la toma
de perspectivas y la construcción de relaciones, descritos en
otras tareas; y todas estas habilidades contribuyen a la
capacidad de los adolescentes para desarrollar aspectos de la
identidad.
Si bien las tareas de la adolescencia son esencialmente las
mismas en la gran diversidad de ambientes familiares y
circunstancias que conforman los Estados Unidos, existen
variaciones según raza, etnia, género, orientación sexual, nivel
socioeconómico, condición de inmigrante, estructura familiar,
capacidad individual y otros factores (Ver la próxima sección de
este capítulo).
Estas diez tareas, así como los cinco conceptos básicos y otros
que contiene este informe, se ofrecen como una contribución al
proceso crucial de ayudar a los padres a entender su papel en la
evolución positiva de los jóvenes y como una invitación a seguir
con el proceso. (Ver el capítulo "Recomendaciones para futuros
trabajos"). Las maneras en que los padres pueden influir— y de
hecho influyen— en las diez tareas es el tema de las siguientes
secciones de este informe.
18 Kegan 1994.
19 Davis 1985.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
44
Las tareas del desarrollo adolescente enfrentan a los
padres con una deslumbrante y a veces intimidante serie
de cambios en sus adolescentes, cambios a los que el rol
paterno no sólo responde, sino también apoya.
En una mezcla de grandes saltos hacia adelante, saltos
reactivos hacia atrás y pausas periódicas, los adolescentes
presentan a los padres pruebas evidentes de que estas diez
tareas están en progreso, a medida que los aspectos físicos,
cognitivos, emocionales y sociales del desarrollo se ponen en
juego gradual, de forma irregular e interactiva.
En relación con la sexualidad, es probable que los padres sean
testigos no sólo de un pico de crecimiento físico e hitos
sexuales, sino también de la experimentación de formas de
comportamiento sexual, relaciones románticas y el forjamiento
de una identidad sexual20.
Por otro lado, los padres pueden notar el surgimiento de una
nueva sofisticación en la capacidad de pensamiento de sus
adolescentes, incluyendo una mayor capacidad para el
pensamiento abstracto21. Este puede ser un tiempo rico en
introspección y reflexión, con un entendimiento más profundo
de temas como la amistad, la justicia, la identidad y la religión,
y con una mayor capacidad para las relaciones, el estudio
académico y el trabajo complejo.
Al mismo tiempo, los adolescentes característicamente mejoran
su toma de perspectiva. Si bien es probable que en la
preadolescencia aprendieran cómo “ponerse en el lugar de
otros”, ahora pueden hacerlo más firmemente. También, a
menudo comienzan a salir de su propia perspectiva y de la
perspectiva de otra persona, y a usar esta nueva habilidad en la
resolución de problemas22.
Gracias en parte a algunas de estas nuevas capacidades,
muchos adolescentes se vuelven más hábiles en distintos tipos
de capacidades de adaptación. Estas nuevas habilidades
pueden incluir capacidades más sofisticadas para la toma de
decisiones, la solución de problemas y la resolución de
20 Furman, Brown, y Feiring 1999; Kipke 1999a; Miller y Benson 1999; Brooks-
Gunn y Paikoff 1997; Furman y Wehner 1997; Susman 1997; McClintock y
Herdt 1996; Dyk 1993; Koch 1993; Rickel y Hendren 1993; Savin-Williams y
Rodriguez 1993; Buchanan, Eccles, y Becker 1992; Brooks-Gunn y Reiter 1990;
Katchadourian 1990; Susman et al. 1987; Brooks-Gunn, Petersen, y Eichorn
1985.
21 Fischhoff, Crowell, y Kipke 1999; Fischer y Rose 1994; Flavell, Miller, y Miller
1993; Elkind 1984; Keating 1980; Kuhn y Angelev 1976; Kagan 1972; Kohlberg
y Gilligan 1972; Piaget 1972.
22 Damon 1997; Eisenberg, Murphy, y Shepard 1997; Selman y Schultz 1990;
Damon y Hart 1982; Selman 1980; Elkind 1967.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
45
conflictos, así como un cambio hacia una futura orientación y
una mayor destreza para fijar y planear metas realistas23.
Existe un debate significativo entre los investigadores sobre
cómo interpretar la toma de riesgos que muchos consideran
característica de la adolescencia. Muchos investigadores y
profesionales sostienen que, así como la terquedad de los niños
que empiezan a andar, algún tipo de riesgo en la adolescencia
es esencial para un crecimiento saludable, y promueve el
desarrollo de la identidad y la habilidad para tomar decisiones24.
También, si bien se cree que la toma de riesgos aumenta desde
la infancia a la adolescencia, existe debate acerca de si los
adolescentes realmente asumen más conductas de riesgo— y
más a menudo— que los adultos, o si simplemente sólo lo
parece, tal vez porque usan distinto tipo de información para
hacer juicios de valor y tienen menos información sobre las
consecuencias, menos opciones para protegerse de ellas, o
menores recursos para recuperarse de los fracasos25.
Siguiendo con el pensamiento abstracto y la toma de
perspectiva, los adolescentes típicamente pasan por
importantes cambios en su concepción de la moralidad, en
donde su entendimiento de lo correcto y lo incorrecto ya no se
basa en reglas concretas, sino más bien en principios sobre la
justicia y el afecto, así como en la perspicacia, a partir de sus
nuevas capacidades para la toma de perspectivas y la
empatía26. Existe un progreso similar hacia un pensamiento
más sofisticado en relación con la religión y la espiritualidad27.
Los adolescentes también desarrollan una comprensión de
los sentimientos más sofisticada, como por ejemplo, la
habilidad para pensar con más eficacia sobre las intenciones
que existen detrás de las acciones y sobre las emociones
ocultas28. Los adultos y los adolescentes por igual
experimentan la adolescencia como un momento pasajero de
emociones más intensas, inhibición y cambios de ánimo, si bien
las causas, incluyendo las maneras en que pueden relacionarse
con cambios hormonales y otros aspectos del desarrollo, no
están claras29.
23 Fischhoff, Crowell, y Kipke 1999; Gordon 1996; Silverberg y Gondoli 1996;
Collins y Laursen 1992; Nurmi 1991; Hauser y Bowlds 1990; Selman y Schultz
1990; Worell y Danner 1989; Selman 1980.
24 Garbarino 1999; Lightfoot 1997; Ponton 1997; Baumrind 1987.
25 Fischhoff, Crowell, y Kipke 1999; Scales y Leffert 1999; Beyth-Marom y
Fischhoff 1997; Lightfoot 1997; Ponton 1997; Carnegie Council 1995;
Strasburger 1995; Steinberg 1991a.
26 Damon 1999, 1997; Coles 1997; Gilligan y Attanucci 1988; Hoffman 1980;
Kohlberg y Gilligan 1972; Kohlberg 1969.
27 Wallace y Williams 1997; McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996; McAdoo
1995; Fowler et al. 1991.
28 Larson y Richards 1994; Brown 1993; Fischer, Shaver, y Carnochan 1990;
Selman y Schultz 1990; Harter y Buddin 1987; Selman 1980.
29 Kipke 1999a; Larson y Richards 1994; Brown 1993; Buchanan, Eccles, y
Becker 1992; Brooks-Gunn y Reiter 1990; Coleman y Hendry 1990; Damon y
Hart 1982; Elkind 1967.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
46
La amistad entre pares cobra nueva importancia y sentido en
la adolescencia y la mayoría de los investigadores ven este
cambio como un hito significativo de desarrollo social. Las
amistades típicamente se vuelven más íntimas, más estables,
consumen más tiempo, son más importantes en la vida de los
adolescentes y un pilar para el aprendizaje sobre las relaciones
adultas30. Sin embargo, los investigadores también han notado
que las relaciones con los padres siguen siendo importantes, y
que los adolescentes prefieren recurrir al consejo de los padres
en relación con las decisiones más importantes de la vida. (Ver
la sección de “Modelo y consulta” en el próximo capítulo)
Al mismo tiempo, los adolescentes luchan por establecer
aspectos claves de su identidad. Este tema importante, y
para algunos central, en la adolescencia a menudo trae
aparejados tiempos de experimentación con distintas
“identidades” temporarias, por medio de estilos alternativos de
vestimenta, joyería, música, peinados, modales y estilos de
vida, mientras los adolescentes luchan por identificar su
verdadero “yo” entre aparentes contradicciones sobre la forma
en que se sienten y comportan en diferentes situaciones, y con
diferentes niveles de pensamiento y comprensión. Incluidos en
esta búsqueda hay aspectos de la identidad de género, así
como de identidad vocacional y otros temas31.
Un desafío especial surge para los adolescentes de los Estados
Unidos: Cómo forjar un sentido de identidad étnica. Se discute
de manera creciente que esto es importante para los jóvenes
europeo-norteamericanos, quienes deben comprender el rol de
la etnia en sus propias identidades y desarrollar una
apreciación por la diversidad de etnias que existe en los Estados
Unidos, así como para los jóvenes de color, quienes deben
forjar su identidad frente al racismo y la discriminación32. Otros
desafíos surgen para adolescentes adoptados o de familias
inmigrantes, y en otras circunstancias especiales33.
Todos estos desarrollos, en forma coordinada con apropiadas
experiencias escolares, con los pares, los mentores, la familia,
la comunidad y en el trabajo, ayudan a los adolescentes a
aprender las capacidades y manejar las múltiples demandas de
roles y responsabilidades de una madurez creciente con
30 Maccoby 1998; Way 1998; Furman y Wehner 1997; Hartup y Overhauser
1991; Berndt y Perry 1990; Savin-Williams y Berndt 1990; Selman y Schultz
1990; Youniss y Smollar 1985; Csikszentmihalyi y Larson 1984; Selman 1980.
31 Baumeister y Vohs en imprenta; Garbarino 1999; Harter 1999; Kindlon y
Thompson 1999;
Newberger 1999; Pollack 1998; Way 1998; Kroger 1996; Taylor, Gilligan, y
Sullivan 1995; Kegan 1994, 1982; Vondracek 1994; Brown y Gilligan 1992;
Scales 1991; Surrey 1991; Hamilton 1990; Savin-Williams y Berndt 1990;
Youniss y Smollar 1985; Marcia 1980; Erikson 1968.
32 McAdoo 1999b; Phinney y Kohatsu 1997; Tatum 1997; García Coll, Meyer, y
Brillon 1995; Hill et al. 1994; Spencer, Swanson, y Cunningham 1991; Spencer
y Markstrom-Adams 1990.
33 Grotevant et al. 2000; McCubbin et al. 1999; Brodzinsky, Smith, y Brodzinsky
1998; McCubbin et al. 1998a; McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
47
respecto a la educación, la ocupación, la familia y la ciudadanía,
de manera que al final puedan alcanzar las expectativas
inherentes a la adultez joven34. Estas expectativas, como se
indica en el capítulo “Antecedentes”, son muy similares en un
plano general —incluyendo la autosuficiencia económica, la
salud mental y física, las relaciones de familia y la ciudadanía—,
pero varían profundamente en los detalles y en la oportunidad,
dependiendo de la etnia de la familia, las habilidades del
adolescente y muchos otros factores35.
Todos estos cambios generan un impacto en la relación del
adolescente con sus padres, y pueden crear mayores conflictos,
crítica y autocrítica, variabilidades emocionales, introversión,
indecisión, incompatibilidad y distanciamiento de la familia y de
las actividades familiares. Por otro lado, también generan
mayor espacio y profundidad en las discusiones, opciones
nuevas y estimulantes para conexiones intelectuales y
emocionales, y oportunidades para una serie de actividades
más ricas y sofisticadas en la vida familiar36.Considerados en su
totalidad, dan lugar a maneras en las cuales los padres y los
adolescentes en conjunto renegocian su relación,
separándose en algunos aspectos y conectándose más
profundamente en otros, acomodando y respetando las
necesidades y los logros de los otros cambios del desarrollo y
los valores y metas familiares, tal como se describe en las
páginas siguientes.
Una nota sobre el desarrollo cerebral. Un área interesante
de la investigación del desarrollo adolescente es el estudio de
las maneras en que el cerebro de los preadolescentes,
adolescentes y adultos jóvenes crece y cambia, de forma muy
similar a lo que sucede en la primera infancia 37 . Si bien la
investigación es preliminar, algunos de estos picos de
crecimiento cerebral pueden coincidir con los cambios en el
desarrollo adolescente, como por ejemplo, con su capacidad
para el pensamiento abstracto y el procesamiento de las
emociones38. Las investigaciones también están explorando las
relaciones entre la conducta adolescente y otros cambios
biológicos, por ejemplo, aquellos que involucran hormonas39 .
34 Rhodes en imprenta; Zeldin, Camino, y Wheeler 2000; Benson et al. 1998;
Damon 1997; Youniss y Yates 1997; Graber, Brooks-Gunn, y Petersen 1996;
Hamilton y Lempert 1996; Silverberg y Gondoli 1996; Nightingale y Wolverton
1993; Vondracek, Lerner, y Schulenberg 1986.
35 Arnett 2000; Csikszentmihalyi y Schneider 2000; McAdoo 1999b; Bavolek
1997; Graber, Brooks-Gunn, y Petersen 1996; Harkness y Super 1996;
McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996; Silverberg y Gondoli 1996; García Coll,
Meyer, y Brillon 1995; Nightingale y Wolverton 1993.
36 Collins et al. 2000; Arnett 1999; Grotevant 1998; Shulman y Seiffge-Krenke
1997; Larson et al. 1996; Silverberg y Gondoli 1996; García Coll, Meyer, y
Brillon 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Kegan 1994; Noller
1994; Hauser 1991; Coleman y Hendry 1990; Collins 1990; Youniss y Smollar
1985; Bengtson y Kuypers 1971.
37 Giedd et al. 1999; Diamond y Hopson 1998; Fischer y Rose 1994.
38 Davies y Rose 1999; Yurgelun-Todd 1998; Fischer y Rose 1994.
39 Susman 1997; Buchanan, Eccles, y Becker 1992.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
48
Esta nueva investigación tiene el potencial de servir como un
vehículo poderoso para comunicarse con los padres sobre la
importancia del desarrollo adolescente, y para asistirlos a fin de
que fijen expectativas realistas para sus hijos, forjando una
relación positiva con sus adolescentes y brindándoles un
ambiente que apoye el crecimiento saludable.
Así como ocurren cambios de desarrollo en los
adolescentes, también es factible que ocurran cambios
de desarrollo en sus padres, y que exista interacción
entre ellos.
Muchos teóricos, clínicos e investigadores han llegado a
comprobar que el desarrollo humano no solo ocurre durante la
infancia y la adolescencia, sino a través de toda la vida. Si bien
el desarrollo en la vida adulta es más variable que en la niñez,
puede potencialmente traer cambios importantes, incluyendo
cambios fundamentales en la manera de pensar sobre la
relación con los propios hijos40.
Algunos autores han descrito la crianza de hijos como un
proceso que atraviesa distintas etapas, a las que han vinculado
con la edad del niño y las expectativas sociales para esa edad41.
Algunos académicos también se han ocupado de la relación
entre el desarrollo de los padres y el de sus hijos adolescentes,
observando que los cambios de desarrollo interactúan unos con
otros42. Ellos han observado que los padres interpretan la
conducta de su adolescente, deciden sobre cursos de acción y
se comunican de manera distinta, dependiendo de su propio
nivel de desarrollo. Más aún, en un patrón entrelazado, educar
a los adolescentes puede ser un estímulo para un mayor
desarrollo del adulto, y viceversa43. Los adultos pueden
desconcertarse cuando enfrentan algunos de los desafíos que
presentan la nueva conducta y forma de pensar del
adolescente, y el proceso de respuesta a esos desafíos puede
producir un significativo crecimiento y desarrollo44. Con el
aumento de los divorcios y los nuevos casamientos, estos
desafíos también pueden aparecer en distintas etapas de la
vida, y más de una vez, en el caso en que los padres adquieren
hijastros o tienen otra familia45.
Las áreas en las que los padres pueden enfrentar mayores
desafíos, y que los comprometen en el proceso de desarrollo,
incluyen definir su propia identidad; trabajar con conceptos
morales de derechos y responsabilidades; tomar perspectivas
40 Grotevant 1998; Belenky, Bond, y Weinstock 1997; Heath 1996a,b; Levinson
1996, 1978; Steinberg 1994; Heath 1991; Belenky et al. 1986; Erikson 1985,
1968; White, Speisman, y Costos 1983; Kegan 1982.
41 Unell y Wyckoff 2000; Hamner y Turner 1996; Ryff y Seltzer 1996; Galinsky
1987.
42 Grotevant 1998; Kegan 1994; Steinberg 1994; Hauser 1991.
43 Grotevant 1998; Newberger 1980.
44 Kegan 1994.
45 Demo, Allen, y Fine 2000.
Los investigadores
han llegado a
considerar que el
desarrollo humano
no solo ocurre
durante la infancia
y la adolescencia,
sino a través de toda
la vida.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
49
desde el punto de vista del adolescente; y ubicar la relación
padre-hijo en un contexto de principios más amplios 46 . Por
ejemplo, un padre que se enfrenta a su hijo porque ha vuelto a
casa después de la hora permitida podrá ser más efectivo si
puede pensar en el tema como uno de los límites negociables—
lo que sucede en todo tipo de relación—, en lugar de tomarlo
como un agravio personal47. Para algunos padres, el desarrollo
también puede estar influenciado por desafíos especiales, como
por ejemplo, discapacidad, enfermedad, prisión, pobreza,
racismo, homofobia o condición de inmigrante48.
Los cambios del desarrollo en adultos y adolescentes
reflejan los cambios en el ambiente que los rodea, como
por ejemplo, cambios en las prácticas escolares, políticas
legales y de atención de salud, y los servicios
disponibles.
Sumando a la complejidad, el escenario que rodea a padres y
adolescentes continúa cambiando, ya que el contexto en el cual
tienen que negociar su desarrollo también experimenta
cambios. Por ejemplo, en algún momento entre quinto y sexto
grado, la mayoría de los jóvenes norteamericanos ingresa a la
"escuela media", la que tiene una estructura, programas, una
atmósfera social y un conjunto de procedimientos para la
incorporación de los padres totalmente distintos y más
difíciles49. Además, los adolescentes pasan menos tiempo en
compañía de sus padres que los niños más pequeños y menos
tiempo en actividades supervisadas.
También es notable la disminución de servicios que den
satisfacción a las necesidades especiales de los adolescentes y
sus padres, tanto en el caso de familias pobres como en
aquellas de clase media50. Los médicos, por ejemplo, a menudo
no ofrecen a los padres de adolescentes una guía para el
desarrollo saludable en la misma medida en que lo hacen para
los padres de niños más pequeños, y comienzan a emerger las
reglas de privacidad.
Las costumbres, las leyes y los anuncios televisivos abren las
puertas a mayores riesgos, como por ejemplo, conducir un
automóvil, consumir alcohol y drogas, experiencias más
directas con el racismo, y pasar a ser plenamente responsable
desde el punto de vista legal. Los mundos se expanden y a
veces chocan, a medida que los grupos de pares, las escuelas,
los empleadores y los vecindarios presentan a los adolescentes
y sus padres distintos valores, expectativas y agendas51.
46 Kegan 1994; Smetana 1994; Smetana y Asquith 1994; Galinsky 1987;
Newberger 1980.
47 Kegan 1994.
48 García Coll, Surrey, y Weingarten 1998.
49 Eccles et al. 1993.
50 Carnegie Council 1995.
51 Garbarino 1999; McCubbin et al. 1999; Schoen et al. 1998; Schoen et al.
1997; Carnegie Council 1995; Jackson y Rodriguez-Tomé 1993.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
50
Si bien algunos de estos cambios pueden ser
estimulantes y provechosos, la educación de los
adolescentes también puede convertirse en un momento
de fuerte tensión para los padres y crear tanto las
condiciones para problemas personales como para el
crecimiento personal.
Podemos suponer que, para muchos padres, el proceso de
realizar cambios internos en respuesta a los cambios de sus
hijos no es nuevo, sino, más bien, la continuación de una
progresión que comenzó aún antes de que el niño naciera52. Sin
embargo, los cambios en la adolescencia pueden ser
particularmente intensos y estresantes por varias razones,
incluyendo el hecho de que los cambios en el mismo
adolescente son sumamente rápidos, numerosos y profundos;
por lo general incluyen un aumento en la melancolía,
distanciamiento y conflicto; el desarrollo de los adolescentes
puede hacerle recordar a los padres conflictos no resueltos de
su propia adolescencia; y estos temas por lo general coinciden
con otras causas de tensión del desarrollo, como por ejemplo, el
envejecimiento y el cuidado de padres mayores53.
Los estudios sugieren que muchos padres tienen al menos
alguna dificultad en el manejo de los desafíos que les presenta
la adolescencia de sus hijos, independientemente de que sus
mismos hijos tengan alguna dificultad con la adolescencia e
independientemente del grado de dificultad que puedan tener54.
La investigación señala un campo minado de posibles fuentes
de tensión psicológica para los padres de adolescentes,
incluyendo la maduración sexual de los adolescentes; su cambio
de tamaño y, por ende, de fuerza física; la formación de
relaciones fuertes con sus pares y/o relaciones románticas; su
búsqueda de independencia; el distanciamiento emocional;
dejar el hogar; dejar de idealizar a los padres y empezar a
verlos como falibles; el cuestionamiento a los valores de los
padres; la presión para compartir ciertos bienes familiares en
mayor medida, como por ejemplo el auto, el teléfono y el
dinero; y el establecimiento de una identidad y metas de vida
en el preciso momento en que sus padres están evaluando las
propias. Los padres evalúan el trabajo que han realizado con
respecto a la educación de sus hijos, y las desilusiones
temporarias y permanentes pueden cobrar un tributo pesado55.
52 Belenky, Bond, y Weinstock 1997; Holden 1997; Heath 1996a,b; Levinson
1996, 1978; Ryff y Seltzer 1996;
Crnic y Acevedo 1995; Kegan 1994; Steinberg 1994; Galinsky 1987; Belenky et
al. 1986; Erikson 1985, 1968; Kegan 1982; Newberger 1980.
53 Grotevant 1998; Silverberg 1996; Ryff y Seltzer 1996; Carnegie Council
1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Steinberg 1994; Elkind 1993;
Collins 1990; Davis 1985.
54 Grotevant 1998; Steinberg 1994; Small y Eastman 1991; Galinsky 1987;
Davis 1985.
55 Steinberg 2000, 1994; Galinsky 1987; Newberger 1980.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
51
Un número significativo de padres dice experimentar mayores
niveles de conflicto e insatisfacción marital, menor autoestima,
mayor depresión y ansiedad y menor satisfacción con el
trabajo, la familia y la vida que durante la infancia de sus
hijos56. Algunos estudios sugieren que aquellos padres que
están más dedicados a su trabajo son menos susceptibles a
algunos de estos factores de estrés57, y que aquellos padres
que deben lidiar con el racismo, la pobreza y temas similares,
se ven más afectados58.
Es importante notar, sin embargo, que la mayoría de los padres
no manifiesta sufrir cambios en su salud mental y bienestar,
incluso algunos expresan sentir una mejoría, cuando reciben
bien— o al menos toleran— los desafíos del desarrollo en sí
mismos que les presenta la adolescencia de sus hijos59.
También son estimulantes los datos que sugieren que los
programas de apoyo a los padres pueden ayudarlos a manejar
esas tensiones, así como a mejorar la evolución de los
adolescentes60.
A pesar de todos estos cambios y desafíos, en la mayoría
de las familias no existen fracturas graves en la relación
padre-adolescente.
En algunas tradiciones étnicas y de investigación, la
adolescencia ha sido pensada como un momento de separación
violenta de los padres, un "corte del cordón umbilical", de modo
que, cuando finaliza, los adolescentes puedan llegar a
convertirse en individuos autónomos, psicológica y
económicamente independientes de su familia. Sin embargo, en
las últimas dos décadas, los investigadores han observado un
proceso diferente en la mayoría de las familias de distintos
grupos étnicos, en las cuales tanto los padres como los
adolescentes evolucionan juntos hacia una relación que incluye
una mayor autonomía, pero también una continua y
significativa conexión61.
El equilibrio entre autonomía y conexión varía entre y dentro de
cada grupo étnico de los Estados Unidos; por ejemplo, muchas
familias hispanas, afro-americanas, norteamericanas indígenas
y asiática-americanas enfatizan la cohesión de la familia, la
56 Steinberg 1994; Davis 1985.
57 Silverberg 1996; Steinberg 1994.
58 McAdoo 1999b; Taylor y Wang 1997; McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996.
59 Kegan 1994; Steinberg 1994.
60 Dishion, McCord, y Poulin 1999; Kumpfer 1999; Carnegie Council 1995.
61 Steinberg 2000; Arnett 1999; Gorman 1998; Grotevant 1998; Weingarten
1998; Larson et al. 1996; Silverberg y Gondoli 1996; García Coll, Meyer, y
Brillon 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Adams, Gullotta, y
Markstrom-Adams 1994; Collins 1992, 1990; Youniss, DeSantis, y Henderson
1992; Hauser 1991; Montemayor y
Flannery 1991; Coleman y Hendry 1990; Youniss y Smollar 1985; Montemayor
1983.
Los investigadores
han observado cómo
los padres y a los
adolescentes van
evolucionando
juntos hacia una
relación que incluye
una mayor
autonomía, pero
también una
continua y
significativa
conexión.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
52
interdependencia, y/o el respeto por los mayores, mientras que
muchas familias europeo- norteamericanas enfatizan más la
individualidad y alientan la independencia62. El grado de
eventual autonomía de un niño también está influenciado por
diferencias individuales, como por ejemplo, la presencia de
alguna discapacidad, y por factores ambientales, como pueden
ser la falta de oportunidades económicas o el alto costo de
vida63. En general, se puede decir que la tarea de los
adolescentes es separarse de algunas conexiones, a la vez que
redefinen y mantienen otras, para dar lugar a una relación más
adulta que cumpla con las expectativas culturales y ofrezca el
apoyo necesario64. Los mismos adolescentes expresan que no
necesitan ni quieren que la relación con sus padres se vuelva
distante, sino, más bien, que sea diferente, con respeto y
cabida para sus nuevas capacidades y responsabilidades. (Ver
la sección "Amor y conexión" en el próximo capítulo).
Por su parte, los padres generalmente refieren que reciben
mayores críticas de sus hijos, disminuye el tiempo que
comparten juntos, están más alejados emocionalmente y existe
un mayor nivel de desacuerdo y conflicto, cuyo grado varía
según el grupo étnico65.
Detrás de estos conflictos, sin embargo, también se observa
que los padres y los adolescentes están negociando temas
importantes, como la autonomía y la construcción de nuevas
capacidades para la resolución de conflictos y la solución de
problemas66. Al igual que el niño que empieza a caminar de
pronto le dice "no" a un padre, los adolescentes o
preadolescentes que de repente se vuelven más antagónicos,
algunas veces están mostrando signos importantes de cambios
en el desarrollo. Igualmente, tal como pasa con el niño que
comienza a caminar, los altos niveles de conflicto en los
adolescentes tienden a ser temporales. A medida que los
adolescentes crecen, los conflictos con sus padres tienden a
disminuir en frecuencia, si bien no en intensidad67.
En resumen, la mayoría de los padres y los adolescentes
expresan que aún comparten un vínculo seguro y valores
fundamentales. Las encuestas arrojan que la relación padreadolescente
sigue siendo positiva en general, y que sólo un
cinco a un veinte por ciento tiene serias dificultades que afectan
el respeto, apreciación y afecto que los hijos sienten por sus
padres68.
62 Bavolek 1997; Harkness y Super 1996; McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996; García Coll, Meyer,
y Brillon 1995.
63 Read 2000; Garwick et al. 1999; Silverberg y Gondoli 1996; García Coll, Meyer, y Brillon 1995;
Hodapp 1995.
64 Silverberg y Gondoli 1996; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Hauser 1991.
65 Arnett 1999; Grotevant 1998; Shulman y Seiffge-Krenke 1997; García Coll, Meyer, y Brillon
1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994; Coleman y Hendry 1990.
66 Steinberg 2000; Arnett 1999; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995.
67 Arnett 1999; Grotevant 1998; Laursen, Coy, y Collins 1998; Larson et al. 1996; Noller 1994;
Coleman y Hendry 1990.
68 Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Strasburger 1995; Noller 1994;
Los adolescentes
mismos expresan
que no necesitan ni
quieren que la
relación con sus
padres se vuelva
distante, sino, más
bien, que sea
diferente, con
respeto y cabida
para sus nuevas
capacidades y
responsabilidades.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
53
A pesar de los notables cambios que experimentan los
adolescentes, su familia, sus relaciones y el ambiente
que los rodea, las funciones básicas de los padres en
realidad sólo cambian muy poco desde la infancia hasta
la adolescencia. Son las estrategias para llevar a cabo
estas funciones las que pueden, y deben, cambiar
significativamente.
Los adolescentes necesitan que los padres continúen siendo
padres. Al tiempo que los apartan, los adolescentes no obstante
desafían a los padres para que permanezcan en el camino,
nutriendo, supervisando, guiando y defendiendo a sus hijos, así
como también ofreciendo un ambiente y límites seguros, de
maneras no muy distintas a aquellas que se han articulado para
la primera infancia o para la infancia en su totalidad69.
Por otro lado, de formas difíciles y algunas veces irónicas, el
desarrollo de los adolescentes y el cambio de los ambientes
requieren estrategias que son por lo general distintas— y
además más complicadas— que las que se utilizaban en la
primera infancia. Por ejemplo, los adolescentes necesitan tomar
riesgos como modo de aprendizaje, para la toma de decisiones
y para desarrollar su identidad70. Sin embargo, muchas de las
conductas de riesgo a las que se exponen están fuera del
alcance de supervisión directa de un adulto y en terrenos donde
los riesgos son extremadamente altos71.
Los adolescentes también necesitan generar conflicto para
poder demostrar sus similitudes y sus diferencias con los padres
y otros, y para establecer una identidad única72. Sin embargo,
al carecer de habilidades y perspectivas sociales, lo hacen de
maneras que a menudo son hirientes y agresivas, desafiando la
continuidad de la misma relación que están buscando
transformar.
Además, los adolescentes necesitan cierta privacidad, a fin de
experimentar con la separación y la individualización. Sin
embargo, la requieren precisamente en un momento en el cual
los padres están perdiendo muchas de sus opciones previas
para recibir información indirecta sobre sus hijos, por parte de
maestros, médicos, padres de amigos y otros73.
Sumando a la complejidad, el desarrollo adolescente ocurre de
forma simultánea e irregular en muchos frentes, lo que genera
Steinberg 1991a,b; Coleman y Hendry 1990; Collins 1990.
69 Greenspan 1997; Holden 1997; Bornstein 1995b; Smith et al. 1994.
70 Furstenberg et al. 1999; Frydenberg 1997; Coleman y Hendry 1990.
71 Furstenberg et al. 1999; Kipke 1999b; Beyth-Marom y Fischhoff 1997.
72Galambos y Ehrenberg 1997; Phinney y Kohatsu 1997; Shulman y Seiffge-
Krenke 1997; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994; Coleman y
Hendry 1990; Hauser y Bowlds 1990; Steinberg 1990; Winnicott 1965.
73 Carnegie Council 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994;
Zill y Nord 1994; Youniss y Smollar 1985.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
54
distintas demandas a los padres en distintos momentos.
Algunas veces, los adolescentes trabajan en la separación, otras
veces, en la reconexión; algunas veces se concentran en la
relación con los pares, otras veces, con los adultos; algunas
veces avanzan hacia la toma de perspectiva, otras veces
retroceden, a fin de lograr un mayor nivel de integración.
Para frustración de los padres, los adolescentes quieren estar
con ellos, excepto cuando no quieren; quieren su ayuda,
excepto cuando no la quieren; y se comportan de maneras más
maduras, excepto cuando no lo hacen. Porque requieren hacer
juicios de valor constantemente, los adolescentes necesitan un
ambiente que les brinde oportunidades para experimentar en
ciertos momentos, aunque no en otros; privacidad en algunos
temas, aunque no en otros; la influencia de los pares en
algunas áreas, pero no en otras; y negociar y tomar
decisiones sobre algunos temas, pero no sobre otros. Necesitan
que los padres estén presentes todo el tiempo, que tomen la
iniciativa emocional, ofreciendo la oportunidad para una mayor
cercanía, que los adolescentes en algunas oportunidades podrán
aceptar y en otras rechazar.
En general, las estrategias de apoyo para el desarrollo
saludable del adolescente requieren un continuo equilibrio
entre el retener y el dejar ir, ofreciendo flexibilidad pero
también manteniendo los límites, proveyendo protección y
alentando nuevos aprendizajes. (Ver capítulo sobre “Los cinco
conceptos básicos para ser padres de adolescentes”).
Las estrategias relacionadas con ser padres
generalmente funcionan mucho mejor juntas que
separadas.
La investigación ha demostrado que suele ser una combinación
de enfoques o estrategias— en particular, una combinación de
calidez y autoridad, de apoyo y desafío— la que se correlaciona
con menor riesgo y mayor éxito para los adolescentes74.
Un conjunto de investigaciones identifica y describe esta
combinación como un estilo paterno “de autoridad”,
combinando “comprensión” con “exigencia”, calidez con control.
Los estudios que utilizaron este marco han descubierto que el
estilo combinado se asocia con resultados que la mayor parte
de la sociedad norteamericana valora, tanto en adolescentes
como en niños más pequeños, y que incluyen la confianza
social, la aptitud social, el desarrollo moral, el auto control, la
flexibilidad, la auto confianza, la orientación laboral y el
optimismo. Este enfoque también se ha asociado a la
prevención de riesgos, incluyendo menores tasas de depresión,
ansiedad, actividad delictiva, y susceptibilidad a las presiones
74 Fletcher, Steinberg, y Sellers 1999; Holden 1997; U.S. Department of Health
and Human Services 1997; Carnegie Council 1995; Chao 1994; Larson y
Richards 1994; Noller 1994; Smith et al. 1994.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
55
negativas de los pares75. La aplicabilidad de este marco
particular a la educación de hijos adolescentes en ambientes de
alto riesgo o pobres, y a la crianza de niños de color, ha sido
cuestionada y actualmente está siendo examinada76.
Las estrategias varían según los padres y las
circunstancias, dependiendo de las características de los
padres, los adolescentes, la situación y el mundo que los
rodea.
Cada interacción padre-adolescente se lleva a cabo en un
contexto que afecta profundamente lo que los padres hacen y lo
que deberían hacer. La investigación y la teoría sobre ser
padres durante todo el crecimiento han identificado muchas
influencias en las decisiones y conductas de los padres, algunas
que producen continuidad y otras que producen variaciones en
la manera en que los padres responden a sus hijos a través del
tiempo y las circunstancias.
Una serie de influencias proviene de las propias características
de los padres. Cada padre, consciente o inconscientemente,
moldea sus estrategias para acomodar factores que a menudo
incluyen su salud física; por ejemplo, la presencia de
discapacidad o enfermedad crónica; la salud mental, como
puede ser la presencia de depresión; el género; el
temperamento, como la facilidad para manejar las transiciones
y las nuevas situaciones; el nivel de desarrollo, como la
capacidad de toma de perspectiva; las experiencias tempranas,
por ejemplo, historia de trauma o abuso; los conocimientos, por
ejemplo, la fluidez en la lengua inglesa y el entendimiento del
sistema de educación; las creencias y actitudes, como las
creencias religiosas y culturales en relación con los roles de los
padres y las madres, hijos e hijas, según su género; y las
habilidades, como pueden ser aquellas para la solución de
problemas y resolución de conflictos77.
Los propios adolescentes también influyen sobre las estrategias
de los padres. De hecho, las estrategias de los padres a
menudo evolucionan interactivamente, respondiendo a las
características y conductas de los niños y, a la vez,
modelándolas. Por ejemplo, los padres pueden responder de
distinta manera a un adolescente menor que a uno mayor, al
segundo hijo que al primero y a un adolescente más reprimido
75 Collins et al. 2000; Scales y Leffert 1999; Grotevant 1998; Holden 1997;
Mason, Cauce, y Gonzales 1997; Baumrind 1996; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-
Gunn 1995; Noller 1994; Smith et al. 1994; Steinberg y Darling 1994; Coleman
y Hendry 1990.
76 Collins et al. 2000; Brody y Flor 1998; Gorman 1998; Taylor, Seaton, y
Rodriguez 1998; Mason, Cauce, y Gonzales 1997; Taylor 1997; U.S.
Department of Health and Human Services 1997; Baumrind 1996; Chao 1994;
Steinberg y Darling 1994; Steinberg et al. 1991.
77 Collins et al. 2000; Holden y Miller 1999; Bornstein 1998; García Coll, Surrey,
y Weingarten 1998; Grotevant 1998; Holden 1997; Heath 1996a,b; Ryff y
Seltzer 1996; Luster y Okagaki 1993b; Small y Eastman 1991; Youniss y
Smollar 1985; Belsky, Robins, y Gamble 1984.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
56
que a uno más activo. Algunos padres sienten que su
temperamento concuerda mejor con el temperamento de
algunos adolescentes que con el de otros y con algunas fases
evolutivas que con otras. En esencia, algunas características
son tan importantes en los adolescentes como en los padres,
incluyendo la salud, las necesidades especiales, los talentos y
dones particulares, el temperamento, la edad, el nivel de
desarrollo, las experiencias tempranas y los conocimientos78.
La historia de la relación padre-adolescente también juega un
papel importante, no sólo por su calidad en el pasado, sino
también su extensión, continuidad y circunstancias especiales.
Las relaciones se ven influenciadas, por ejemplo, cuando los
padres son padres adoptivos, padrastros, parejas de los padres
biológicos, miembros de la familia extendida, padres que han
inmigrado a los Estados Unidos y padres cuya conexión física
y/o emocional con sus hijos ha sido interrumpida por prisión,
pérdida de la custodia, enfermedad, discapacidad, distancia
física u otras circunstancias79.
Alrededor de las influencias que generan los padres y los
adolescentes existe un grupo de factores en el entorno más
amplio, que incluyen (a) la relación de los padres con su
pareja, como por ejemplo, tensiones entre ellos; (b) factores
laborales, como por ejemplo, tensión relacionada con el trabajo
y flexibilidad para atender las necesidades del adolescente
durante las horas laborales; (c) sistemas sociales, por ejemplo,
la presencia de otros adultos que den apoyo; (d) recursos
familiares, como el nivel y persistencia de pobreza; (e)
características del vecindario, como el nivel de pobreza y
criminalidad; (f) características de la escuela, como prácticas
que estimulen o no la participación de los padres o igualdad de
oportunidades; (g) contexto cultural, por ejemplo, la actitud
social hacia los adolescentes y la descripción en los medios de
los adolescentes y sus padres, y, para los inmigrantes y
muchas otras familias, la discordancia entre los valores
familiares y aquellos de la sociedad en su mayoría; y (h)
recursos de la comunidad, como programas y servicios médicos,
educativos y sociales80. Tomados en conjunto, estos factores
dentro y alrededor de la interacción padre-hijo modelan la
78 Collins et al. 2000; Holden y Miller 1999; Bornstein 1998; Grotevant 1998;
Bogenschneider, Small, y Tsay 1997; Holden 1997; Heath 1996a,b;
Csikszentmihalyi et al. 1993; Luster y Okagaki 1993a; Small y Eastman 1991;
Belsky, Robins, y Gamble 1984.
79 Demo, Allen, y Fine 2000; McCubbin et al. 1999; Brodzinsky, Smith, y
Brodzinsky 1998; García Coll, Surrey, y Weingarten 1998; Grotevant 1998;
Steinberg 1994.
80 Collins et al. 2000; Csikszentmihalyi y Schneider 2000; Demo, Allen, y Fine
2000; Furstenberg et al. 1999; Holden y Miller 1999; Kipke 1999b; McAdoo
1999b; McCubbin et al. 1999; McLoyd 1998, 1997; Sameroff, Peck, y Eccles
1998; Crockett 1997; Holden 1997; Eccles y Harold 1996; Heath 1996a,b;
Garbarino 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Feldman y Rosenthal
1994; Smith et al. 1994; Small y Eastman 1991; Bronfenbrenner 1986; Belsky,
Robins, y Gamble 1984.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
57
respuesta y los patrones de respuesta de los padres a cualquier
hijo y en cualquier momento dado81.
Dados los cambios profundos y complejos que se dan en
la adolescencia, los padres a menudo necesitan nuevos
conocimientos y mayor capacidad para desempeñar su
rol.
Ser padre de adolescentes requiere información y capacidades
que los padres pueden no haber adquirido previamente. Las
áreas que pueden ser nuevas para los padres y para las que
pueden necesitar mayores conocimientos y habilidades más
fuertes incluyen las siguientes82:
• Qué esperar de los adolescentes, qué es normal y por
qué.
• Qué esperar de uno mismo, qué cosas cambian
típicamente en la edad mediana, qué eco tiene este
desarrollo en los cambios de los adolescentes y por qué.
• Qué no esperar: los signos de alarma de que los padres
y los adolescentes pueden estar teniendo dificultades y
que requieren asistencia especial.
• Cómo acceder a los recursos de la comunidad y cómo
evaluarlos.
• Cómo recibir ayuda para llenar las brechas de las
capacidades paternas.
• Cómo satisfacer de manera adecuada las propias
necesidades de amor y apoyo.
• Cómo adaptarse a la sexualidad emergente del
adolescente.
• Cómo aceptar los cambios fuertes, y a veces repentinos,
en el estado de ánimo del adolescente, el nivel de
conflicto, el distanciamiento, el deseo de privacidad y la
dependencia de los amigos.
• Cómo negociar los conflictos y las diferencias de opinión
de manera que satisfagan las necesidades de los padres
y los adolescentes.
• Cómo adaptar el estilo propio de escuchar y hablar para
dar cabida y facilitar la nueva manera de pensar del
adolescente, la búsqueda de identidad y la necesidad de
una resolución de problemas respetuosa.
• Cómo mantener una serie de actividades familiares,
rituales y tradiciones culturales de apoyo.
• Cómo disfrutar de algunas de las características únicas
de los adolescentes en general y de cada joven en
particular.
81 Collins et al. 2000; Holden y Miller 1999; Grotevant 1998; Holden 1997;
Belsky, Robins, y Gamble 1984.
82 Jarrett 1999; Myers-Walls 1999; Frydenberg 1997; Phinney y Kohatsu 1997;
Baumrind 1996; Heath 1996a,b; Carnegie Council 1995; Strasburger 1995;
Kegan 1994; Noller 1994; Smith et al. 1994; Steinberg 1990.
Las relaciones se
ven influenciadas,
por ejemplo, cuando
los padres son
padres adoptivos,
padrastros, parejas
de los padres
biológicos,
miembros de la
familia extendida y
padres que han
emigrado a los
Estados Unidos.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
58
• Cómo diseñar un ambiente hogareño que reciba bien a
los adolescentes de la familia y, donde sea apropiado, a
sus actividades, intereses y pares.
• Cómo planear consciente y activamente un ambiente
familiar que ofrezca para el crecimiento y desarrollo del
adolescente un nivel saludable de desafío, expectativas,
estimulación y riesgo, que no sea ni demasiado alto ni
demasiado bajo.
• Cómo darle a los adolescentes roles en la familia y la
comunidad que sean genuinamente útiles e importantes
para el bienestar de la familia.
• Cómo distinguir entre las áreas de la conducta
adolescente, aquellas en las que sigue siendo importante
el estar involucrado directamente, aquellas en donde es
suficiente un control indirecto y aquellas donde no hay
que involucrarse.
• Cómo identificar, expresar y explorar con los
adolescentes los valores paternos en relación con temas
como la sexualidad, la religión, la moral, la
responsabilidad, los roles de género, la diversidad y las
conductas de riesgo.
• Cómo monitorear las conductas, incluso mediante el
trabajo conjunto con otros adultos.
• Cómo y cuándo interactuar con los docentes y el
personal de la escuela media y secundaria, así como con
otros adultos en la vida del adolescente, tanto para
reunir información como para abogar a favor de los
adolescentes.
• Cómo ofrecer información y guía a los adolescentes de
manera efectiva.
Aún cuando los adolescentes ya tienen problemas, por lo
general no es demasiado tarde para que los padres
intervengan.
Sin duda, las experiencias emocionales tempranas, incluyendo
los consejos y la conexión con los padres, son influencias
importantes para un desarrollo saludable, y la existencia previa
de una fuerte relación padre-hijo, capacidad de los padres y
rituales y actividades familiares son una ayuda significativa para
la adolescencia83. Sin embargo, es falsa la impresión que
algunas veces transmiten los medios en cuanto a que el daño
provocado a edades tempranas no puede ser reparado. Una
proporción considerable de adolescentes tiene la posibilidad de
recuperarse de las adversidades que enfrentaron en etapas
tempranas, y mucho de los que se encuentran “en riesgo”
pueden recurrir a los nuevos recursos que se van haciendo
disponibles y aprovecharlos, aún cuando ya sean adultos84.
83 Shure 2000; Garbarino 1999; Greenspan 1999, 1997.
84 Hauser 1999; Noam 1999; Kagan 1998; Haggerty et al. 1996; Werner 1990.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
59
Si bien algunas de las circunstancias que afectan la capacidad
de recuperación de los jóvenes no están al alcance de los
padres, muchas sí lo están. De hecho, el rol de los padres
puede ser crucial para reducir la pobreza y el racismo, y las
intervenciones que fortalecen las relaciones familiares y las
habilidades de los padres se encuentran dentro de las
estrategias más efectivas para solucionar los problemas de los
adolescentes, como por ejemplo, la delincuencia y el abuso de
sustancias85.
Los padres no pueden hacerlo solos.
Ofreciendo un ambiente educativo, protector, estimulante y de
apoyo, los padres contribuyen significativamente al desarrollo
saludable de los adolescentes. También es importante el rol de
los propios adolescentes. Gran parte, sin embargo, debe venir
del resto de la sociedad. Los adolescentes no sólo necesitan un
ambiente en el hogar que sea seguro y que los apoye, sino
también escuelas y vecindarios que sean seguros y que los
apoyen. Necesitan no sólo el aliento y guía de los padres, sino
también que a otros adultos les importen, incluyendo a la
familia extendida, redes de parientes, maestros, empleadores,
líderes religiosos, mentores, entrenadores y otros. Necesitan
cuidado físico, cuidado médico, oportunidades educativas,
oportunidades laborales y redes sociales. Necesitan que todos
estos factores, funcionando en forma conjunta, los provean del
contexto para un crecimiento saludable86.
Por la misma razón, los padres necesitan que el entorno de
apoyo sea efectivo para llevar a cabo sus tareas. Ellos también
necesitan de cuidados médicos, comida y techo adecuado, y
verse libres de los efectos dañinos de la pobreza y el racismo.
Necesitan, igualmente, oportunidades educativas y laborales,
ambientes seguros, redes sociales y recursos comunitarios87.
Necesitan prácticas escolares que estimulen la participación de
los padres88. Necesitan un trabajo que no sólo les brinde
sustento económico y satisfacción laboral, sino también la
flexibilidad para poder cumplir con las necesidades del
adolescente89. Necesitan adultos que puedan unirse a ellos para
formar sistemas de apoyo para sus adolescentes90. En resumen,
necesitan comunidades en donde la familia, los adolescentes,
85 Dishion, McCord, y Poulin 1999; Jarrett 1999, 1997; Kumpfer 1999; Taylor y
Biglan 1998; Youniss y Yates 1997; Carnegie Council 1995; McLoyd 1990.
86 Forum on Adolescence 2000; Furstenberg et al. 1999; Kipke 1999a; McAdoo
1999b; Scales y Leffert 1999; Laub y Lauritsen 1998; Sameroff, Peck, y Eccles
1998; Carnegie Council 1995; Garbarino 1995; McAdoo 1995; Taylor y Roberts
1995; Harrison et al. 1990.
87 Furstenberg et al. 1999; Galinsky 1999; Kipke 1999a; Scales y Leffert 1999;
Hewlett y West 1998; McLoyd 1998, 1997; Bogenschneider, Small, y Tsay
1997; Holden 1997; Eccles y Harold 1996; Carnegie Council 1995; Gottfried,
Gottfried, y Bathurst 1995; Smith et al. 1994; Steinberg 1994.
88 Eccles y Harold 1996.
89 Galinsky 1999; Hewlett y West 1998. • [90] Youth Development 2000;
Furstenberg et al. 1999; Scales y Leffert 1999.
90 Youth Development 2000; Furstenberg et al. 1999; Scales y Leffert 1999.
SER PADRES DE ADOLESCENTES PRINCIPIOS Y CONTEXTO
60
las escuelas, los voluntarios, los empleadores, los medios de
comunicación, los profesionales y los planificadores de políticas
trabajen juntos a favor de un desarrollo adolescente positivo.
Considerados en su totalidad, los principios antes detallados
capturan el contexto en el que los padres desempeñan su papel
en la educación de los adolescentes. Como dimensiones
horizontales que atraviesan dimensiones verticales, estos
principios atraviesan los cinco conceptos básicos para ser
padres de adolescentes, que serán presentados en el siguiente
capítulo.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
61
Cinco conceptos básicos
para ser padres de
adolescentes
¿Qué nos dice la investigación
sobre los componentes básicos del
papel de los padres en la
adolescencia? El Proyecto Harvard
describió cinco categorías de
maneras en que los padres
contribuyen a un desarrollo
adolescente saludable.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
62
Cinco conceptos
básicos para ser
padres de
adolescentes
En un sentido amplio, los
cinco componentes del rol
de los padres que
emergen de la
investigación pueden ser
organizados de la
siguiente manera: (1) ofrecer a los adolescentes amor y
conexión; (2) controlar la conducta y el bienestar del
adolescente; (3) aconsejar, incluyendo negociación y fijación
de límites; (4) ofrecer información y consulta para entender,
interpretar y transitar por el mundo, a través de un proceso de
ejemplo y diálogo continuo; y (5) proveer y abogar por
recursos, incluyendo otros adultos a quienes les importe. El
Proyecto abrevió estas categorías bajo los cinco
encabezamientos que siguen: (1) amar y conectarse; (2)
controlar y observar; (3) guiar y poner límites; (4) dar ejemplo
y consultar, y (5) proveer y abogar, los cinco conceptos básicos
para ser padres de adolescentes.
Las cinco categorías aglutinan temas relacionados con la
provisión de amor, seguridad, orientación y recursos
ambientales. Se alejan de aquellos temas centrados
principalmente en el entorno familiar, aproximándose a aquellos
que buscan influir sobre el apoyo externo que reciben las
familias, reflejando la inmersión de los adolescentes en un
mundo cada vez más grande. Reconocen las habilidades y roles
únicos que entran en juego cuando los padres mantienen
ciertos aspectos de la relación antigua y dejan de lado otros,
aceptando y fortaleciendo a sus hijos adolescentes a través de
tareas antiguas y nuevas. Con estas tareas se continúan las
funciones paternas iniciadas durante la niñez, aunque
incorporando cambios cruciales en el énfasis y las estrategias
para acomodar la impactante transición de la niñez a la adultez.
Unos breves comentarios sobre la lista. Si bien se
alcanzaron independientemente, las conclusiones del Proyecto
sobre las cinco áreas claves de la influencia de los padres son
llamativamente similares a los hallazgos de otras iniciativas,
con distintas edades de los hijos y con distintos abordajes
disciplinarios. Hay una superposición significativa, por ejemplo,
entre estas categorías y aquellas desarrolladas a partir del
análisis de la investigación en cuanto al rol de la familia en la
adolescencia1, el rol de los padres en edades más tempranas2,
1 Carnegie Council 1995.
2 Greenspan 1997; Bornstein 1995b.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
63
el rol de los padres en la adolescencia3, el rol de los padres
durante toda la educación4 y el rol de los adultos más
generalmente en la adolescencia5.
Al mismo tiempo, sin embargo, estas cinco categorías se
caracterizan por enfatizar las necesidades que son
particularmente importantes en la adolescencia, comparándolas
con las de la primera infancia, y los roles de los padres que son
especialmente influyentes, comparándolos con los de otros
adultos y recursos en la vida de los adolescentes. Por ejemplo,
el Proyecto ha subrayado los tipos de funciones paternas de
transición, como pueden ser monitorizar y aconsejar, que
trasladan la relación padre-hijo desde el tipo de orientación
paterna, que es más característica durante la infancia, hasta a
aquella que es más común durante la vida adulta.
De manera similar, el Proyecto ha resaltado la abogacía como
un área distinta, dada la creciente necesidad que tienen los
padres de buscar recursos fuera del hogar en los años de la
adolescencia, para suplementar y reforzar lo que ellos pueden
aportar en áreas como la educación, el empleo, el desarrollo
profesional, las actividades extra escolares y el apoyo
comunitario6. Además, aunque ofrecer un ambiente seguro a
veces está veces incluido dentro de otra categoría en otros
análisis7, este Proyecto eligió recalcar el tema del abuso en una
nota separada, dado que la prevalencia del abuso en la
adolescencia, así como sus consecuencias, suele subestimarse.
(Ver la sección siguiente, “Primero, no hacer daño”).
A continuación, se presentan los cinco conceptos básicos:
1. Amor y conexión
Los adolescentes necesitan que sus padres desarrollen y
mantengan una relación con ellos que les ofrezca apoyo y
aceptación, mientras acomodan y afirman su creciente
madurez.
Si bien existe debate entre los investigadores sobre la
importancia relativa de los padres, los pares y otros adultos en
la vida de los adolescentes, hay amplio acuerdo acerca de que
la relación con los padres sigue siendo importante para un
desarrollo adolescente saludable. Los estudios observan que las
relaciones sustentadoras tanto con la madre como con el padre
están vinculadas, por ejemplo, a menor riesgo de abuso de
sustancias, depresión, influencia negativa de los pares y
delincuencia, así como a niveles más altos de auto confianza, de
valorización de la propia imagen, de formación de identidad, de
3 Small y Eastman 1991.
4 Holden 1997; Alvy 1994; Smith et al. 1994.
5 Scales y Leffert 1999.
6 Ver también Small y Eastman 1991.
7 Bornstein 1995b; Smith et al. 1994.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
64
desempeño escolar y de éxito en futuras relaciones8. Una base
de educación, que ha sido descrita y estudiada de diversas
maneras como aceptación, calidez, afecto, estimulación,
conexión y apoyo, también fortalece indirectamente la habilidad
de los padres para llevar a cabo otros componentes de su rol,
como por ejemplo, fijar límites y aconsejar, a la vez que ayuda
a los adolescentes a manejar las tensiones de sus nuevos
roles9.
Cuando se pregunta a los adolescentes en encuestas y otros
estudios, ellos mismos afirman que continúan dependiendo de
la atención y apoyo de su madre y de su padre por igual10. No
existe duda de que los adolescentes también quieren una mayor
independencia y participación en la toma de decisiones sobre su
propia vida y sobre asuntos familiares, pero no buscan
desconexión, sino un nuevo tipo de conexión, que les permita
una mayor madurez y manejo en los roles adultos11.
El cambio—y el desafío— para muchos padres radica en que
esta conexión y apoyo deben llevarse a cabo en el contexto del
creciente esfuerzo del adolescente para establecer sus propios
valores, ideas e identidad, lo que se manifiesta en conductas
tales como mayor crítica, distanciamiento emocional, abandono
de las actividades familiares, intensificación de las relaciones
con los pares y compartir de forma más selectiva la información
personal12. Si bien existen diferencias culturales y académicas
acerca del énfasis relativo en la separación y la conexión, el
tema en común es la necesidad de un poco de ambos, y de que
la separación ocurra en el contexto de una relación paterna de
apoyo13. Como se indica en el capítulo “Principios y contexto”,
debe existir un equilibrio entre la proximidad y el espacio para
8 Collins et al. 2000; Reiss 2000; Garbarino 1999; Gobeli 1999; Gray y
Steinberg 1999b; Kipke 1999a; Scales y Leffert 1999; Resnick et al. 1997;
Carnegie Council 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Kegan 1994;
Noller 1994; Smith et al. 1994; Hauser 1991; Coleman y Hendry 1990; Collins
1990; Hauser y Bowlds 1990; Steinberg 1990; Jessor y Jessor 1977.
9 Garbarino 1999; Gray y Steinberg 1999b; Smith 1999; U.S. Department of
Health and Human Services 1997; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995;
Kegan 1994; Larson y Richards 1994; Noller 1994; Smith et al. 1994; Coleman
y Hendry 1990; Steinberg 1990; Youniss y Smollar 1985; Maccoby y Martin
1983.
10 Bostrom 2000b; Galinsky 1999; Garbarino 1999; Osherson 1999; U.S.
Department of Health and Human Services 1997; Steinberg 1996; Holmbeck,
Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Families and Work Institute 1993; Takanishi
1993;
National Commission 1991; Pogrebin 1983.
11 Gray y Steinberg 1999b; Shulman y Seiffge-Krenke 1997; Holmbeck 1996;
Silverberg y Gondoli 1996; Hauser 1991.
12 Arnett 1999; Grotevant 1998; Shulman y Seiffge-Krenke 1997; Holmbeck,
Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Kegan 1994; Noller 1994; Coleman y Hendry
1990; Collins 1990.
13 Steinberg 2000; Arnett 1999; Gorman 1998; Grotevant 1998; Weingarten
1998; Shulman y Seiffge-Krenke 1997; Larson et al. 1996; Silverberg y Gondoli
1996; García Coll, Meyer, y Brillon 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn
1995; Collins 1992, 1990; Youniss, DeSantis, y Henderson 1992; Hauser 1991;
Montemayor y Flannery 1991; Coleman y Hendry 1990; Youniss y Smollar
1985; Montemayor 1983.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
65
la individualidad; entre la conexión y la privacidad; entre el
apoyo y el reconocimiento de distintas opiniones; entre el
tiempo con la familia y el tiempo con los pares; entre la
educación y la adaptación de cuerpos y mentes que maduran.
Mas aún, este delicado equilibrio debe negociarse con los
adolescentes, que son por lo general más malhumorados,
intensos, críticos y más propensos a discutir que los niños más
pequeños, como se mencionó en el capítulo “Principios y
contexto”14. Para hacerlo, a menudo se requiere que los padres
fortalezcan habilidades tales como manejar el enojo y la crítica,
negociar, resolver problemas, escuchar, solucionar conflictos,
adaptarse a cambios y delegar responsabilidades15. La
investigación identifica un desafío especial para los padres y los
adolescentes, que surge del desarrollo de las características y
conductas sexuales de los adolescentes16. Todos estos temas
pueden requerir cambios en los modos en que los padres
demuestran amor y conexión, adaptando sus patrones para dar
afecto físico y emocional de modo tal que encajen con las
necesidades, sensibilidad, intereses y actividades cambiantes de
los adolescentes.
Contrario a las expectativas de muchos padres, ofrecer
oportunidades para mayor debate y conflicto no suele poner en
peligro el apego. La clave es aprender a intercambiar ideas
respetando y sin juzgar. Al permitir que el adolescente exprese
su punto de vista, en un contexto de continua comunicación y
conexión, los padres están contribuyendo al desarrollo de un
sentido de identidad e individualidad en el adolescente, a la vez
que fortalecen la relación al informarse más sobre los
pensamientos y sentimientos del adolescente y crean un
espacio para un vínculo saludable de adulto a adulto17. Niveles
moderados de conflicto, tal como fue indicado en el capítulo
previo, también brindan al adolescente una oportunidad para
aprender a resolver conflictos y negociar capacidades, así como
para entender las complejidades de la relación de adulto a
adulto18.
Entonces, ¿qué pasa con “el amor y la educación” a medida que
el niño se transforma en adolescente? Incluye conductas que
comunican respeto, interés, calidez y afecto, de manera tal que
el adolescente se sienta aceptado y aprobado como persona, a
la vez que se le permite una mayor privacidad, autonomía y
14 Arnett 1999; Shulman y Seiffge-Krenke 1997; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-
Gunn 1995; Noller 1994; Coleman y Hendry 1990.
15 Grotevant 1998; Baumrind 1996; Noller 1994; Collins 1990; Steinberg 1990.
16 Gray y Steinberg 1999a; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Steinberg
1994; Collins 1990; Galinsky 1987.
17 Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994; Surrey 1991; Collins
1990.
18 Steinberg 2000; Arnett 1999; Benson, Galbraith, y Espeland 1998; Shulman
y Seiffge-Krenke 1997; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994;
Hauser y Bowlds 1990; Winnicott 1965.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
66
diferencia de opinión. Esto significa continuar trabajando y
jugando juntos.
Las estrategias varían según las culturas y las filosofías, pero
las siguientes aparecen frecuentemente en diferentes reseñas
de investigaciones y prácticas19.
En lo que se refiere a las estrategias para los padres, la
investigación no sugiere de ninguna manera que “lo que
es bueno para uno es bueno para todos” sino, más bien,
que estas ideas ofrecen puntos de partida y guías generales de
donde seleccionar y adaptar, tomando en cuenta los valores, las
necesidades especiales, los riesgos del medio, las tradiciones
étnicas, los estilos individuales y muchos otros factores.
19 Stepp 2000; Eberly y Montemayor 1999; Gobeli 1999; Benson, Galbraith, y
Espeland 1998; Diamond y Hopson 1998; Shulman y Seiffge-Krenke 1997;
Steinberg y Levine 1997; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Larson y
Richards 1994; Smith et al. 1994; Hauser 1991; Collins 1990.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
67
1. Amor y conexión
Estrategias para padres
No dejar pasar el
momento
En que sienta y pueda expresar afecto genuino,
respeto y apreciación por su hijo/a adolescente.
Reconocer los
buenos momentos
que la personalidad y el crecimiento de su hijo/a
adolescente hacen posibles.
Esperar mayores
críticas
y debate, y fortalecer las habilidades para discutir
ideas y desacuerdos, de manera tal de respetar las
propias opiniones y las de su adolescente
Pasar tiempo
escuchando
los pensamientos y sentimientos de su hijo/a
adolescente en relación a sus temores,
preocupaciones, intereses, ideas, perspectivas,
actividades, trabajos, tarea escolar y relaciones.
Tratar a cada
hijo/a adolescente
como un individuo
único
distinto de sus hermanos, de los estereotipos, de su
pasado o del propio pasado de los padres.
Apreciar y
reconocer
las nuevas áreas de interés, las habilidades, las
fortalezas, y logros de cada adolescente, así como los
aspectos positivos de la adolescencia en general, tales
como la pasión, la vitalidad, el humor, y la
profundización del pensamiento intelectual.
Adjudicar roles
significativos
a su adolescente dentro de la familia, que sean
realmente útiles e importantes para el bienestar de
todos.
Pasar tiempo
juntos
individualmente y como familia, continuando algunas
rutinas familiares, pero también aprovechando la
forma en que nuevas actividades, tal como el
voluntariado en la comunidad, pueden ofrecer nuevas
formas de conexión.
Mensaje clave para los padres:
Gran parte del mundo de los adolescentes cambia a diario; no
deje que su amor por ellos lo haga.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
68
2. Monitorizar y observar
Los adolescentes necesitan que los padres conozcan—y
hagan saber a sus hijos que conocen—sus actividades,
incluyendo el desempeño escolar, las experiencias
laborales, las actividades extra escolares, las relaciones
con los pares, las relaciones con los adultos y la
recreación, a través de un proceso que de manera
creciente involucra una menor supervisión directa y una
mayor comunicación, observación y trabajo en conjunto
con otros adultos.
El acto, aparentemente simple, de controlar las actividades del
adolescente —haciendo que el adolescente informe de su
paradero y sabiendo dónde esta—fue vinculado por varios
estudios con un menor riesgo de uso de drogas y alcohol,
actividad sexual temprana, embarazo, depresión, problemas
escolares, victimización, delincuencia e influencias negativas de
los pares20. El control también parece comunicar que a los
padres les importa y están escuchando, influye sobre la elección
de los pares, ayuda a los adolescentes a desarrollar
competencia social y estimula la participación e interés de otros
adultos, como por ejemplo, maestros y entrenadores21.
Uno de los nuevos desafíos para los padres de adolescentes es
que la mayor parte del monitoreo debe realizarse
indirectamente, mediante la observación de cambios en la
conducta del adolescente, escuchando las revelaciones del
adolescente y mediante la verificación con otros adultos. De
nuevo, un tema central es el equilibrio entre la necesidad de
supervisión y la de privacidad. Más aún, a medida que el
adolescente ingresa en un mundo indefinidamente amplio de
educación, trabajo, actividades, recreación y amistades, hay
mucho más que vigilar que en años anteriores. Los padres
también necesitan trabajar en pos de un aumento gradual de
autonomía y confidencialidad del adolescente, dentro de
instituciones sociales, incluyendo el cuidado de la salud, y los
sistemas educativos y legales.
Se ha prestado particular atención al monitoreo en ciertas
áreas:
• Progreso escolar y ambiente. La participación de los
padres en las actividades escolares tiende a descender
marcadamente durante la adolescencia, pero su impacto
20 Garbarino 1999; Miller 1998; U.S. Department of Health and Human Services
1997; Chamberlain y Patterson 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995;
Small y Eastman 1991; Steinberg 1991b; Patterson y Forgatch 1987.
21 Garbarino 1999; Gray y Steinberg 1999b; Jarrett 1999, 1997; Brody y Flor
1998; Elliott, Hamburg, y Williams 1998; Miller 1998; Holden 1997; U.S.
Department of Health and Human Services 1997; Chamberlain y Patterson
1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Zill y Nord 1994.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
69
no lo hace22. La supervisión de las notas está asociada
con mejores notas, el control de la conducta en la
escuela está asociado con menores problemas de
conducta en la escuela y la participación de los padres
en la vida escolar está asociada tanto con mejores notas
como con menos problemas23. La participación escolar
puede llevarse a cabo en múltiples niveles, por ejemplo,
revisando las comunicaciones de la escuela, asistiendo a
las conferencias de padres y maestros, cumpliendo
funciones escolares y participando en la administración
de la escuela24.
• Salud mental y física. Si bien la mayoría de los
adolescentes navegan la vertiente emocional y física de
la adolescencia sin serias dificultades, también se
encuentran en riesgo de diversas maneras, a medida
que sus tasas de suicidio, enfermedad mental y otros
problemas crecen hasta llegar a estar tan altas como
aquellas de los adultos. Una fuente especial de
problemas para los adolescentes se centra en la
adaptación a la maduración sexual, el manejo de los
sentimientos sexuales y la lucha por encontrar una
identidad sexual. Los temas que pueden surgir incluyen
vergüenza o auto aversión en relación al inicio temprano
de la pubertad, especialmente en las mujeres; inicio
tardío de la pubertad, especialmente en los varones;
homosexualidad; y éxitos y fracasos en las relaciones
románticas25. Entre un diez y un veinte por ciento de los
adolescentes desarrolla un trastorno emocional severo,
como por ejemplo, depresión o trastorno de la conducta
alimentaria. Las tasas de depresión se cuadriplican26; y
la depresión es, a su vez, uno de los predictores de
suicidio que se ha incrementado mucho más
rápidamente en los adolescentes que en la población
general27. Sin embargo, si los padres responden a los
signos de depresión y buscan ayuda, el tratamiento
puede reducir los síntomas depresivos y aumentar la
capacidad del adolescente de manejarlos
exitosamente28.
22 Eccles y Harold 1996; Zill y Nord 1994.
23 Gray y Steinberg 1999b; Brody y Flor 1998; Dryfoos 1998; Holden 1997;
Eccles y Harold 1996; Carnegie Council 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-
Gunn 1995; Zill y Nord 1994; Entwisle 1990.
24 Eccles y Harold 1996.
25 Diamond, Savin-Williams, y Dube 1999; Larson, Clore, y Wood 1999; Tolman
1999; Maccoby 1998; Achterberg y Shannon 1993; Rickel y Hendren 1993;
Savin-Williams y Rodriguez 1993.
26 Garbarino 1999; U.S. Department of Health and Human Services 1998;
Compas y Hammen 1996; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995.
27 Poussaint y Alexander 2000; Jamison 1999; Grotevant 1998; U.S.
Department of Health y Human services 1997.
28 Peterson et al. 1997; Compas y Hammen 1996.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
70
• Paradero después de la escuela, amistades y
actividades con pares. Se ha estimado que hasta un
cuarenta por ciento del tiempo de los adolescentes
jóvenes transcurre en actividades sin estructura ni
supervisión29, y hasta tres cuartos de los adolescentes
no realizan actividades extra escolares organizadas30. En
contraste con los niños y los adultos, las causas más
comunes de mortalidad en los adolescentes surgen de
los peligros del entorno, incluyendo los accidentes
automovilísticos y los homicidios31. Conocer el paradero
y la conducta de los adolescentes cuando no están en la
escuela se asocia con menores tasas de consumo de
drogas y alcohol, embarazos y delincuencia, y también
reduce la susceptibilidad a las presiones negativas de los
pares32. Llegar a conocer a los amigos del adolescente es
parte importante de la estrategia, así como monitorizar
el empleo del adolescente. El trabajo de tiempo parcial
para los jóvenes que aún están en la escuela puede
tener efectos negativos si involucra muchas horas o altos
niveles de ingresos; pero también puede tener efectos
altamente positivos al darle al joven un rol importante o
esencial en la familia y al construir habilidades para el
trabajo y la vida33. Aproximadamente cuatro de cada
cinco jóvenes tienen un empleo en algún momento
durante la escuela secundaria, y la mitad de los
adolescentes mayores tiene un empleo en cualquier
momento dado34.
• Los medios y otras diversiones. Prácticamente todos
los adolescentes están inmersos en actividades
relacionadas con los medios— televisión, vídeos, juegos
de vídeo, películas, radio, CDs y casetes, Internet, libros,
revistas, periódicos—en un promedio de casi siete horas
por día35. El uso de los medios consume más tiempo que
la escuela; la mayor parte de este uso se realiza fuera
de la vista de los padres36. La mayoría de los
adolescentes tiene un equipo de música en su habitación
y más de la mitad tiene un televisor, y los porcentajes
son mayores entre aquellos de menor nivel económico37.
29 Kipke 1999a; Carnegie Council 1995.
30 Duffett, Johnson, y Farkas 1999.
31 Kipke 1999a.
32 Gray y Steinberg 1999b; Carnegie Council 1995; Chamberlain y Patterson
1995; Miller 1998; U.S. Department of Health and Human Services 1997;
Holmbeck,
Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Steinberg 1991b.
33 Council of Economic Advisors 2000; Csikszentmihalyi y Schneider 2000;
Families and Work Institute 2000; Hamilton 1999b; Newman 1999; Youniss y
Yates 1997; Graber, Brooks-Gunn, y Petersen 1996; Nightingale y Wolverton
1993.
34 Council of Economic Advisors 2000; Families and Work Institute 2000.
35 Children’s Defense Fund 2000; Roberts 2000; Roberts et al. 1999.
36 Roberts 2000; Gentile y Walsh 1999; Roberts et al. 1999.
37 Roberts 2000; Gentile y Walsh 1999; Roberts et al. 1999.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
71
Aunque existe polémica sobre qué efectos tienen los medios
sobre los adolescentes, de la investigación surge la
preocupación de que ciertos medios pueden influir en la actitud
y conducta de los adolescentes susceptibles. Por ende, tiende a
existir consenso en cuanto a que es apropiado que los padres
observen y discutan la cantidad y el contenido del uso de los
medios electrónicos por parte de los adolescentes, e incluso lo
planifiquen y limiten38. Un área de particular atención es el
impacto de los mensajes sobre el atractivo que pueden tener el
suicidio, la violencia, el uso de drogas y alcohol, la conducta
sexual temprana, los roles estereotipados de género y raza, los
modelos de cuerpo no saludables, los hábitos de compra y la
cultura consumista. Otra es el impacto que tiene ver mucha
televisión en la atención y en la capacidad para pensar, la
obesidad, la conducta violenta, el desempeño escolar, el
entendimiento de las diferencias entre el mundo real y el del
entretenimiento, los hábitos de compra y el desplazamiento de
otras actividades39.
Las sugerencias de los investigadores, y otros especialistas en
estos temas, para los padres, incluyen: (a) escuchar,
interesarse y enterarse de las elecciones del adolescente en
relación con la música, los entretenimientos y otros medios; (b)
discutir con los adolescentes los mensajes que trasmiten los
medios de información y entretenimiento, alentando el
pensamiento crítico y las capacidades de entendimiento de los
medios; (c) establecer políticas familiares sobre el uso de los
medios de comunicación; (d) mantener las computadoras y los
televisores en lugares centrales en vez de en espacios privados;
y (e) movilizar la educación formal en los medios y promoverla
a través de las escuelas u organizaciones externas40.
Una vez dicho esto, con respecto al control de la conducta y
bienestar adolescente, surgen de la investigación las siguientes
estrategias:
38 Brown y Cantor 2000; Children’s Defense Fund 2000; Roberts 2000.
39 Brown y Cantor 2000; Cantor 2000; Christenson, Henriksen, y Roberts 2000;
Garbarino 1999; Kunkel, Rollin, y Biely 1999; Roberts, Henriksen, y Christenson 1999;
Singer et al. 1999; Heintz-Knowles 1998; Damon 1997; Carnegie Council 1995;
Strasburger 1995; Roberts 1993.
40 Children’s Defense Fund 2000; Gentile y Walsh 1999; Christenson y Roberts 1998;
Damon 1997; Roberts 1993.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
72
2. Monitorizar y observar
Estrategias para padres
Saber dónde
está su hijo/a
y conocer sus actividades, directa o indirectamente,
escuchando, observando y trabajando en conjunto con otros
que tengan contacto con su adolescente.
Mantener
contacto con
otros adultos
que puedan y quieran mostrarle tendencias positivas o
negativas de las conductas de su hijo/a adolescente; por
ejemplo, vecinos, familiares, líderes comunitarios y religiosos,
dueños de tiendas, maestros y otros padres.
Participar en
eventos
escolares
tales como charlas entre padres y maestros, reuniones de
información general en la escuela, y reuniones de
planeamiento para satisfacer las necesidades especiales.
Mantenerse
informado sobre
los progresos de
su hijo/a
adolescente
en la escuela y en el trabajo, así como sobre el grado y la
naturaleza de sus actividades extraescolares; conocer a sus
amigos y conocidos.
Estar atento y
reconocer
señales de
alarma
En cuanto a la alteración de la salud mental o física, así como
de signos de abuso o negligencia, incluyendo falta de
motivación, pérdida de peso, problemas para dormir o comer,
disminución del rendimiento escolar y/o absentismo escolar,
uso de drogas, separación de sus amigos y abandono de
actividades, promiscuidad, abandono del hogar, heridas sin
explicación, conflictos serios y persistentes del adolescente
con sus padres o altos niveles de ansiedad o culpa.
Pedir consejo si
existe
preocupación
por estos signos de alarma o cualquier otro aspecto de la
salud o comportamiento de sus hijos; consultar con maestros,
asesores, líderes religiosos, médicos, consultores de padres,
personas mayores de la familia o la tribu y otros.
Vigilar las
experiencias de
su hijo/a
adolescente
en ámbitos y con relaciones dentro y fuera del hogar que
contengan un potencial abuso físico, sexual y emocional,
incluyendo relaciones que involucren figuras paternas,
hermanos, familia extendida (familiares que viven bajo otro
techo), cuidadores, pares, compañeros, empleadores,
maestros y asesores y líderes de actividades.
Evaluar el grado
de desafío
de las actividades propuestas para los adolescentes, tales
como eventos sociales, exposición a los medios y empleos,
equilibrando estos desafíos con las habilidades que tenga su
hijo/a adolescente para manejarlos.
Mensaje clave para los padres:
Vigile la actividad de sus hijos/as; usted todavía puede, y
sigue teniendo influencia sobre ellos
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
73
3. Guiar y limitar
Los adolescentes necesitan que sus padres sostengan
una serie de límites claros pero flexibles, manteniendo
las reglas y los valores familiares importantes, pero a la
vez estimulando una creciente capacidad y madurez.
La fijación de límites sigue siendo una dimensión esencial en la
educación de los adolescentes y se correlaciona positivamente
con el desempeño escolar, la capacidad social y la prevención
de problemas de conducta41.
Cuando se les pregunta sobre el tema en estudios de
investigación, los adolescentes reconocen que siguen esperando
que los padres asuman un rol de supervisión, como prueba
tanto de su afecto como de su autoridad. De hecho, ellos creen
que los padres tienen la autoridad para fijar reglas morales y
sociales, controlar su conducta y tener expectativas en relación
con la escuela, las tareas dentro del hogar y otras áreas de
desempeño, si bien están en desacuerdo con los padres sobre
los límites de esa autoridad42.
Al mismo tiempo, los padres deben preocuparse por fijar límites
sin dejar de reconocer y alentar el derecho de sus hijos de
tomar sus propias decisiones y resolver sus problemas. En
relación a este equilibrio, hay dos principios que influyen sobre
la efectividad de la fijación de límites, según lo demuestra la
asociación con resultados positivos, incluyendo el desempeño
escolar, la responsabilidad social, el desarrollo moral, el control
de los impulsos, la auto confianza, y la elección saludable de los
pares, así como una reducción en las consecuencias negativas,
que incluyen la depresión y la conducta delictiva. Estos
principios son:
• Combinar reglas y expectativas con respeto y
capacidad de respuesta. “El amor y los límites” deben
ir juntos; ninguno de los dos es efectivo sin el otro. Los
límites deben permitir al adolescente desarrollar y
mantener sus propias opiniones y creencias y sentir que
sus padres escuchan y responden a estos conceptos
cuando establecen reglas. El razonamiento detrás de las
reglas debe ser explicado. También se debe poner
énfasis en que se fijan límites para proteger y guiar, no
como castigo o imposición de poder43.
41 Brody y Flor 1998; Holden 1997; U.S. Department of Health and Human
Services 1997; Baumrind 1996; Carnegie Council 1995; Chamberlain y
Patterson 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994; Smith et
al. 1994; Steinberg y Darling 1994; Coleman y Hendry 1990.
42 Gray y Steinberg 1999b; Smetana 1994; Smetana y Asquith 1994; Coleman
y Hendry 1990; Youniss y Smollar 1985.
43 Fletcher, Steinberg, y Sellers 1999; Brody y Flor 1998; Holden 1997; U.S.
Department of Health and Human Services 1997; Baumrind 1996; Holmbeck,
Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994; Smith et al. 1994; Coleman y
Hendry 1990.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
74
• Combinar firmeza con flexibilidad. Si bien algunas
reglas deben ser firmes, para resguardar la seguridad
del adolescente y su familia, otras deben ser flexibles,
para permitir que el adolescente adquiera mayor aptitud,
responsabilidad y capacidad para tomar decisiones. Los
adolescentes necesitan la experiencia de negociar reglas
y resolver conflictos con los padres, de maneras que
sean respetuosas tanto para unos como para otros. El
énfasis relativo en la firmeza y la flexibilidad varía dentro
de cada familia, dependiendo en parte de la seguridad
del vecindario y la comunidad donde vive el adolescente:
los vecindarios de mayor riesgo ameritan mayor énfasis
en las cualidades de seguridad y respeto por la autoridad
que otorga la firmeza, mientras que los vecindarios con
menores riesgos permiten mayor énfasis en la
oportunidad de aprender a tomar decisiones
cooperativamente y a auto expresarse que otorga la
flexibilidad. Del mismo modo, las tradiciones culturales
familiares también juegan un papel: los grupos étnicos
que dan mayor valor a la cohesión familiar y al respeto
por la autoridad de los padres ponen el énfasis en la
firmeza, en tanto que los grupos étnicos que dan mayor
valor a la individualidad y la autonomía ponen el énfasis
en la flexibilidad44.
A medida que los niños se transforman en adolescentes, un
desafío agregado para los padres en relación con la fijación
de límites es que las decisiones en relación con los límites
generalmente se toman varias veces por día y deben
adoptarse en el contexto de los nuevos niveles de toma de
riesgos y evaluación de las reglas por parte de los
adolescentes. Los adolescentes cuestionan vigorosamente
las reglas y los límites, al mismo tiempo que luchan por
alcanzar un sentido de identidad, aplicar razonamientos
abstractos, forjar relaciones sexuales y platónicas más
maduras, y redefinir la relación con sus padres45. Las
desventajas, tanto del enfoque rígido como del permisivo,
se hacen más evidentes y presentan mayores riesgos a
medida que los adolescentes adquieren los derechos y
capacidades adultas. La falta de éxito con estas estrategias
“tradicionales” puede tentar a los padres a rendirse, sobre
todo porque aprender alternativas mejores implica tener
información, tiempo y energía, algo que los padres—con
excesivas tensiones y demasiado trabajo— no tienen en
demasía46.
44 Furstenberg et al. 1999; Holden y Miller 1999; Baumrind 1996; García Coll,
Meyer, y Brillon 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Chao 1994;
Steinberg 1990; Youniss y Smollar 1985.
45 Arnett 1999; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995.
46 Phelan 1998; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Patterson y Forgatch
1987.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
75
Sobre el castigo físico. Golpear a los adolescentes como
forma de castigo está lejos de ser inusual. Casi la mitad de
los padres y madres reconoce que golpean a sus hijas e
hijos adolescentes varias veces al año47. No se ha logrado
consenso en relación a los efectos del castigo físico. Por un
lado, existe un conjunto de investigaciones que relacionan el
castigo físico con varios efectos negativos, los que incluyen,
rebeldía, depresión, conductas físicamente agresivas y
futuras agresiones al cónyuge48. Sin embargo, esta
investigación ha sido cuestionada por varias razones,
incluyendo: (a) su naturaleza correlativa: el castigo físico se
asocia con consecuencias negativas pero no se demuestra
que las causa; (b) su falla en no tomar en cuenta la
diferencia en severidad y el contexto del castigo físico,
incluyendo si el castigo está relacionado con una mayor o
menor calidez materna; (c) su falta de percepción de
algunas tradiciones étnicas, en donde un castigo físico leve
tiene un significado distinto, comunicando típicamente
cuidado, respeto por la autoridad, vigilancia y
reconocimiento de los riesgos especiales de los chicos de
color, quienes se enfrentan desproporcionadamente con el
racismo, la pobreza y la violencia vecinal; y (d) su
incompatibilidad con los principios de ciertas religiones,
incluyendo algunas tradiciones cristianas49.
Sin embargo, la gran mayoría de investigadores y profesionales,
que representan un amplio rango de tradiciones raciales y
religiosas, concuerdan en que hay mejores alternativas; y
todos están de acuerdo en que, si se usa el castigo físico, nunca
debe aplicarse con la intención de hacer daño, física o
emocionalmente50
Las siguientes estrategias, entonces, tienen en cuenta esta
controversia en cuanto al castigo físico, pero identifican los
temas comunes que emergen de la misma y de un rango amplio
de literatura de investigación51.
47 Straus 1994.
48 McLoyd 1998; Milburn y Conrad 1996; Straus y Yodanis 1996; Noller 1994;
Straus 1994; Steinberg 1990.
49 Brody y Flor 1998; McLoyd 1998; Baumrind 1996; Larzelere 1996; García
Coll, Meyer, y Brillon 1995; Dobson 1992.
50 Brody y Flor 1998; McLoyd 1997; Baumrind 1996; Larzelere 1996; Dobson
1992.
51 Eberly y Montemayor 1999; Gray y Steinberg 1999b; Jarrett 1999, 1997;
Schneider y Stevenson 1999; Brody
y Flor 1998; Miller 1998; Holden 1997; U.S. Department of Health and Human
Services 1997; Chamberlain y Patterson 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-
Gunn 1995; Noller 1994; Zill y Nord 1994; Collins 1990.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
76
3. Guiar y limitar
Estrategias para padres
Mantener las reglas
familiares
o “reglas de la casa”, sosteniendo algunas
reglas no negociables, en relación a
temas como la seguridad y los valores
familiares principales, y negociando otras,
en relación a temas como las tareas
domésticas y los horarios.
Comunicar
expectativas
que sean importantes, pero realistas.
Elegir los campos de
batalla
e ignorar temas menores frente a los más
importantes, tales como drogas,
desempeño escolar y conducta sexual
responsable.
Utilizar la disciplina
como herramienta
para enseñar, no como desahogo o
venganza.
Restringir los castigos a formas que no provoquen daño físico ni
emocional.
Renegociar
responsabilidades y
privilegios
en respuesta a las cambiantes habilidades
del adolescente, haciéndolo responsable
bajo un monitoreo apropiado.
Mensaje clave para padres:
Dé más libertad a sus hijos/as, pero no los suelte
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
77
4. Dar ejemplo y consultar
Los adolescentes necesitan que los padres les brinden
información continua y apoyo en la toma de decisiones,
valores, habilidades y metas, y que los ayuden a
interpretar y a transitar por el mundo, enseñándoles con
el ejemplo y el diálogo continuo.
Si bien el proceso de fijar y negociar límites es una herramienta
poderosa para ayudar a los adolescentes a aprender valores y
tomar decisiones, otra serie de estrategias cruciales lleva este
importante rol de los padres aún más allá, requiriendo que los
padres estén disponibles como fuente de información y consejo,
a medida que los adolescentes transitan el mundo cada vez más
amplio, más allá de su hogar y su familia52.
No hay duda de que un círculo creciente de adultos y pares
influyen en el pensamiento y en las decisiones de los jóvenes
durante la adolescencia, pero más sorprendente es el grado en
el cual los valores e ideas de los padres siguen influyendo. A
medida que los adolescentes forjan aspectos de su sentido de
identidad, dependen de los adultos que mejor conocen para que
sean influencias firmes, intérpretes e interlocutores con los que
compartir ideas y puntos de vista. De hecho, muchos
investigadores han llegado a la conclusión de que los padres
son una influencia clave en la toma de decisiones de los
adolescentes en áreas tan fundamentales como los valores, las
metas y las direcciones futuras53. También se ha identificado
otro rol paterno fuerte en cuanto a la formación de aspectos de
la identidad, incluyendo la identidad de un hijo adoptado, una
identidad racial y étnica positiva y una identidad de género
positiva54.
Los padres ejercen su influencia tanto a través de lo que hacen
como a través de lo que dicen. Con respecto a lo que hacen, se
ha encontrado una asociación entre los padres que sirven de
modelo o dan un buen ejemplo y una mejor capacidad y actitud
respecto del desempeño académico, el empleo, los hábitos de
salud, la individualidad, las relaciones, la comunicación, la
adaptación y la resolución de conflictos55.
52 Collins et al. 2000; Steinberg 2000; Resnick et al. 1997; Steinberg y Levine
1997; Riera 1995.
53 Bostrom 2000b; Jarrett 1999, 1997; Resnick et al. 1997; Wallace y Williams
1997; Garbarino y Kostelny 1995; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995;
Noller 1994; Coleman y Hendry 1990.
54 Grotevant et al. 2000; McAdoo 1999b; Brodzinsky, Smith, y Brodzinsky 1998;
Phinney y Kohatsu 1997; Tatum 1997; McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996;
Ward 1996; Brooks 1994; Smith et al. 1994; Coleman y Hendry 1990; Harrison
et al. 1990.
55 Gray y Steinberg 1999b; Frydenberg 1997; Holden 1997; Holmbeck, Paikoff,
y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994; Coleman y Hendry 1990; Hauser y Bowlds
1990.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
78
Con respecto a lo que los padres dicen, la investigación asegura
que los adolescentes escuchan y hablan de más maneras de las
que puede parecer. Los adolescentes relatan que admiran a sus
padres y recurren a ellos, o les gustaría poder hacerlo, en busca
de consejo y asesoramiento, en áreas que incluyen los
problemas familiares, temas sociales controvertidos, “porqués”
filosóficos, y los planes del adolescente para el futuro56.
Los investigadores también observan que los adolescentes son
proclives a tener valores y creencias similares a las de sus
padres en temas importantes como la moral y la política. Si
tienen lazos fuertes con sus padres, los adolescentes son
incluso proclives a elegir amigos con valores compatibles con
los de sus padres, si tal elección de pares está a su
disposición57. Aquellos padres que tienen una conexión más
fuerte con sus hijos tienden a ejercer una mayor influencia en
relación con las decisiones de sus adolescentes, como sucede
con los padres que eligen maneras de trasmitir sus ideas
respetando la creciente maduración de acción y pensamiento de
sus adolescentes58 (Ver las secciones de “Amor y conexión” y
“Guiar y limitar”).
A fin de fortalecer su capacidad para la toma de decisiones, los
adolescentes necesitan un ambiente que presente un nivel de
desafío que no sea ni demasiado bajo ni demasiado alto; un
ambiente que no sea excesivamente protector, ni presente muy
pocas oportunidades para aprender de los errores y enfrentar
los problemas; un ambiente que no sea agobiante, ni presente
muy pocas oportunidades para ensayar nuevas estrategias de
manejo y experimentar éxitos59.
En general, las estrategias para modelar la conducta y apoyar la
toma de decisiones de los adolescentes se dividen en varias
categorías. En el centro de todas estas estrategias están las
habilidades de comunicación, las que incluyen escuchar, dar un
ejemplo, ofrecer consejo y consulta, negociar diferencias y
solucionar problemas. La investigación, en particular, apoya las
siguientes áreas:
• Embarcarse en discusiones sobre temas sociales y
morales, tomando posiciones claras, a la vez que se
56 Schneider y Stevenson 1999; Carnegie Council 1995; Louis Harris 1995;
Coleman y Hendry 1990; Hayden as cited in Steinberg 1990, p. 14; Youniss y
Smollar 1985.
57 Collins et al. 2000; Gray y Steinberg 1999b; U.S. Department of Health and
Human Services 1997; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995.
58 Gray y Steinberg 1999b; Holmbeck, Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Coleman y
Hendry 1990.
59 McAdoo 1999b; Gibbs 1998a; Clarke 1997; McLoyd 1997; Taylor 1997;
Kegan 1994; Eccles et
al. 1993; Savin-Williams y Rodriguez 1993; Bosma y Jackson 1990; Hauser y
Bowlds 1990.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
79
permite que los adolescentes desarrollen y expresen su
propia posición60;
• Afirmar y mantener actividades familiares, rituales y
tradiciones61;
• Brindar información en áreas de conductas de riesgo, por
ejemplo, el uso de drogas y alcohol62;
• Modelar buenos hábitos de vida63;
• Discutir y ofrecer marcos para entender y desafiar las
experiencias negativas basadas en la raza, etnia,
género, estructura familiar, orientación sexual, clase,
situación de inmigrante, enfermedad física y emocional y
discapacidad64;
• Enseñar habilidades de adaptación, como por ejemplo, la
resolución de problemas, el manejo de múltiples
demandas y la negociación65;
• Ofrecer oportunidades para el debate y la toma de
decisiones66; y
• Apoyar la educación formal y la capacitación en las
habilidades para la vida, discutiendo opciones futuras y
ofreciendo estrategias para el éxito en la escuela y el
ámbito laboral67.
Estos hallazgos de la investigación se traducen en las siguientes
estrategias para padres.
60 Steinberg 2000; Schneider y Stevenson 1999; Coles 1997; Holden 1997;
Ward 1996; Carnegie Council 1995; Kegan 1994; Noller 1994; Hauser 1991.
61 Doherty 1997; Phinney y Kohatsu 1997; Mahdi, Christopher, y Meade 1996;
Kagan 1986.
62 Moore, Rosenthal, y Mitchell 1996; Carnegie Council 1995; Strasburger 1995;
Steinberg 1991b.
63 Diamond y Hopson 1998; Graber, Brooks-Gunn, y Petersen 1996; Carnegie
Council 1995.
64 Read 2000; McAdoo 1999b; McCubbin et al. 1999, 1998a,b; García Coll,
Surrey, y Weingarten 1998; Tatum 1997; Taylor y Wang 1997;
McGoldrick, Giordano, y Pearce 1996; Hodapp 1995; Savin-Williams y Rodriguez
1993.
65 Harter 1999; Jarrett 1999; Diamond y Hopson 1998; Carnegie Council 1995.
66 Diamond y Hopson 1998; Shulman y Seiffge-Krenke 1997; Holmbeck, Paikoff,
y Brooks-Gunn 1995; Noller 1994; Hauser y Bowlds 1990.
67 Gray y Steinberg 1999b; Jarrett 1999; Schneider y Stevenson 1999; Brody y
Flor 1998; Dryfoos 1998; Holden 1997; Carnegie Council 1995; Holmbeck,
Paikoff, y Brooks-Gunn 1995; Zill y Nord 1994; Youniss y Smollar 1985.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
80
4. Dar ejemplo y consultar
Estrategias para padres
Dar un buen ejemplo en relación con la exposición a riesgos, hábitos de
salud y control emocional.
Expresar posiciones
personales
con respecto a temas sociales, políticos, morales
y espirituales, incluyendo temas como la etnia y
el género.
Modelar el tipo de
relaciones adultas
que le gustaría que su hijo tuviera.
Responder a las
preguntas de los
adolescentes
con la verdad, teniendo en cuenta su nivel de
madurez.
Mantener o establecer
tradiciones
que incluyan a la familia, la cultura y/o los ritos
religiosos.
Apoyar la educación
del adolescente
y su entrenamiento vocacional, incluyendo la
participación en actividades del hogar;
actividades al aire libre y empleos que desarrollen
sus habilidades, intereses y sentido de valor hacia
la familia y la comunidad.
Ayudar a los
adolescentes a obtener
información
sobre opciones y estrategias futuras para su
educación, empleo y opciones de vida.
Dar oportunidades a
los adolescentes
para practicar el razonamiento y la toma de
decisiones, haciéndoles preguntas que los
estimulen a pensar lógicamente y a considerar las
consecuencias, ofreciéndoles, al mismo tiempo,
oportunidades sin riesgos para que pongan a
prueba sus propias ideas y aprendan de sus
errores.
Mensaje clave para padres:
Durante la adolescencia, los padres siguen siendo claves y los
adolescentes lo reconocen
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
81
5. Proveer y abogar
Los adolescentes necesitan que los padres les aporten no
sólo una adecuada alimentación, vestimenta, techo y
atención de a salud, sino también un ambiente familiar
acogedor y una red de adultos que los proteja.
Ampliamente compartido por distintas culturas, por supuesto,
está el concepto de que los niños tienen derecho a una
alimentación, vestimenta, techo y atención de salud adecuados,
y que los progenitores, incluyendo los padres, tienen la
responsabilidad ya sea de proveer o abogar por estas
necesidades básicas, al menos durante la adolescencia68.
El desafío para los padres es llevar a cabo esta tarea frente a
barreras tales como la pobreza familiar, el racismo, la falta de
apoyo a los niños, el desempleo y el subempleo, el exceso de
trabajo, una educación formal limitada, la falta de recursos
comunitarios, la falta de opciones después de la escuela, la falta
de familiaridad con el sistema y las costumbres
norteamericanas, la violencia doméstica, la pobreza y violencia
de los vecindarios, el encarcelamiento de los padres, no tener
casa, una enfermedad física o mental de los padres, incluyendo
discapacidades, enfermedades crónicas y abuso de sustancias69.
Los desafíos aumentan por la tendencia a que los servicios
especializados sean menos comunes en la adolescencia y a que
algunos problemas, como por ejemplo, las enfermedades
mentales y el abuso de sustancias, se hagan más comunes70.
Menos reconocido es el concepto de que los adolescentes
también necesitan que los padres les ayuden a proveerse de
“capital social”, es decir, buscar relaciones dentro de la
comunidad que complementen lo que la familia inmediata
puede o incluso debe proveer en forma de recursos, guías,
entrenamiento y apoyo. Esta función paterna, a veces llamada
“gestión familiar”, “abogacía”, “patrocinio” o “estrechar lazos en
la comunidad”, se observa en el ejercicio de ser padres en
distintos grupos étnicos y socioeconómicos, particularmente en
la adolescencia, a medida que el niño se prepara y entra en un
mundo más amplio y pasa más y más tiempo en ámbitos sin
estructura ni supervisión71.
Algunas veces, incluido en este tema de ser padres está el
concepto de trabajar a favor de influir en el ambiente de la
68 LeMenestral 2000; Bornstein 1998; Smith et al. 1994; Small y Eastman 1991.
69 Bell y Quick 1999; Garbarino 1999; Gray y Steinberg 1999b; Scales y Leffert
1999; Laub y Lauritsen 1998; McLoyd 1998, 1997; Galambos y Ehrenberg
1997.
70 Furstenberg et al. 1999; Schulenberg, Maggs, y Hurrelmann 1997; Carnegie
Council 1995.
71 See Furstenberg et al. 1999 on family management; Myers-Walls 1999;
Smith et al. 1994; y Small y Eastman 1991 on advocacy; LeVine 1997 on
sponsorship; Jarrett 1999 on community bridging; y Laub y Lauritsen 1998 on
social capital.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
82
comunidad, como por ejemplo, elegir las escuelas y los
programas para jóvenes de manera tal de resistir y combatir los
efectos potencialmente negativos de opciones limitadas de
pares, falta de modelos adultos y mentores positivos, la
violencia, prácticas escolares y un ambiente escolar no
saludables, racismo, falta de recursos para necesidades o
talentos especiales, o falta de cohesión comunitaria72. Aún en
comunidades con recursos significativos, algunos investigadores
observaron que las escuelas medias típicas, debido a su mayor
tamaño y organización en múltiples departamentos, y al menor
contacto entre estudiante y profesor, no son un buen ámbito
para las tareas de desarrollo de la adolescencia temprana73.
También está incluido en este pensamiento el concepto de crear
oportunidades para que los adolescentes desarrollen
capacidades significativas a través del trabajo, las actividades
extra escolares, la actividad comunitaria y el trabajo voluntario,
especialmente cuando son necesarias para combatir una
distribución de los recursos inadecuada, desigual y
discriminatoria en escuelas, vecindarios, lugares de trabajo y
otros ámbitos74. Últimamente, también se le ha dado
importancia a los mentores como un medio para proveer
apoyo, guía y capacitación adulta adicional75.
Una parte clave de este concepto involucra colaborar con los
propios adolescentes, trabajando juntos como aliados, para
solucionar los problemas que enfrentan.
Provocando aún más tensión, se encuentra la necesidad dentro
de los vecindarios y escuelas existentes de buscar personas y
programas que puedan asistir a los adolescentes de forma
efectiva en áreas tales como la educación, las necesidades
especiales, el desarrollo de talentos, la recreación, el cuidado de
la salud, el cuidado de la salud mental, la asistencia económica,
el asesoramiento legal, los tutores formales e informales y el
empleo. Dichas estrategias pueden mediar, si bien no eliminar,
los impactos negativos de la pobreza familiar y el deterioro del
vecindario. También ayudan a combatir la disminución de
oportunidades para lograr relaciones adultos-adolescentes más
duraderas que caractericen de forma más amplia a la cultura
norteamericana, dado el contacto limitado entre los maestros y
los adolescentes en las escuelas, la alta rotación de los
proveedores de servicios de salud, y las distancias geográficas
que separan a muchas familias extendidas76.
72 Damon 1999; Furstenberg et al. 1999; Laub y Lauritsen 1998; McLoyd 1998;
Clarke 1997; Damon 1997; Holden 1997; Eccles y Harold 1996; Eccles, Lord, y
Roeser 1996; Steinberg y Darling 1994; Csikszentmihalyi et al. 1993.
73 Eccles et al. 1993.
74 Larson 2000; Youth Development 2000; Jarrett 1999; Newman 1999; Damon
1997; Youniss y Yates 1997; Côté y Allahar 1996; Hamilton 1990.
75 Rhodes en imprenta.
76 Furstenberg et al. 1999; Jarrett 1999; Galambos y Ehrenberg 1997; Carnegie
Council 1995.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
83
Un subgrupo de estas estrategias aborda la necesidad de que
los padres aboguen por los adolescentes, involucrándose en la
escuela de sus hijos, incluyendo, donde sea culturalmente
apropiado y logísticamente posible, reuniones con los maestros,
consejeros- orientadores, y otros miembros del personal;
desempeñando funciones escolares; participando en las aulas;
ayudando a su hijo a entender y ajustarse a las transiciones a
la escuela media y el secundario; controlando la calidad y
cantidad de la enseñanza y los servicios especiales; y abogando
por servicios mejores o más apropiados. (Ver la sección
“Controlar y observar”). Los padres de niños con necesidades
especiales generalmente han tomado el liderazgo en aprender y
ejercer capacidades de apoyo en los ámbitos educativos. Han
desarrollado técnicas, como la formación de redes de padres y
grupos de presión política para mejorar los servicios que
pueden aplicarse más generalmente al apoyo de los padres77.
También se ha notado la necesidad de buscar personas y
programas para los jóvenes que complementen al hogar y la
escuela en áreas tales como la responsabilidad de la comunidad
sobre el aprendizaje y la construcción de habilidades
vocacionales78.
Las estrategias específicas, para las cuales existe un amplio
apoyo de la investigación, incluyen las siguientes79.
77 Read 2000; Myers-Walls 1999; Greenspan 1998.
78 Zeldin, Camino, y Wheeler 2000; Benson et al. 1998; Damon 1997.
79 Damon 1999; Furstenberg et al. 1999; McLoyd 1998; Carnegie Council 1995; Smith et
al. 1994; Steinberg y Darling 1994; Small 1990.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
84
5. Proveer y abogar
Estrategias para padres
Establecer una
red dentro de la
comunidad
así como dentro de las escuelas, la familia, las
organizaciones religiosas y los servicios sociales para
identificar recursos que puedan brindar una relación
positiva con los adultos y los pares, que aconsejen,
capaciten y ofrezcan actividades para su hijo/a
adolescente.
Tomar
decisiones
informadas
entre las distintas opciones disponibles en las escuelas y
los programas educativos, tomando en cuenta temas
tales como la seguridad, el clima social, el enfoque
hacia la diversidad, la cohesión de la comunidad, las
oportunidades para las relaciones entre pares y con
mentores, y la combinación entre las prácticas escolares
y las necesidades y estilos de aprendizaje de su hijo/a
adolescente.
Tomar
decisiones
informadas
similares
entre las opciones disponibles en los barrios, el
compromiso hacia la comunidad y los programas para
jóvenes.
Tomar medidas
o abogar por la
prevención de la
salud
y el tratamiento, incluyendo el cuidado de la
enfermedad mental.
Identificar
personas y
programas que
lo informen y
apoyen
para manejar las responsabilidades de los padres y para
comprender los desafíos sociales y personales de la
educación de un adolescente.
Mensaje clave para padres:
Usted no puede controlar el mundo en que viven los
adolescentes, pero sí puede aportar ayuda y disminuir riesgos
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
85
Ante todo, no hacer daño: Un comentario
sobre el abuso y el abandono que sufren los
adolescentes
Si hay un mensaje básico que emerge del análisis de la
investigación sobre la adolescencia y las tareas de los padres,
es que los adolescentes son vulnerables. Todavía están
creciendo su cuerpo, cerebro y su capacidad para pensar,
sentir, relacionar y trabajar. Su madurez física y sexual
contradice su inmadurez emocional y social. Su creciente
capacidad enmascara una dependencia económica y psicológica
vigente. Su valentía y jactancia disfrazan su inexperiencia en la
resolución de problemas y en el manejo de las tensiones que, a
menudo, el ambiente no supervisado y cargado de riesgos en el
que viven no puede ayudar a resolver.
No debe sorprender, entonces, que los adolescentes aún se
vean fuertemente afectados por el abuso de los padres, así
como el de otros adultos y pares. Si bien es poco probable que
el abuso tenga un desenlace mortal a medida que los niños
crecen, provoca heridas internas y externas que son
profundamente discapacitantes. El abuso físico de los
adolescentes está vinculado, por ejemplo, al abandono del
hogar, abuso de sustancias, suicidio, delincuencia, desórdenes
mentales, como por ejemplo, la depresión y desórdenes por
estrés post traumático, trastornos de la conducta alimentaria,
problemas de adaptación, agresión y violencia, mal desempeño
escolar, desesperanza y carencia de empatía1. El abuso sexual
está vinculado con mayores tasas de desórdenes mentales,
incluyendo depresión, trastornos de la conducta alimentaria,
abuso de sustancias, abandono del hogar, actividad sexual
voluntaria temprana, disfunción sexual y embarazo temprano2.
Lo que sí sorprende, sin embargo, es que el abuso de
adolescentes sea común en Norte- América. Lejos de estar
fuera de peligro, los adolescentes, independientemente de la
raza, tienen tasas de abuso físico y sexual— en gran parte
perpetrado por los padres—que son igual o más altas que
aquellas de los niños más pequeños3.
En general, los padres, sean o no biológicos, son responsables
de la mayor parte de los abusos y negligencias que sufren los
adolescentes, y de heridas serias y mortales causadas por el
abuso 4 . Para las mujeres, el abuso físico y sexual ocurre
predominantemente en la casa y por un miembro de la familia;
1 Daro forthcoming; Schoen et al. 1998, 1997; Hutchinson y Langlykke 1997;
Van der Kolk, McFarlane, y Weisaeth 1996; Straus 1994; Council on Scientific
Affairs 1993; Trickett y Weinstein 1991; Garbarino y Gilliam 1980.
2 Diamond, Savin-Williams, y Dube 1999; Hutchinson y Langlykke 1997;
Benson 1993; Rickel y Hendren 1993.
3 Sedlak y Broadhurst 1996; Feindler y Becker 1994.
4 Snyder y Sickmund 1999; Feindler y Becker 1994.
Lejos de estar fuera
de peligro, los
adolescentes tienen
tasas de abuso físico
y sexual que son
igual o más altas
que aquellas de los
niños más
pequeños.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
86
en los varones, el abuso físico ocurre predominantemente en la
casa y por un miembro de la familia, pero el sexual suele ocurrir
fuera de la casa 5 . Se estima que, al finalizar la escuela
secundaria, entre un 10 y un 25 por ciento de las mujeres
adolescentes, y entre 4 y 7 por ciento de los varones, han sido
abusados sexualmente6. Más de la mitad de los niños entre 10 y
14 años experimentaron al menos un acto de violencia paterna
en el último año7. Uno de cada cuatro varones y mujeres en la
escuela secundaria, de diferentes grupos raciales, ha querido
dejar su hogar como consecuencia de la violencia o amenazas
de violencia8.
Los niños con discapacidades y aquellos que son homosexuales
o bisexuales se encuentran dentro del grupo de mayor riesgo9.
Estas cifras pueden incluso ser bajas, dado que se sospecha
que hay muchos casos de abuso que no se denuncian por una
variedad de razones, entre ellas: a)- la presencia de menos
profesionales a los que la ley obliga a denunciar los casos de
abuso en la vida de los adolescentes; b)- la falta de adultos
solícitos en quienes confiar; c)- la falta de definiciones claras,
de manera que ni los adolescentes ni los adultos identifican el
maltrato de que son objeto como abuso o negligencia; d)- la
presencia de abuso de drogas, tendencias suicidas, violencia
hacia los padres u otros miembros de la familia y otros
síntomas que enmascaran el maltrato subyacente; e)- la
habilidad de los adolescentes de escaparse de casa; f)- el hecho
de que algunos sistemas de información no incluyen a los
adolescentes; y g)- la ausencia de preocupación pública10. Los
adolescentes sin hogar, los encarcelados y los que huyen de la
casa característicamente refieren tasas altas de abuso previo11.
Complicando esta escena, está el hecho de que algunas veces el
adolescente abusado es también un abusador, de sus
hermanos, sus padres, sus pares, niños menores y otros12.
Si bien algunos abusos físicos y sexuales se detienen en la
adolescencia, algunos comienzan en la adolescencia,
desencadenados por un polvorín de nuevos temas, incluyendo
las preocupaciones de los padres de mediana edad y los
desafíos de los adolescentes a la fijación de límites, su
sexualidad y su resistencia al abuso y castigo anteriores13.
5 Schoen et al. 1998, 1997.
6 Daro forthcoming; Schoen et al. 1998, 1997; Hutchinson y Langlykke 1997;
Benson 1993.
7 Daro forthcoming.
8 Schoen et al. 1998, 1997. [9] Eron, Gentry, y Schlegel 1994.
9 Eron, Gentry, y Schlegel 1994.
10 Daro forthcoming; Poussaint y Alexander 2000; Garbarino
1996; Feindler y Becker 1994; Council on Scientific Affairs 1993.
11 Bradley 1997; Noller 1994; Council on Scientific Affairs 1993.
12 Daro forthcoming; Kindlon y Thompson 1999; Snyder y Sickmund 1999;
Wiehe 1991.
13 Finkelhor 1995; Feindler y Becker 1994; Council on Scientific Affairs 1993;
Trickett y Weinstein 1991; Garbarino et al. 1986; Garbarino y Gilliam 1980;
Lourie 1979.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
87
También ocurren cambios cruciales en los patrones de abuso
durante la adolescencia. Por primera vez, las mujeres son más
proclives a sufrir abuso que los varones, y los padres muestran
cada vez mayor tendencia a ser los abusadores comparados con
las madres14. Las mujeres tienen mayor riesgo de abuso sexual
y los varones de abuso físico15. Las diferencias de género
también se ponen en evidencia en la manera en que los
adolescentes responden al abuso físico: los varones tienden a
expresar su enojo en forma de agresión y delincuencia; las
mujeres tienden a guardarlo en su interior, en forma de
conductas autodestructivas y depresión. Es menos probable que
la pobreza sea un factor entre las familias que abusan de los
adolescentes que entre aquellas que abusan de niños
menores16.
¿Y qué sucede con la negligencia? Para alcanzar la adultez con
éxito, los adolescentes necesitan conexión, supervisión,
estructura, orientación y recursos, incluyendo aquellos que
satisfacen las necesidades básicas de nutrición, techo,
vestimenta y oportunidades para acceder a servicios de salud y
educación. Sin embargo, estas necesidades básicas no se ven
satisfechas en miles de hogares de los Estados Unidos. Las
tasas de abandono emocional son más altas en la adolescencia
que en edades menores, y las tasas de abandono físico son
similares17.
Algunas de las responsabilidades de esta crisis en el cuidado de
la salud recaen sobre la sociedad, que presenta a algunos
padres desafíos asombrosos de pobreza, aislamiento y otras
fuerzas18. Algunas recaen en los medios y el sistema de
servicios sociales. Atrapados en una maraña de suposiciones
falsas, el abuso y la negligencia de los que son víctimas los
adolescentes atrae muy poca atención en los medios o
respuesta de los servicios sociales. Cuando los adolescentes
muestran signos de abuso, generalmente son ignorados por los
padres, los maestros, los que trabajan con jóvenes e incluso por
los profesionales de salud. Es probable que los casos de abuso
que se denuncian a las autoridades, aún en preadolescentes de
tan sólo 10 años de edad, sean “rechazados”, más que en los
casos de niños más pequeños, aún cuando las heridas son igual
de severas. Entre los argumentos que se dan para hacer esto
están: que ya es demasiado tarde, que “algo habrá hecho”, que
las heridas no son tan serias, que los adolescentes “pueden
escaparse” o cuidarse a sí mismos o que, de todas formas,
realmente no hay servicios disponibles para ayudar19 Sumado a
estos problemas, los adolescentes mismos, en parte como
14 Snyder y Sickmund 1999; Trickett y Weinstein 1991.
15 U.S. Department of Health and Human Services 1999; Sedlak y Broadhurst
1996.
16 Daro forthcoming; Garbarino y Garbarino 1993.
17 Sedlak y Broadhurst 1996.
18 McAdoo 1999a,b; Taylor y Wang 1997.
19 Daro disponible próximamente.
SER PADRES DE ADOLESCENTES 5 CONCEPTOS BÁSICOS PARA SER PADRES DE ADOLESCENTES
88
resultado del abuso sufrido, pueden mostrarse no cooperativos
y desagradables, y como perpetradores así como víctimas,
reflejando y perpetuando los obstáculos sociales y emocionales
que acarrea el abuso y, por ende, desviando y descarrilando la
misma ayuda que necesitan20. En un estudio, cerca de la mitad
de todos los varones de una escuela secundaria y un tercio de
las mujeres manifestó no haberle contado a nadie que habían
abusado de ellos, física o sexualmente21.
En una forma de abuso y negligencia social colectiva, los
adolescentes también son víctimas de la violencia en tasas
desproporcionadamente altas22. Casi un tercio de todas las
víctimas de la violencia, incluyendo robos, asaltos, violaciones y
asesinatos, son adolescentes; y si bien las tasas de abuso son
similares en todos los grupos sociales y raciales, las tasas de
victimización son mucho mayores para los jóvenes afroamericanos
que para los americanos de ascendencia europea23.
Esta violencia ocurre incluso dentro de la escuela, al igual que
la intimidación, el acoso, la hostilidad y la discriminación que
constituyen abuso y negligencia emocional24. Durante la
secundaria, casi uno de cada diez jóvenes experimenta
violencia física por parte de su pareja25, y casi una de cada diez
mujeres es forzada por su pareja a mantener relaciones
sexuales26. Una cantidad aún mayor de jóvenes es testigo de
actos de violencia en su casa, en la escuela y en la comunidad,
con sus respectivos efectos nocivos27.
En resumen, el abuso y la negligencia que sufren los
adolescentes son desestimados, subreconocidos y
subdenunciados. Las consecuencias son profundas para los
adolescentes y la sociedad, amenazando el potencial de nuestra
mano de obra, la supervivencia de nuestras familias y la calidad
misma de nuestro tejido social.
20 Garbarino y Garbarino 1993.
21 Schoen et al. 1998, 1997.
22 Snyder y Sickmund 1999.
23 Daro forthcoming; Hutchinson y Langlykke 1997.
24 Snyder y Sickmund 1999; Elliott, Hamburg, y Williams 1998; Hutchinson y
Langlykke 1997.
25 Hutchinson y Langlykke 1997.
26 Schoen et al. 1997.
27 Daro en preparación.
El abuso y la
negligencia que
sufren los
adolescentes son
desestimados,
subreconocidos y
subdenunciados.
89
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
90
Recomendaciones para
el futuro
Debemos compartir nuestra riqueza
de conocimientos, ya que en las
últimas décadas, hemos acumulado
conocimientos significativos sobre
ser padres de adolescentes. Si bien la
consolidación y difusión de estos
conocimientos no es una panacea, sí
es una estrategia poderosa que, en
combinación con otras, ayudará a
fortalecer a las familias y mejorar el
desarrollo de niños y jóvenes.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
91
Recomendaciones para el futuro
En gran medida, los padres de
adolescentes no saben que existen
resultados de investigaciones bien
establecidos, y mucho menos de
cuáles podrían ser. Incluso algunos de
los principios más básicos que están
llegando a los padres y planificadores
de políticas en relación con la juventud—sobre desarrollo
cerebral, abuso, el rol de los padres—no suelen llegar a los
padres de adolescentes y los planificadores de políticas, y ni
siquiera a los profesionales que trabajan con los adolescentes y
sus familias.
¿Qué se puede hacer? Debemos estrechar lazos más
efectivos entre todos aquellos que se ocupan de la educación de
adolescentes. Debemos promover un intercambio de
información entre investigadores, padres, profesionales y
planificadores de políticas, de manera tal que cada grupo se
beneficie de los aportes de los demás. Debemos crear mejores
formas de consolidar la información, haciéndola disponible y
trasmitiéndola de un lado a otro; y debemos apoyar a los
emisores, los sintetizadores y los investigadores dentro de
cada grupo. Juntos, podemos hacer que esto funcione.
¿Cómo podemos hacerlo? Las siguientes recomendaciones
surgen de los hallazgos de este informe como los próximos
pasos más efectivos. Ofrecen oportunidades apremiantes,
porque construyen sobre lo ya establecido, aprovechan el
impulso creciente, cierran brechas evidentes en el conjunto
actual de iniciativas y prometen mayores beneficios.
Realizar iniciativas en los medios para difundir
ampliamente los mensajes de base sobre ser padres de
adolescentes, acerca de los cuales existe amplio acuerdo
en la investigación.
Dado el importante conocimiento que ha brindado este
Proyecto, el próximo paso fundamental es emprender iniciativas
sostenidas e integrales de salud pública a través de los medios,
utilizando estos hallazgos y otros parecidos para apoyar e
informar a aquellos involucrados en la educación de
adolescentes.
La tarea de hacer llegar mensajes de este tipo a las personas
que los necesitan es compleja, pero muchos precedentes
demuestran que puede hacerse con planificación, colaboración,
experiencia, recursos, evaluación y tiempo apropiados, tal como
lo resume el informe anterior de este Proyecto1. Las campañas
bien diseñadas han logrado influir sobre las actitudes y
1 Simpson 1997.
La tarea de hacer
llegar mensajes de
este tipo a las
personas que lo
necesitan es
compleja, pero
muchos precedentes
demuestran que
puede llevarse a
cabo.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
92
conductas públicas en muchos temas relacionados con la salud
pública, incluyendo temas para los padres, como por ejemplo,
abuso infantil y la salud del lactante2.
En este caso, un componente esencial del proceso de
planificación será la investigación de la diversidad y complejidad
de los padres y otras personas que educan a adolescentes y que
constituyen el objetivo: qué saben, qué les gustaría saber, y
cómo preferirían aprenderlo. Este proyecto ha descubierto
varios estudios sobre actitudes y comportamientos de los
padres hacia los adolescentes y la vida familiar3. Como primer
paso, se deben consolidar y analizar sus resultados.
Como segundo paso, deben apoyarse nuevas iniciativas que
complementen este estudio con mayor información en cuanto a
las creencias de los padres sobre la naturaleza e importancia de
ser padres de adolescentes, sus necesidades, sus conocimientos
del desarrollo adolescente y sus preferencias acerca de si más
apoyo e información serían de ayuda, qué tipo de apoyo e
información, cuándo y cómo. La Asociación Nacional de los
Padres con sede en Nueva York (NPA) está planeando una
iniciativa para encuestar a padres de manera más extensa
sobre estos temas, construyendo a partir de estudios recientes
subvencionados por la NPA y otros, a fin de preparar una
campaña para aumentar la conciencia pública sobe la
importancia de los padres y ser padres4. También con sede en
Nueva York, el Instituto de las Familias y el Trabajo está
realizando una serie de estudios, como una continuación a la
reciente publicación “Pregúntele a los niños” (Ask the
Children)5, en donde se encuesta a gente joven sobre temas
específicos como la violencia y el aprendizaje6. El Instituto
FrameWorks de Washington, en conjunto con el Centro para
las Comunicaciones y la Comunidad en la UCLA, está
preparando un trabajo que incluye sugerencias para reconstruir
la actitud pública sobre los adolescentes, incluyendo mensajes
positivos sobre la juventud7.
También resulta esencial para las iniciativas en los medios
utilizar un enfoque multifacético y participativo, integrando una
variedad de estrategias para alcanzar a la gran diversidad de
personas que están involucradas en la educación de
adolescentes, y formulando programas y políticas que tengan
impacto sobre ellas. Muchas organizaciones, proyectos y
enfoques deberían participar y ser bienvenidos, combinando su
2 Dungan-Seaver 1999; DeJong y Winsten 1998; Communications Consortium
1996; Dombro et al. 1996; Backer 1995; Maibach y Parrott 1995; Wallack et al.
1993; Backer, Rogers, y Sopory 1992; Office of National Drug Control Policy
n.d.
3 Ver, por ejemplo, Duffett, Johnson, y Farkas 1999; Galinsky 1999; Hewlett y
West 1998; Freedman-Doan et al. 1993; Youniss, DeSantis, y Henderson 1992.
4 Wooden 2000.
5 Galinsky 1999.
6 Galinsky 2000.
7 FrameWorks Institute 2000.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
93
energía y su experiencia para una causa común, construyendo
sobre los hallazgos de investigaciones y prácticas previas, y
movilizando la participación de la comunidad. Por último, los
medios de entretenimiento, publicidad e información deben
comprometerse más en este esfuerzo, dadas las múltiples
maneras en que el adolescente y su familia están retratados en
los programas de entretenimiento y en las noticias, además de
estar identificados como un blanco especial para la publicidad8.
El monitoreo es especialmente importante en la planificación y
evaluación de las campañas dirigidas a temas de padres, para
asegurarse que los mensajes no tengan un efecto “boomerang”,
a través del cual los padres se sientan culpados, ansiosos o
desmoralizados, porque se les pide que carguen con
responsabilidades que requieren más apoyo y/o deben ser
compartidas con toda la sociedad. En otras palabras, la
planificación de tales campañas debe basarse no sólo en las
investigaciones sobre adolescentes, padres y una comunicación
efectiva, sino también en investigaciones sobre lo que
realmente apoya a los padres en sus esfuerzos por ser mejores,
y no en lo que los debilita.
Los medios deberían realizar iniciativas especiales en
ciertas áreas específicas, incluyendo el abuso y la
negligencia que sufren los adolescentes y las estrategias
para educar a preadolescentes que ayuden a sentar una
base para la adolescencia. Se está dejando pasar una gran
oportunidad, por ejemplo, para crear conciencia pública sobre la
sorprendente prevalencia y los asombrosos costos del abuso y
la negligencia entre los adolescentes. Una campaña en esta
área debería elaborarse sobre el éxito de las campañas que
previenen el abuso de niños pequeños9, pero con modificaciones
cruciales que tengan en cuenta realidades tales como la imagen
cultural negativa de los adolescentes, las limitaciones en las
opciones de detección y de tratamiento y las diferencias en las
estrategias de prevención. Dicha campaña inevitablemente
presentaría un mayor desafío que los esfuerzos por proteger a
los niños pequeños, pero sería altamente beneficiosa, porque
abordaría una necesidad crítica que, en gran medida, no está
cubierta por los medios. Una campaña que se concentre en lo
“básico” de la educación de preadolescentes, de manera tal de
sentar una base para un desarrollo adolescente saludable
satisfaría una necesidad igualmente crucial.
Construir mayores consensos entre investigadores y
otros expertos en el tema en relación con lo que se sabe
sobre los padres y la adolescencia.
8 DeJong y Winsten 1998, 1990; Glik et al. 1997; Steckler et al. 1995;
Montgomery 1990, 1989.
9 Dombro et al. 1996.
El monitoreo es de
especial
importancia para
asegurarse de que
los mensajes no
tengan un efecto
“boomerang”, a
través del cual los
padres se sientan
culpados, ansiosos o
desmoralizados.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
94
El Proyecto Harvard sobre los padres de adolescentes fue en
parte diseñado para explorar si existen áreas de conocimientos
bien establecidos sobre los adolescentes y sus padres que
puedan ser identificadas y comunicadas a los padres. La
respuesta inequívoca ha sido “sí”. A pesar de la interacción de
valores, diversidades y limitaciones de la investigación, ciertos
principios básicos han pasado las pruebas del tiempo,
experiencia y validez científica.
Sin embargo, los comentarios de muchos investigadores y
profesionales que han revisado este informe indicaron que
todavía queda mucho más campo en común para explorar. Por
ejemplo, muchos revisores señalaron puntos que, pese a estar
bien establecidos, todavía no han recibido una amplia atención
en la literatura de revisión y que, en consecuencia, estaban
más allá del alcance de este informe.
El próximo paso es reunir a distintos expertos, en persona o
electrónicamente, para intercambiar, debatir y construir
consenso, para aclarar y expandir más los hallazgos de este
Proyecto y otros similares.
En otras palabras, se necesita fomentar una infraestructura
donde los expertos en ser padres se reúnan de una manera
visible, abierta y eficiente para identificar y validar los puntos
en los que están de acuerdo; es decir, delinear el conjunto de
investigaciones y experiencias sobre el que pueden decir “esto
es lo que sabemos”. Las opciones para hacerlo se están
expandiendo rápidamente, con la introducción del correo
electrónico, el satélite, el vídeo y las videoconferencias, además
de las reuniones personales.
Uno de los muchos beneficios de ese proceso de construcción
de consenso es que podrá permitir una articulación de
estrategias más específicas para los padres de las que pueden
extraerse de la revisión de la literatura de investigación. Si bien
este Proyecto podría delinear un tipo de “descripción de trabajo”
para padres de adolescentes, las reuniones entre los expertos
podrían potencialmente ofrecer mayores detalles sobre las
capacidades y técnicas necesarias para realizar el trabajo.
También es importante para el proceso de construcción de
consenso delinear y afirmar las áreas donde hay variaciones
entre y dentro de los grupos étnicos, así como también resaltar
las brechas que necesitan mayor investigación. ¿De que manera
puede la etnia de un joven afectar los tipos de estrategias
importantes para padres? ¿Cómo puede la investigación que ha
sido llevada a cabo en americanos de ascendencia europea y
poblaciones de clase media ser reevaluada a la luz de la rica y
profunda diversidad de clases y etnias que existen? ¿Qué
cualidades de ser padres son únicas para un grupo o subgrupo
particular, cuál es la base en común y qué pueden aprender los
distintos grupos de los demás? ¿De qué manera las
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
95
circunstancias económicas de la familia, en particular la pobreza
arraigada y duradera, puede influir sobre las estrategias de los
padres? ¿Qué diferencias emergen de la diversidad de
estructuras familiares, como por ejemplo, familias encabezadas
por los abuelos, madres o padres solteros, padrastros u otras
parejas, parejas del mismo sexo, y otras? También, ¿cómo
afecta las estrategias para los padres el inmigrar de otros
países a los Estados Unidos?
En definitiva, la meta es brindar a los padres, profesionales y
planificadores de políticas más recursos para clasificar lo que
está claro, lo que es común, lo que tiene sustento cultural y lo
que es incierto.
Al dividir las opciones para la construcción de consenso en
áreas específicas, surgieron los siguientes temas entre los más
oportunos y urgentes:
• Mayores estrategias para dilemas paternos comunes.
Utilizando este informe como herramienta de trabajo,
¿cómo podemos refinar, afirmar y extender sus
hallazgos? ¿Qué puede agregarse, en particular sobre
ser padres de adolescentes, que aborde las
preocupaciones de los padres, así como las habilidades
para cumplir con ese papel? ¿Dónde está la base en
común, y dónde deben diferir las estrategias para que
las familias manejen, por ejemplo, la discriminación
étnica, la clase, la estructura familiar, la religión, la
condición de inmigrante, la enfermedad, la discapacidad
y otras características? ¿Qué estrategias han demostrado
ser efectivas para que los padres protejan a los
adolescentes del daño causado por estas fuerzas, para
despertar conciencia tanto entre aquellos que sufren la
discriminación como entre los que no la sufren, para
forjar alianzas a fin de combatir los problemas?
• Desarrollo cerebral adolescente. ¿Qué se sabe sobre los
principales cambios biológicos durante la adolescencia,
incluyendo el desarrollo cerebral? ¿Qué ocurre y cuándo?
¿En qué medida pueden los cambios biológicos estar
vinculados a los cambios de conducta? ¿De qué manera
la nutrición, las drogas y otros factores pueden tener
efectos duraderos? ¿Cómo puede el conocimiento del
desarrollo cerebral y otros cambios biológicos ser útil
para guiar las expectativas de los padres y su interacción
con los adolescentes?
• Abuso del adolescente. ¿Qué se sabe sobre la naturaleza
y prevalencia del abuso en los adolescentes? ¿Por qué no
se aborda más efectivamente, y qué se puede hacer?
¿Cómo se puede mejorar la probabilidad de identificar y
tratar el abuso? ¿Qué puede hacerse para prevenirlo?
¿Qué se le puede comunicar a los padres para ayudarlos
En definitiva, la
meta es brindar a
los padres,
profesionales y
planificadores de
políticas más
recursos para
clasificar lo que está
claro, lo que es
común, lo que tiene
sustento cultural y
lo que es incierto.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
96
a tomar conciencia de lo que constituye abuso y las
consecuencias que trae? ¿Qué estrategias pueden
ofrecerse a los padres para proteger a los adolescentes
del abuso? ¿Qué puede hacerse para reducir el nivel de
tensión que desencadena el abuso?
• Padres de adolescentes que sufren conflictos. A los
padres se les presentan desafíos especiales cuando sus
hijos enfrentan temas como enfermedad mental, abuso
de sustancias y delincuencia. ¿Cómo pueden los padres
evaluar qué papel jugar en defensa y apoyo de estos
adolescentes? ¿Qué sugerencias pueden ofrecerse a los
padres para no perderse en los sistemas de atención de
salud, el sistema legal, el servicio social y el educativo?
¿Qué estrategias pueden ser útiles para que padres y
adolescentes obtengan los recursos adecuados?
• Preparándose para la adolescencia. De manera implícita,
en los hallazgos de este informe está el principio de que
es de gran ayuda que las familias hayan establecido
relaciones sólidas antes de la adolescencia, incluyendo
buenos patrones de comunicación y actividades
familiares que puedan continuar a lo largo de la
adolescencia. ¿Qué se puede decir sobre las formas en
que los padres de niños más pequeños y
preadolescentes pueden sentar las bases para las tareas
del desarrollo y el rol de los padres durante la
adolescencia? ¿Qué principios de ser padres son
comunes durante todas las edades, desde la infancia
hasta la adolescencia?
• Representación de la relación padre-adolescente en los
medios de entretenimiento e información. ¿Qué se sabe
sobre la imagen de los padres, los adolescentes y su
relación que trasmiten las películas de Hollywood, la
televisión, la música popular, Internet, las noticias
locales y nacionales y la publicidad? ¿Cómo difieren
estas imágenes entre las familias y los adolescentes de
distintas etnias, estructura familiar, clase y orientación
sexual? ¿Qué mensajes captan los padres sobre estas
imágenes de los padres y los adolescentes? ¿Qué puede
hacerse para mejorar sus efectos positivos y mitigar los
negativos? ¿Qué pueden hacer los padres para influir
sobre las imágenes que llegan a sus adolescentes?
Poner a disposición de los medios y los padres versiones
“pensadas para los padres” de la información existente
sobre el desarrollo adolescente y sus implicaciones para
ser padres.
Si bien existe abundante investigación sobre el desarrollo
adolescente, es sorprendente que se hayan hecho pocos
esfuerzos para trasmitir la información básica de desarrollo a
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
97
los padres de adolescentes a través de distintos medios de
manera que sea accesible y útil10.
Los padres necesitan un “diccionario” que traduzca las
conductas adolescentes —desde su vestimenta extraña, a sus
arranques hostiles y a los riesgos que toman— en términos de
desarrollo. Necesitan entender que algunas de estas conductas
no son permanentes y que la mayoría refleja y contribuye a un
desarrollo saludable. Los padres necesitan saber
aproximadamente cuándo pueden ocurrir, lo que por lo general
es antes de lo que ellos esperan.
Al igual que los padres de niños más pequeños, ellos también
necesitan información sobre “edades y etapas” para
ayudarlos a entender cómo son los pilares del desarrollo y
aproximadamente cuándo esperarlos. Si bien pueden ver el
crecimiento físico y la madurez sexual, ¿qué pasa con los
“estirones” en el desarrollo cognitivo, social y emocional?
¿Cómo se ven en casa, la escuela y las relaciones los saltos
principales en el pensamiento abstracto? ¿Es normal que los
adolescentes se vuelvan conscientes de ellos mismos, se
centren en ellos mismos y se absorban en ellos mismos, y esto
es pasajero? ¿Por qué los adolescentes tiñen su pelo de verde,
se colocan múltiples aros en distintas partes del cuerpo, hablan
por teléfono durante horas, olvidan quehaceres y citas,
experimentan con drogas, se contradicen a sí mismos, se
paralizan intentando tomar decisiones, se critican a sí mismos,
critican a sus padres, y se aíslan en sus cuartos? ¿Cuándo y en
qué medida es apropiado el cambio de humor, la hostilidad, el
desafío y la distancia de los adolescentes? ¿En qué medida
estas conductas son temporarias? ¿Terminarán? ¿Qué las
origina? También, ¿cuáles son las diferencias características
entre la preadolescencia, la adolescencia temprana, la
adolescencia media, la adolescencia tardía y la adultez joven?
¿Qué pueden esperar los padres para cuando sus hijos se
transforman en adultos jóvenes? ¿Cuáles son los pasos del
desarrollo que siguen a la adolescencia, y cómo pueden los
padres apoyarlos durante y después de la adolescencia?
Este tipo de información sobre el desarrollo, disponible en forma
más extensa para padres de niños más pequeños, es esencial
para ayudar a los padres a ajustar sus expectativas
apropiadamente y a planificar la mejor manera de apoyar el
crecimiento de sus hijos. Si bien puede existir mayor
variabilidad dentro de las fases de la adolescencia que en
aquellas de la infancia, algunos cambios caracterizan a la
preadolescencia, la adolescencia temprana, la adolescencia
media, la adolescencia tardía y la adultez joven. Por ende, sería
una gran ventaja que los padres dispusieran de esta
información con más facilidad y en formatos utilizables.
10 Para ejemplos de excepciones entre libros del tema, ver Siegler 1997;
Steinberg y Levine 1997; Tatum 1997; Elkind 1994, 1984.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
98
Esta información sobre el desarrollo también debe vincularse
con estrategias para los padres. Los padres deben saber sobre
qué características de cada fase pueden influir directamente y
sobre cuáles pueden hacerlo indirectamente, dentro de la
comunidad y la escuela, a través de la toma de decisiones, el
control y la defensa. Necesitan información que les permita
diferenciar la imagen de la realidad, los temores sin
fundamentos de los riesgos reales y las conductas adolescentes
típicas de las no comunes que tienden a atraer la atención de
los medios y la comunidad.
A través de la reciente literatura de divulgación sobre el tema,
los padres también deben entender cómo pueden influir sobre
las experiencias del adolescente sobre raza, etnia, religión,
orientación sexual, condición de inmigrante, género y capacidad
individual.
Extraídos de manera similar, los conocimientos “pensados para
los padres” sobre la información básica y sus implicaciones son
también necesarios en áreas relacionadas con el desarrollo,
incluyendo el desarrollo preadolescente, el desarrollo adulto
temprano y los cambios de desarrollo comunes a la mediana
edad que los mismos padres están experimentando.
Fortalecer los recursos de información —como por
ejemplo, centros de distribución, centros de apoyo
familiar, escuelas, iniciativas especiales y programas
para los padres— que permitirán que los padres, los
medios, los profesionales, los que brindan apoyo, los
líderes religiosos, los planificadores de políticas y otros
obtengan un mejor acceso a los conocimientos actuales
sobre cómo ser padres de adolescentes.
Para muchos padres, la idea de buscar información sobre ser
padres es o algo nuevo, o algo embarazoso. Se necesitan
recursos para hacer que la información sea más fácil de
encontrar y utilizar, mediante la creación de programas y
centros de distribución ampliamente publicitados y fácilmente
accesibles, que puedan guiar a los padres hacia la información
que necesitan. Existen líneas telefónicas y centros de
distribución de información locales y estatales diseminados por
todo el país11.
Se necesita con urgencia un único centro de distribución
nacional de gran envergadura para unir estos esfuerzos y
catalizar la creación de otros que llenen las brechas, en todos
los estados, edades de los niños, clases y etnias, incluyendo un
énfasis en la calidad de la información para los padres de
adolescentes, así como también en aquella para los padres de
niños más pequeños. Estos recursos deberían incluir referencias
11 Ver, por ejemplo, Mertensmeyer y Fine 2000.
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
99
a información impresa y electrónica, y a personas y programas
donde los padres puedan buscar contacto personal, intercambio
y apoyo. También se necesita un aumento en la cantidad y
calidad de los programas de apoyo para las familias y los
padres que educan a adolescentes, que estén dirigidos a sus
necesidades y diseñados para satisfacerlas, con un alcance
efectivo, entrenamiento de personal, desarrollo de programas,
evaluación y coordinación con otros servicios sociales.
Especialmente importantes son las iniciativas que
fortalezcan la participación de la comunidad, la
movilización de los padres, otros adultos y los
adolescentes, formal e informalmente, en pro de un desarrollo
adolescente positivo. También importante es la necesidad de
hacer la información más accesible para los grupos
profesionales con quienes los padres toman contacto y a
quienes recurren en busca de consejos e información, como por
ejemplo, maestros, médicos, líderes religiosos, consejeros de
salud mental, grupos comunitarios y los medios. Estos grupos
profesionales tienen una oportunidad y responsabilidad única
para apoyar y estimular los esfuerzos de los padres. La
comunicación con los padres y su participación deben
considerarse parte integral del trabajo efectivo con
adolescentes, incluso dentro del sistema escolar y los
programas comunitarios.
Al mismo tiempo, todos estos grupos, incluyendo a los padres,
necesitan asistencia en la evaluación de los recursos para
padres que ya existen. Dado el apabullante conjunto de
expertos y opciones disponibles en los medios y en la
comunidad, los padres y los profesionales por igual necesitan
información sobre cómo evaluar la credibilidad de los expertos y
las ideas, y sobre cómo determinar cuáles son apropiados para
familias y circunstancias específicas.
Estos esfuerzos también deben ser coordinados con
aquellos de organizaciones de defensa e iniciativas
comunitarias, en donde los padres se unan con líderes de la
comunidad, planificadores de políticas, profesionales, líderes
religiosos, investigadores y otros en esfuerzos mancomunados
para crear escuelas, vecindarios y otros sistemas de apoyo
seguros y saludables para los adolescentes y sus familias. De
algún modo, los adolescentes y sus padres reflejan los
problemas de las familias norteamericanas y de la sociedad
norteamericana en su totalidad. Se necesitan más mecanismos
que nos permitan escuchar, unirnos y responder.
Tenemos una oportunidad de revolucionar la manera en que
nosotros, como sociedad, pensamos sobre los padres y, en
particular, sobre ser padres de adolescentes. Podemos
despertar conciencia sobre la importancia de ser padres de
adolescentes, cambiar la imagen negativa de los padres y la
adolescencia y proveer las herramientas para educar
adolescentes saludables. El poder para hacerlo está a nuestro
SER PADRES DE ADOLESCENTES RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO
100
alcance, y los efectos se reflejarán en todas nuestras escuelas,
tribunales, ámbitos laborales, vecindarios y en nuestra propia
vida.
Este informe es una invitación para que los medios de
comunicación, los investigadores, los profesionales, los líderes
comunitarios, los padres y los planificadores de políticas utilicen
sus hallazgos, construyan sobre sus ideas y colaboren con sus
esfuerzos. Esperamos poder trabajar con ustedes.
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SER PADRES DE ADOLESCENTES AGRADECIMIENTOS
136
Agradecimientos
Más de veinte investigadores y profesionales revisaron todo o partes
de este informe en borrador:
Jacquelynne S. Eccles, Ph.D., Profesora del Departamento de
Psicología, Universidad de Michigan.
Ellen Galinsky, M.S., Presidente del Instituto Familias y Trabajo,
Nueva York.
Cynthia García Coll, Ph.D., Jefe del Departamento de Educación, y
Profesor de Educación, Psicología y Pediatría, Universidad Brown.
Stuart T. Hauser, M.D., Ph.D., Profesor de Psiquiatría, Escuela de
Medicina de Harvard; Presidente Juez del Centro de Niños Baker.
Harriet Heath, Ph.D., Directora de El Centro de Padres, Colegio Bryn
Mawr.
George W. Holden, Ph.D., Profesor y Director Asociado del
Departamento de Psicología, Universidad de Texas en Austin.
Michele D. Kipke, Ph.D., Directora del Consejo de Niños, Jóvenes y
Familias, Academia Nacional de Ciencias.
Richard M. Lerner, Ph.D., Presidente Bergstrom en la Aplicación de la
Ciencia del Desarrollo, Departamento Eliot-Pearson del Desarrollo
Infantil, Universidad Tufts.
Dana McDermott, Ph.D., C.F.L.E., Profesor Adjunto de Psicología,
Universidad Loyola de Chicago.
Vonnie C. McLoyd, Ph.D., Profesor del Departamento de Psicología,
Universidad de Michigan.
Carol Mertensmeyer, Ph.D., Director del Programa ParentLink,
Universidad de Missouri-Columbia.
Janet C. Moses, M.D., Pediatra, Departamento Médico, Instituto de
Tecnología de Massachusetts.
Eli H. Newberger, M.D., M.S., Profesor Auxiliar de Pediatría, Escuela
Médica de Harvard.
Judy Osborne, M.A., C.A.G.S., Directora de Asociación de Familias
Sustitutas, Brookline, Massachusetts.
Belinda Rollins, Presidente de Coalición Internacional de Padres,
Washington, D.C.
Peter C. Scales, Ph.D., Senior Fellow, Instituto de Investigación,
Minneapolis.
Robert L. Selman, Ph.D., Profesor de Educación y Director de
Desarrollo Humano y Psicología, Escuela de Educación de Graduados
de Harvard.
SER PADRES DE ADOLESCENTES AGRADECIMIENTOS
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Jack Simons, Ph.D., Director para la Evaluación y Planificación del
Programa, Servicios amigables de Familias y Amigos de los Niños,
Salem, Massachusetts.
Stephen A. Small, Ph.D., Profesor en Desarrollo Humano y Estudios
de Familia, Universidad de Wisconsin-Madison.
Phyllis Sonnenschein, Ed.D., Catedrática, Escuela de Graduados
Universidad de Wheelock, Boston; Consultor Mayor, Primeros
Programas de Padres de Familias.
Laurence Steinberg, Ph.D., Profesor Universitario Distinguido, Laura
H. Carnell Profesora de Psicología, Universidad Temple, Filadelfia.
Laura Sessions Stepp, Periodista, The Washington Post; Presidente
de Junta de Consejeros, Periodismo Casey. Centro para Niños y
Familias.
Deborah Stern, Psy.D., Instituto Psicoanalítico de Los Ángeles.
Los conocimientos y experiencia de este destacado grupo, que incluye
una diversidad de disciplinas y perspectivas étnicas, fortalecieron
significativamente el borrador, al sugerir importantes agregados,
correcciones, y cambios de énfasis. La participación perceptiva y
generosa de este grupo ha posibilitado una diferencia crucial en la
capacidad del informe para reflejar el pensamiento actual de los
expertos en el tema. Sin embargo, no todos los revisores leyeron todas
las secciones del borrador. Los conceptos generales, así como
cualquier error, continúan siendo responsabilidad del autor.
También han sido fundamentales para el éxito del Proyecto su
sobresaliente personal de investigación y los asistentes
administrativos. El equipo del Proyecto incluyó a Kathy Simons, quien,
como especialista en investigación, reunió, analizó y resumió los
hallazgos de la investigación sobre los padres de adolescentes; María
LaRusso, quien, como asistente de investigación, jugó un papel similar
con respecto a la investigación del desarrollo adolescente; Dianne
Weiss, Claudia Corra y Martha Muldoon, quienes, en distintos
momentos, coordinaron el Proyecto como asistentes administrativas; y
Megan Hartman, quien revisó la veracidad de las referencias. Su
inusual capacidad, experiencia y dedicación hicieron posible identificar,
consolidar y analizar una cantidad masiva de información de
investigación en muy poco tiempo. Deben ser felicitadas por todo lo
que lograron y por la inusual “buena voluntad bajo presión” con la que
trabajaron.
Además, cientos de investigadores, oficinas, programas e iniciativas
respondieron rápida y generosamente a los pedidos de materiales y
referencias del personal durante el extenso sondeo de las
informaciones de investigación, y otras. También Susan Berger, Paula
Silver y Terry Swack, en su carácter de consultores, aportaron
sugerencias muy útiles sobre aspectos del manejo del Proyecto y el
diseño y estrategia de la información. Paul Montie de Fahrenheit diseñó
el informe en inglés.
El Proyecto, con base en el Centro para la Comunicación de Salud de la
Universidad de Salud Pública de Harvard, también se benefició de la
experiencia y conocimientos de Jay A. Winsten, Ph.D., director del
Centro y decano asociado, quien fue el investigador principal del
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Proyecto. Como directora delegada del Centro, Susan Moses también
jugó un papel importante en la toma de decisiones y en la supervisión.
Otros miembros del personal del Centro que han sido de mucha ayuda
en aspectos claves del proyecto son Terri Mendoza, directora de
Información de Salud; Gabriel Bocanegra, asistente financiero y Alissa
Menovich, asistente de personal.
Algunos colegas aportaron un continuo apoyo y guía que fueron mucho
mas allá de su rol en el Proyecto, leyendo y comentando varios
borradores, e inspirando y escuchando ideas para la estrategia. Es con
especial gratitud que reconozco la extraordinaria colaboración de
Harriet Heath, Paula Silver, Kathy Simons y Deborah Stern.
También he tenido el honor y el placer de consultar con mis tres hijos
adultos durante el curso del Proyecto: mi hija Maia, quien revisó el
borrador y brindó consejo juicioso, y mis hijos, Will y Theo, quienes
aportaron un gran discernimiento para el desarrollo de los conceptos.
El Proyecto fue posible gracias a un fondo de la Fundación John D. y
Catherine T. MacArthur, y se vio ampliamente beneficiado por los
consejos extraordinarios de la directora del programa, Idy Gitelson.
El Proyecto, en breve, fue un esfuerzo colectivo, reflejando una
colaboración y un compromiso llenos de promesa para nuestro intento
por mejorar la vida de los padres, los adolescentes y las familias. A
todos aquellos que contribuyeron, mi más profundo agradecimiento.
SER PADRES DE ADOLESCENTES SOBRE LA AUTORA
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Sobre la autora
A. Rae Simpson, Ph.D., es Directora de Programa en Educación e
Investigación sobre Padres en el Instituto de Tecnología de
Massachusetts (MIT), y consultora del Centro para la Comunicación de
Salud de la Universidad de Salud Pública de Harvard. Habiendo iniciado
los esfuerzos del Centro en el área de los padres y los medios de
información, ella preparó un informe en 1997 titulado “El rol de los
medios en la educación de los padres” (The Role of Mass Media in
Parenting Education), con fondos de la Fundación John D. y Catherine
T. MacArthur. Autora de Los científicos visibles (The Visible Scientists)
(Little Brown 1977), ha escrito y disertado extensamente, tanto para
audiencias profesionales como generales, sobre el rol de los medios en
la comunicación de información al público sobre ciencia y salud. Es
consultora local y nacional en temas de educación a padres y
comunicación masiva, en empresas, firmas publicitarias, los medios, el
gobierno y fundaciones. Activa en la organización del campo de la
educación de los padres, es presidenta fundadora de la Red Nacional
de Educación para Padres, y Presidenta Fundadora de la Red para la
Educación de Padres de Massachusetts. Recibió su Doctorado en
investigación de la comunicación en la Universidad de Stanford en
1975, y antes de desarrollar el programa para padres de MIT, fue
docente de dicho instituto en el área de escritura científica y
entendimiento público de la ciencia.
Para comunicarse con la Dra. Simpson escriba a:
Program Director, Parenting Education and Research
Massachussets Institute of Technology
77 Massachusetts Ave., Room 16-151
Cambridge, MA 02139
Teléfono: 617/253-1592
Fax: 617/253-2609
Email:rsimpson@mit.edu
Sobre el Centro de Comunicación para la Salud
El Centro de Comunicación para la Salud de la Escuela de Salud Pública
de Harvard trabaja estrechamente con eruditos en las ciencias del
comportamiento y con profesionales de la publicidad, marketing y
relaciones públicas, para aprender más sobre el comportamiento
humano y cómo influir en él a través de la comunicación masiva. El
Centro ha realizado importantes iniciativas, ampliamente conocidas,
sobre temas como el manejo en estado de ebriedad (la campaña
Designated Driver), la violencia juvenil (la campaña “Squash it!”) y la
tutoría (el proyecto Harvard Mentoring). Jay A. Winsten, Ph.D., Decano
Adjunto para Asuntos Públicos y de la Comunidad de la Escuela de
Salud Pública de Harvard, es el Director “Frank Stanton” del Centro.
Publicado por la Organización Panamericana de la Salud